CHINA Y LA CRISIS FINANCIERA

A lo largo de las últimas semanas, los ojos del mundo han estado enfocados en analizar la respuesta de Estados Unidos para contrarrestar la crisis financiera internacional. Sin embargo, dada su magnitud, las demás economías del mundo también han empezado a adoptar medidas para combatir los efectos adversos de una drástica desaceleración económica. Por ejemplo, el 4 de diciembre pasado, el Banco Central Europeo redujo su tasa de interés en 75 puntos básicos, hasta 2,75%.

Siguiendo esa línea, la República Popular de China (China) ha tomado dos medidas principales para poder contrarrestar la crisis. La primera, reducir su tasa de interés en 1.08% (la cuarta reducción en tres meses). La segunda, a través de la implementación de un plan de estímulo económico que prevé la inyección de 4 trillones de yuanes (aproximadamente 600 mil millones de dólares) en la economía.

Esta medida llama la atención debido a que el monto asignado representa el 14% del PBI de dicho país para este año, siendo cuatro veces mayor que el plan de estímulo económico implementado por Estados Unidos también en el 2008. Así, el gobierno chino ha querido indicar al mercado que va a tomar las medidas necesarias para evitar cualquier muestra de desaceleración, aunque no ha dado detalles de los sectores y plazos exactos en los cuales dicho dinero va a ser invertido.

Sin embargo, ¿Por qué China destina 4 trillones de yuanes a la economía, si cuenta con un sector financiero saludable y con una tasa de crecimiento alrededor del 9%? En parte, debido a que durante el año 2008 la economía China se desaceleró más rápido de lo esperado, reduciendo su crecimiento en 2,9% en comparación al tercer cuatrimestre del 2007 por una abrupta caída en sus importaciones en el sector manufactura [1]. Pero, sobre todo, porque para los encargados de realizar la política monetaria y fiscal en China es muy importante mantener una tasa de crecimiento superior al 8%, debido a que se considera que una tasa inferior no permitiría absorber toda la oferta de trabajo que llega anualmente del campo a las principales ciudades de dicho país, con consecuencias a masivas a nivel social en el mediano plazo. En este contexto, se espera que la tasa de crecimiento económico chino no sea inferior al 9% en el 2009, calmando las expectativas internas.

[1] Es decir, pasando de 11,9% a 9,0%.

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