La incertidumbre climática del sector agrícola constituye, entre otros, un límite para acceder al crédito, el mismo que podría complementarse con otros mecanismos financieros, tal como el seguro agrario. Al contar con altas tasas de interés, los productores recurren a mecanismos informales que en el largo plazo los desfavorecen. El seguro agrario permitiría la diversificación hacia productos más rentables, aunque más riesgosos, el brindar estabilización en los ingresos y mejorar la cobertura del crédito formal[1]. Dichos instrumentos financieros han intentado ponerse en marcha desde hace algunos años en nuestro país. Así, en el año 2003, el Gobierno formó la Comisión del Seguro Agrícola, la cual tuvo por objetivo un estudio de factibilidad, y últimamente ha firmado un “Plan de Operaciones para la Implementación de Proyectos Piloto”, donde participan el Ministerio de Agricultura y la Financiera Agrícola de Québec, para ofrecer este servicio a Junín y Lambayeque.
Sin embargo, el interés radica en el tipo de seguro por implementarse. Hasta ahora los seguros tradicionales se han visto limitados por problemas como la selección adversa y el riesgo moral. Otras propuestas son las transferencias alternativas de riesgos y los seguros por índices. Este último, depende de una variable de frecuencia climática[2]. Además, la valoración del riesgo se realiza regionalmente y no de manera individual. Así, se reducen los costos de transacción, debido a que no se requiere de inspección para su suscripción y los ajustes por siniestros. Por ello, cuanto más homogéneo sea el impacto en la zona por similitud de cultivos o condiciones de suelo, más eficiente la compensación a los productores. Esta “tecnología” disminuye los problemas del seguro tradicional[3], pero a pesar de eso permanecerá el problema de pagar a aquellos que no han sufrido daños reales o no pagar lo merecido a los que tienen daños significativos, pues éstos no se reflejan en la variable climática regional[4]. También cabe resaltar que los seguros indexados requieren de muy buena información. Esto último, cobra relevancia debido a que una de las necesidades del país es mejorar la información del sector agrario y en relación con el clima.
[1] Los seguros agrícolas: Evolución y perspectiva en América Latina y el Caribe. Mark Wenner, 2005.
[2] Se toma como referencia un valor crítico del clima, cuya ocurrencia o no, puede afectar la productividad de los cultivos. Por ejemplo, sequías o inundaciones en determinada zona.
[3] Cobertura de riesgos y seguro agropecuario, Miguel Angel Peña, ALIDE (Asociación Latinoamericana de Instituciones Financieras para el Desarrollo), 2004.
[4] Agricultural Insurance Policy and Farmers´ Exposure to Idiosyncratic and Covariate Risk in the Peruvian Coast. Proposal submitted to BASIS Program University of Wisconsin-Madison. E, Zegarra y C, De los Rios. 2005.