El secretario de Tesoro de EEUU Henry Paulson ha diseñado una propuesta que ha causado conmoción a nivel internacional: emitir papeles del Tesoro por $700 mil millones para comprar activos del sector financiero, lo cual implica que estos sean financiados, en última instancia, por los contribuyentes estadounidenses. El proyecto de ley propone que las decisiones no puedan ser revertidas, que estén sometidas a la discreción de la agencia del secretario del Tesoro y que no puedan ser llevadas ante ninguna corte o ante ninguna agencia administrativa. Mientras que los republicanos abogan a favor del plan, los demócratas se oponen a su aprobación.
Un gran número de académicos ha levantado la voz proponiendo alternativas al plan. Por ejemplo, L. Bebchuk[1], de la Universidad de Harvard, señala que dado que el plan inyectaría capital a través de sobrepagar por activos problemáticos, los fondos podrían no ser canalizados hacia los activos más valiosos, lo que implicaría pérdidas inmensas para los contribuyentes.
Las dificultades que el sector financiero encuentra para recapitalizarse se deben a que el sector privado tiene incertidumbre para evaluar los activos que tienen en su portafolio. El gobierno no está en una mejor posición para evaluar esos activos, de acuerdo a Luigi Zingales[2], de la Universidad de Chicago. Dicho autor propone que el gobierno imponga una reducción del valor nominal de la deuda y que a cambio los acreedores reciban warrants. Esto beneficiaría a los accionistas y a los acreedores (sistema financiero), pero los beneficios privados para ellos serían menores a los beneficios del rescate propuesto por Paulson.
Por su parte, A. Barton[3], de la Universidad de Carolina del Norte, propone que el gobierno subsidie los pagos de las deudas, por lo que las deudas dejarían de ser malas, los bancos en problemas recibirían influjos de dinero y el problema se resolvería paulatinamente.
Las instituciones en cuestión no están aseguradas por el gobierno. Al no estar asegurados por el gobierno, su regulación es más laxa, lo que les permite tomar más riesgos. Tomar estos riesgos generó un periodo de extraordinarias ganancias, pero ahora el riesgo está jugando en contra y ha ocasionado devastadoras pérdidas. El plan de Paulson no solo viola el principio más importante del capitalismo: aquél que disfruta de las ganancias también debe cargar con las pérdidas, sino que no deja de considerar alternativas viables que serían menos costosas para los contribuyentes.
[1] Bebchuk, Lucian A. (2008) “A Better Plan for Addressing the Financial Crisis,” The Economists’ Voice: Vol. 5 : Iss. 5, Article 6. Disponible en http://www.bepress.com/ev/vol5/iss5/art6
[2] Zingales, Luigi (2008) “Why Paulson is Wrong,” The Economists’ Voice: Vol. 5 : Iss. 5, Article 2.
[3] Barton, Allen H. (2008) “Letter: Another Take on “Why Paulson is Wrong”,” The Economists’ Voice: Vol. 5 : Iss. 5, Article 9.