Si se analiza el Índice Big Mac, uno de los índices más básicos para medir cuán devaluada está una moneda respecto de una moneda base (por ejemplo, el dólar americano), se aprecia que el yuan está 48% devaluado con relación a esta [1]. Sin embargo, Cheung, Chinn y Fujii [2] estiman que la brecha de devaluación no sería tan elevada situándose alrededor del 10%. Asimismo, afirman que a pesar que la balanza comercial entre China y Estados Unidos responde ante variaciones en el tipo de cambio, dicha respuesta no produce efectos cuantitativamente significativos.
Ante esto, si el gobierno chino decide manipular su tipo de cambio a la baja para impulsar sus exportaciones, contrarrestando la tendencia al alza que mantiene desde el 2005, lo único que conseguiría es una respuesta proteccionista por parte de sus pares comerciales. Dada el incremento en productividad que ha venido registrando dicho país en las últimas décadas, lo mejor sería dejar que su moneda mantenga su tendencia al alza y que se iguale, paulatinamente, a las mondas de países, enfocándose en reforzar su demanda interna y su competitividad.
[1] Este índice asume un nivel de paridad de poder de compra igual a 1. Sin embargo, este supuesto no es robusto, puesto que siguiendo la línea lógica del mismo se concluiría, por ejemplo, que todas las monedas de los países con bajos ingresos estarían subvaluadas.
[2] National Bureau of Economic Research. Working Paper Nº 14673. Enero de 2009.