Para la Unión Europa, el primer trimestre del 2008 ha estado caracterizada por una mayor inflación, que se ha mantenido por encima del 3.5%, y por una desaceleración del crecimiento, evidenciada en una tasa de crecimiento de 2.2%[1], que se ubica alrededor de 1% por debajo del promedio de los dos últimos años, lo que se explica a su vez por el menor crecimiento en el consumo y la inversión privada, aunque ello no ha impactado en las tasas de desempleo.
Frente a esta situación, las medidas tomadas por el Banco Central Europeo han sido incrementar las tasas de interés de referencia, a fin de hacer frente a cualquier amenaza de inflación. Así, tenemos que en abril de 2008 la tasa de interés a 3 meses aumentó alrededor de 40 puntos básicos en un lapso de 2 meses. Si bien es cierto, no hay señales claras que Europa se encuentre en un fase de recesión, esta situación podría darse si se observa i) una desaceleración del crecimiento, que va de la mano con un debilitamiento en los términos de intercambio originado por el fortalecimiento del Euro, luego ii) una pérdida del poder adquisitivo del consumidor, originada por el incremento en el precio de los combustibles, alimentos y energía, lo que a su vez viene generando presiones inflacionarias a las que el Banco Central Europeo ha tenido que hacer frente mediante el incremento de las tasas de interés, lo cual tiene efectos recesivos, y finalmente iii) el hecho que la contracción del sector hipotecario dada en algunos países Europeos llevaría consigo a un encarecimiento del crédito y a una pérdida en el valor de los activos inmobiliarios de las personas. Al respecto, cabe preguntarse si un posible sinceramiento en las carteras de créditos hipotecarios de los bancos europeos podría albergar activos de difícil o nula realización, particularmente en los sectores subprime.
En conclusión, vemos que los hacedores de política enfrentan por un lado la desaceleración del crecimiento y posibles mayores restricciones crediticias a las que se podría enfrentar ya sea inyectando liquidez o reduciendo las tasas de interés, pero por otro lado también se tienen presiones inflacionarias que exigen políticas opuestas.
[1] http://epp.eurostat.ec.europa.eu/pls/portal