Las autoridades respondieron activando un servicio de tren entre Chosica y Matucana para facilitar el paso de pasajeros. Sin embargo, las acciones de recuperación del tránsito demoraron demasiado ya que la región Lima y la provincia de Huarochirí no cuentan con la maquinaria necesaria para atender desastres de esta naturaleza. La colaboración de empresas mineras de la zona y maquinaria del ejército llegó al día siguiente del derrumbe para ayudar a limpiar la carretera. El Ministerio de Transportes tiene que enfrentar situaciones similares en varios puntos del país y en simultáneo por ésta época todos los años y no cuenta con suficiente maquinaria.
Esta situación ha puesto en debate público la importancia de recuperar la capacidad ferroviaria del Perú. Asimismo, resalta la poca infraestructura de carreteras y aeropuertos, así como de servicios de aviación comercial entre muchas zonas del país. Por otro lado, pone en evidencia: i) la necesidad de implementar mejores sistemas de monitoreo ambiental para contar con información para la prevención y reduciendo las posibilidades que un evento natural se transforme en un desastre natural [2]; y finalmente, ii) cómo la vulnerabilidad se transforma en costos concretos para un gran número de peruanos.
[1] Sin embargo, para muchos pobladores de la zona la situación se convirtió en una fuente de ingresos con la venta de desayunos, almuerzos, periódicos, transporte, etc
[2] Especialmente si se considera que estos hechos pueden incrementarse en el futuro dado que el Perú es considerado como uno de los tres países más vulnerables ante los efectos del cambio climático