Según el BCRP, la inflación anual a Junio del 2008 fue de 5,71%, muy por encima de la meta de inflación fijada (1%-3%). Bajo el actual contexto nacional e internacional de inflación, vale la pena preguntarse si es consistente la actual política de mantener el Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles (FEPC) y abogar al mismo tiempo por un cambio de matriz energética.
El FEPC fue creado el 2004 como un mecanismo de compensación con la finalidad de disminuir el impacto que los precios internacionales del petróleo provoquen sobre los precios internos de los combustibles y sobre la inflación. En el actual contexto internacional, en el que el precio del petróleo esta por encima de los USD 100 , los fondos del fisco destinados a esta función son elevados y con posibilidades de incrementarse. Sólo desde mayo del 2007, el FEPC tiene compromisos acumulados de pago de S/. 3 100 millones a las refinerías. A pesar que el objetivo de corto plazo es de aminorar las presiones inflacionarias sobre el consumidor final, vale la pena preguntarse si es acaso un mecanismo que favorece a toda la población por igual.
El fondo debió ser en todo momento una medida momentánea, ya que plantea una situación distorsionada de la realidad, con consecuencias mayores y presiones innecesarias no sostenibles para el fisco. Los precios de los combustibles en el Perú deben sincerarse con los niveles que se observan en los mercados internacionales.
Debe notarse que la inflación observada, mantiene dicho nivel sin realizarse todavía el ajuste por los precios de los combustibles, lo que nos lleva a pensar si el actual gobierno ha encontrado una fórmula sencilla, nada técnica y poco ortodoxa, de mantener la inflación “no tan elevada”, distorsionando el objetivo inicial del FEPC. La reducción gradual de la compensación (FEPC), aprovechando aún los niveles de crecimiento observados en el producto y en el empleo, generará que los agentes económicos deban adecuar su nivel de consumo y se acelere el proceso de cambio de matriz energética. El eliminar gradualmente el FEPC es una decisión con poco rédito político en el corto plazo, sin embargo, es seria y responsable con las finanzas públicas y el desarrollo equitativo de nuestra economía.