UNA REVISIÓN AL ROL DE LAS CLASIFICADORAS DE RIESGO DENTRO DE LA ACTUAL CRISIS

La actual crisis internacional está dejando varias reflexiones en cuanto a la estructura financiera vigente y sus principales protagonistas. Dentro de estas últimas las empresas clasificadoras tienen un importante rol pues muchas de las decisiones de inversión son tomadas en base a sus evaluaciones de riesgo. Justamente, una de las causas de la actual crisis fue el exceso de confianza, por parte de los inversionistas, hacia las clasificaciones asignadas a títulos respaldados por hipotecas subprime.

Las empresas clasificadoras de riesgo realizan sus evaluaciones en base a una metodología que une tanto aspectos cualitativos como cuantitativos, proveyendo una opinión profesional de la calidad crediticia [1] del deudor o de los instrumentos emitidos. No se niega la importancia de tener un referente objetivo y su efecto sobre la formación de precios en los mercados financieros, no obstante, existe un claro conflicto de interés, fruto de ser el clasificador, y, simultáneamente, recibir un pago por parte del clasificado al realizar dicha evaluación. De esta forma, existen incentivos perversos para que la empresa clasificadora sea demasiado laxa en sus evaluaciones por el hecho de no perder a un cliente. El problema empieza, entonces, cuando estas empresas dejan de lado su objetivo primigenio de servir y proteger a los inversionistas y se convierten en organizaciones guiadas por el objetivo de incrementar sus beneficios. Así por ejemplo, durante la burbuja inmobiliaria en los Estados Unidos, muchas de las empresas clasificadoras de riesgo redireccionaron sus esfuerzos para clasificar nuevos instrumentos estructurados más complejos que un instrumento de deuda tradicional debido a su mayor rentabilidad [2], a pesar de que muchas veces aun no se contaba con el conocimiento necesario sobre los mismos.

[1] Probabilidad de que se realice un oportuno pago de intereses y amortizaciones.
[2] La empresa clasificadora Moody’s recibía entre USD 200, 000 y USD 250,000 al clasificar una cartera de USD 350 millones de instrumentos hipotecarios mientras que, por ejemplo, por la clasificación de una cartera de bonos municipales de similar tamaño pudo haber generado solo USD 50, 000 por comisiones. http://www.nytimes.com/2008/12/07/business/07rating.html?scp=1&sq=watch%20dog%20tame&st=cse

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