El artículo “El Síndrome del Perro del Hortelano” publicado por el Presidente Alan García en El Comercio hace dos semanas ha desencadenado el debate en torno a uso de los recursos forestales en actividades económicas productivas. La propuesta planteada por Alan García para el mejoramiento de la situación económica de la Amazonía peruana comprende el otorgamiento de títulos de propiedad sobre áreas de 5,000, 10,000 o 20,000 hectáreas, para su aprovechamiento industrial. Cabe señalar que la obtención de derechos de propiedad sobre un bien público puede generar incentivos para que los concesionarios desestimen los costos sociales, desencadenando resultados subóptimos a nivel social y ambiental. En el caso particular, el reducido tamaño del área concesionada puede llevar a acentuar el resultado anterior dado que generalmente un área de 20,000 hectáreas o menos no hace rentable económicamente un aprovechamiento sostenible.
Por otro lado, el presidente hizo referencia a las “concesiones rapiña” de empresas descapitalizadas que en lugar de invertir dinero en capital productivo se dedican a explotar recursos de manera ineficiente. Cabe señalar que estas empresas en muchos casos no tienen experiencia ni capital ni sinergias en sus procesos productivos.
Al respecto, en lugar de concentrarnos en alimentar el modelo primario exportador vía el incremento del stock de riqueza exportable, se debería considerar el facilitar la salida de aquellos concesionarios ineficientes y promover la generación de valor agregado vía la articulación de cadenas productivas. Ello, acompañado de mayores esfuerzos por la generación de economías de escala, que permita reorientar al sector forestal hacia un modelo de crecimiento sostenible basado en la creación de valor y externalidades positivas para la región amazónica y su entorno. Cabe señalar que, dado que la actividad extractiva es intensiva en mano de obra y comprende el aprovechamiento de un recurso natural, una política erróneamente orientada o mal implementada puede derivar en la sobreexplotación de las especies comerciales (subexplotación de las demás especies) o en problemas sociales.