De acuerdo al último reporte de Actividad Económica de may’08 publicado por el BCR, se evidencia un crecimiento del PBI de 9.8% en los 5 primeros meses del año (en relación a similar periodo del año anterior), destacando el dinamismo de los sectores construcción, comercio y manufactura (no primaria), lo que a su vez ha significado una mayor utilización de la capacidad instalada de las empresas. Mas aún, se estima que para el periodo ene – jun 2008 se cerraría con un crecimiento acumulado del PBI del orden de 10.1% .
Estos resultados han venido acompañados por un crecimiento de la demanda interna a una tasa ciertamente mayor a la del PBI, que acumulada para los 5 primeros meses del 2008 fue de 11.3%, lo que se evidencia en la mejora en la capacidad adquisitiva de la gente y en la mayor inversión privada, que incluso proyecta un crecimiento cercano al 40% según la última encuesta de Expectativas Macroeconómicas del BCRP.
Este panorama de crecimiento, con tasas que ya empezarían a promediar el 10%, es un hecho que no se observaba desde hace más de una década atrás, aunque se destacan ciertas peculiaridades, como es el caso que la inflación, si bien se encuentra por encima de la meta fijada por el BCRP, no obstante aún resulta en niveles ciertamente inferiores a los observados hace más de 10 años y esta tasa es aún baja en relación con otros países de la región. Otro punto a tomar en cuenta es el hecho que estas “mareas” del crecimiento (línea azul) se muestran cada vez con menor volatilidad y mayor expansión de ciclo. Asimismo, se debe tomar en cuenta que los key drivers del crecimiento actual (por ejemplo el mayor dinamismo de la inversión privada) difieren de los observados en la década anterior (gasto gubernamental guiado por los mayores ingresos por privatizaciones).
Sin embargo, este nuevo panorama implica grandes retos, como lo son: i) contener el avance de las mayores presiones inflacionarias que se originan por inflación importada (incremento en la cotización internacional en el precio de los alimentos y el petróleo), así como por el mayor dinamismo de la demanda interna, ii) asegurar que el crecimiento económico venga de la mano con una mejora en la calidad de vida de la gente asegurando una mejora en la distribución del ingreso, iii) mantener el orden financiero al punto que la mejora económica no implique un descuido en la calidad de cartera de las entidades financieras, iv) fomentar que este contexto sirva de incentivo para bancarizar y además trasladar al sector formal, a las pequeñas y medianas empresas, por los beneficios que ello implica para todos y finalmente v) procurar a que las actividades no primarias se conviertan en los key drivers del crecimiento económico, restando preponderancia a las actividades primarias.