Luego de varios años de relativa paz, las recientes noticias sobre ataques narco-terroristas en la sierra y selva peruana ocasionaron que los ministros de Defensa y del Interior soliciten la semana pasada en el Congreso mayores recursos al Ministro de Economía y Finanzas para el próximo año, los cuales ascenderían aproximadamente 402 millones de nuevos soles [1]. Ante este pedido cabe preguntarse cuáles son los costos que un país debe estar dispuesto a afrontar para combatir el terrorismo.
Los costos del terrorismo pueden cuantificarse en términos de vidas perdidas y propiedad destruida [2]. Sin embargo, son costos también los efectos sobre el turismo en regiones donde los actos terroristas se dan de manera continua. Además, el terrorismo reduce la inversión extranjera, reasigna los recursos perjudicando actividades y sectores más productivos, incrementa los costos en seguridad (que se trasladan a los consumidores finales a través de un aumento en los precio), incrementa los costos de transporte, crea una barrera al comercio e incrementa las restricciones migratorias.
Usualmente la discusión entre economía y terrorismo se ha centrado en determinar la medida en que una menor pobreza y desigualdad pueden reducir la incidencia del terror. Sin embargo, son la pobreza, la desigualdad o los bajos niveles educativos las causas principales del terrorismo?.
Alan Krueger y Jitka Maleckova examinaron las relaciones entre pobreza, educación y el índice de actividades terroristas, encontrando una baja relación directa entre pobreza o educación y participación en el terrorismo. Basados en la evidencia analizada, concluyeron que que la ausencia de libertades civiles, en lugar de las principales economías y la calidad y contenido de la educa ción, son los determinantes más importantes de la actividad terrorista [3].
Del párrafo anterior se desprende que la lucha contra el terrorismo no sólo se puede dar mediante acciones militares y policiales sino también a través de herramientas políticas y diplomáticas que generen un cambio social. Ciertamente las políticas enfocadas a combatir el terrorismo con una mayor fuerza militar ocasionan un mayor impacto social y un mayor rédito político para el gobierno. A pesar de esto, Endlers y Sandler han señalado que, en general, las intervenciones anti terroristas han resultado en un mayor incremento de las mismas, o una precipitación de sus consecuencias negativas para la economía y la sociedad [4].
[1] El Ministro de Economía ha aclarado que estas solicitudes se atenderán el próximo año mediante créditos suplementarios, por lo que ambas carteras deberán reorganizar su gasto. El presupuesto 2008 asciende a S/. 71,050.00 millones lo que representa un incremento del 15% respecto del año anterior.
[2] El ataque del 11 de setiembre significó una pérdida de US$ 33 a US$ 36 millones para la ciudad de Nueva York.
[3] Alan B. Krueger y Jitka Maleckova 2003. “Education, Poverty and Terrorism: Is There a Causal Connection?” Journal of Economic Perspectives.
[4] Walter Enders y Todd Sandler 1993. “The Effectiveness of Anti-Terrorism Policies: Vector Autoregression-Intervention Analysis,” American Political Science Review.
La reñacion entre terrorismo y economia
es a mejor redistribución de la riqueza menor terrorismo actualmente hay un 5% de la población preparada que aprovecha estas oportunidades el resto falta incluirlos y muchos de ellos reaccionan con terrorismo por resentimiento contra este orden social
es papel del Estado prepararlos para que tengan mayores oportunidades
Como se observa en el presupuesto nacional se incrementó en todos los sectores en especial en los sectores de que luchan contra el terrorismo; pero hasta ahora no observamos un verdadero cambio. Es deber del Estado enfrentar y contrarrestar estos problemas sociales y no solo se trata de asignar mayores recursos.