En los próximos días, la reciente creada Subcomisión de Análisis de Políticas Tributarias adscrita a la Comisión de Economía del Congreso de la República empezará a sesionar, con una agenda que incluye principalmente puntos como: la revisión del Código Tributario, la reestructuración de la SUNAT y la elaboración de una propuesta de reforma del sistema tributario. Un aspecto importante en esta reforma es la propuesta de aplicar un impuesto plano o “flat tax”. Es decir un impuesto con tasa única aplicable a todos los ingresos de personas naturales y jurídicas. De esta manera se pretende insertar en el País en una tendencia mundial a favor de este esquema tributario.
El impuesto plano grava con una tasa única los ingresos de las personas naturales y jurídicas a partir de cierto nivel de ingresos[1], de allí sus características de simpleza y progresividad a la vez, tal como fuera inicialmente planteado por Hall y Rabushka de la Hoover Institution(1985)[2]. También incluye eliminar tratos preferenciales (deducciones, créditos, exenciones) y suprimir la doble tributación sobre los ingresos destinados al ahorro y la inversión. Otros autores han desarrollado la idea, complementándola con combinaciones de reformas en otros impuestos, como por ejemplo tasas diferenciadas en el impuesto sobre el consumo o un impuesto plano sobre el consumo más una subvención directa del Estado, para lograr niveles óptimos de redistribución[3].
Actualmente, en nuestro país se aplica un esquema progresivo de impuesto a la renta para personas naturales, que consta de tres tasas escalonadas del impuesto (15%, 21 y 30%), de acuerdo al nivel de renta obtenido. Así, las personas con mayores rentas -al tener tasas de impuestos marginales mayores- pagarán finalmente un mayor impuesto. Sin embargo, esto produce incentivos en los contribuyentes a buscar mecanismos para reducir sus rentas declaradas, como puede ser la elusión tributaria[4] o la evasión en sus diferentes formas. En el caso de personas jurídicas el impuesto a la renta se sitúa en un nivel único del 30% y existe un impuesto a los dividendos del 4,1%.
La reforma tributaria busca simplificar el sistema, reducir la informalidad, ampliar la base tributaria y reducir los altos costos de cumplimiento tributario. De acuerdo al Doing Business (2008), una empresa mediana en el Perú, destina en promedio 424 horas anuales a preparar y pagar impuestos. Asimismo, se calcula que la informalidad en el Perú llega a niveles del 61% del PBI (2003)[5]. Con un esquema de impuesto plano, se busca combatir estos problemas.
Sin embargo, la principal crítica a este nuevo esquema, es que se le considera regresivo. La tasa uniforme de este impuesto flat resultaría menor que las tasas de impuestos actualmente aplicadas a las personas con mayores ingresos. Por lo que la introducción de este nuevo esquema beneficiaría a los que ganan más, ya que pagarían menos impuestos.
[1] Por lo general la tasa del impuesto plano, fluctúa en tasas menores al 20%. [2] Hall, R. y Rabushka, A. The Flat Tax, Stanford, Hoover Institution Press, 1985.
[3] Diamond, P.A. y Mirrlees, J.A. Optimal taxation and public production; I: Production efficiency and II: Tax rules; American Economic Review, Vol. 61, pp 8-27 y 261-78.
[4] Mecanismos que a través de medios lícitos buscan evitar el nacimiento de obligaciones tributarias.
[5] Schneider, Friedrich. The Size of the Shadow Economies of 145 Countries all over the World: First Results over the Period 1999 to 2003. IZA DP Nº1431, diciembre 2004.
[6] Is This Tax Flat Unfair? Time Magazine January 1996.