Para el mes de julio, se registraron resultados negativos en el mercado de bienes raíces en Estados Unidos (EE.UU.). La construcción de viviendas nuevas (privately-owned housing starts) alcanzó las 1 795 millones de unidades anualizadas, el nivel más bajo desde noviembre de 2004; y los permisos de construcción (privately-owned housing units authorized by building permits), indicador adelantado de la construcción residencial, fueron de 1 747 millones de unidades anualizadas, el nivel más bajo desde agosto de 2002, lo que representa el sexto mes de caída consecutiva. Con ello, se confirma la desaceleración de la oferta de vivienda en los EE.UU., lo cual perjudica a la inversión residencial del PBI de la primera economía del mundo.
Estos resultados se suman a la menor demanda y al alto nivel de inventarios viviendas nuevas como de ya existentes, lo cual viene ocasionando una caída paulatina en los precios del sector inmobiliario, considerado como el “deflate” de la burbuja inmobiliaria de los EE.UU. Esta burbuja, la primera a nivel nacional desde 1920, es atribuida a los siguientes factores: las bajas tasas de interés (que se mantuvieron en niveles mínimos históricos hasta octubre del 2004), la excesiva facilidad para el acceso al crédito y la búsqueda desesperada de sustitutos de las inversiones bursátiles después de la crisis 2000-2002.