LA FALLIDA REFORMA CONSTITUCIONAL EN VENEZUELA

El presidente Hugo Chávez impulsó un cambio constitucional en su país para poder agilizar la conformación de un sistema de corte socialista. Sin embargo, dichas intenciones no son recientes, puesto que Francisco Olivares, en noviembre de 2003, señaló que Hugo Chávez exigió al Banco Central de Venezuela que le diera “un millardito” de dólares: “Ese dinero no es de ustedes, amigos del Banco Central de Venezuela (BCV)” [1]. Inútil fue explicarle que los dólares que estaba demandando eran las reservas internacionales de su nación, las cuales respaldan el sistema financiero de la economía.

Lo cierto es que este dos de diciembre los venezolanos votaron por reformar la Constitución, negándole al presidente la reforma de 69 artículos de la Constitución, la cual, entre sus principales reformas económicas, proponía la eliminación de la autonomía del BCV, la atribución del Estado para la libre administración de sus reservas internacionales, criterios de propiedad “social” de los bienes y la jornada de seis horas.

Muchos especialistas, como Robert Bottome [2], opinan que los cambios constitucionales hubieran propiciado el debilitamiento de la economía, que ha estado basada en el gasto fiscal y el consumo y no en la producción. Otros, como Bernardo Álvarez [3], sostienen que las críticas son infundadas puesto que la economía ha crecido por cuatro años consecutivos a una tasa anual de 11.9% mientras que la pobreza se ha reducido de 55% a 30% entre los años 2003 y 2006. Dichas cifras reflejarían el fuerte gasto público respaldado en los altos precios del petróleo. A pesar de ello, la economía presenta actualmente déficit fiscal por lo que tiene que recurrir al endeudamiento interno a través de la emisión de bonos. Lo cierto es que tanto las políticas aplicadas hasta el momento como la reforma propuesta hubieran generado más inestabilidad económica. S&P informó que mantenía la calificación de cautela para el corto y largo plazo sobre los bonos de Venezuela debido al débil clima de inversiones en el sector privado [4]. No sorprende que en la actualidad Venezuela continúe dolarizándose de manera preventiva, pues es evidente que con el elevado gasto público y la poca inversión internacional y nacional, más allá de la negativa de reforma constitucional los venezolanos deben volver a sembrar los pilares centrales para el saneamiento fiscal y económico de su economía.

[1] Jefe de Investigaciones de El Universal de Venezuela
[2] Director de Veneconomía, sede Caracas.
[3] Embajador de Venezuela en Washington
[4] Standard & Poor´s (S&P), declaraciones hechas a El Nuevo Herald.

Puntuación: 5 / Votos: 3

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *