Uno de los principales indicadores macroeconómicos, que guarda mayor coincidencia con el ciclo económico de dicho país, la producción industrial, mostró una caída menor a la registrada durante el mes anterior, y menor a la esperada por el mercado. De igual forma, la “utilización de capacidad industrial” mostró una desaceleración similar en su tendencia bajista.
Por el lado de la demanda, las noticias alentadoras vienen por el lado del sector financiero bancario del país, pues los mercados de dinero se mostraron más dinámicos durante las últimas semanas, lo que originó mayores niveles de liquidez y una reducción en los spreads de tasas.
A pesar de estos últimos indicadores, los datos sobre el PBI norteamericano, dados a conocer durante la última semana, mostraron que la economía se habría contraído en 1,0% durante el segundo trimestre del año (la contracción durante el primer trimestre habría alcanzado el 6,4%); aunque se trata de una contracción por cuarto trimestre consecutivo, la caída del producto podría estar empezando a tocar fondo.
Sin embargo, todavía no se aprecian mejoras significativas en el consumo privado, y dado que este es uno de los principales drivers de la economía, se espera que el camino de la recuperación sea de muy largo aliento. Tomando en cuenta que el consumo privado ha estado, estructuralmente, impulsado por el crédito bancario, y que este último componente fue el detonante de la presente crisis, podemos inferir que la reactivación del consumo sería lenta y muy gradual.