El sistema bancario Latinoamericano está actualmente inmerso en un contexto favorable de factores económicos, tales como: altas tasas de crecimiento del PBI de la región, bajas tasas de interés, incremento del plazo promedio de la deuda en la mayoría de países de la región, la mejora del poder adquisitivo de los consumidores, y mayores niveles de consumo de los sectores de clase media en la región. Este favorable contexto estaría empujando el fortalecimiento de productos y servicios financieros tales como los créditos hipotecarios, préstamos de consumo personal, tarjetas de créditos, etc.
La profundidad financiera[1] en América Latina ha aumentado del 40% del PBI en 1990 al 133% en 2005. Sin embargo este crecimiento no ha ocurrido tan rápido como en los países de Asia; asi por ejemplo, los depósitos bancarios de la región, durante el año 2005 se incrementaron a USD$ 748 MM aproximadamente; lo que representa sólo el 32% del PBI latinoamericano, en contraste con el 75% que representan los depósitos en las economías emergentes de Asia pacifico y el 166% que representa en China. Es decir, existe un potencial de crecimiento en el mercado que debe ser identificado y aprovechado.
Adicionalmente, se identifica en la región, una alta concentración de activos bancarios en las cinco principales instituciones bancarias de cada país; más del 50% en Argentina, cerca de 70% en Chile, 80% en Colombia y México, y cerca de 90% en el Perú. Otra tendencia que se observa es la primacía de bancos privados por encima de bancos estatales, salvo en Argentina (Banco de la Nación Argentina y Banco de la Provincia de Buenos Aires) y en Brasil (Banco de Brasil y Caixa Econômica Federal). Asimismo, se observa una mayor presencia de bancos multinacionales.
Este escenario ha motivado el seguimiento de múltiples estrategias por parte de los bancos locales, tales como el fortalecimiento de sus economías de escala y la búsqueda de mayor cobertura en sus propios países.
De igual forma, estos bancos estarían usando diversas estrategias para evitar ser adquiridos; por ejemplo, i) el encarecimiento de sus múltiplos de valorización, como lo habría hecho el Banco de Bogota, ii) el incremento de su capitalización de mercado por medio de un crecimiento sostenido y /o vía fusiones con otros bancos locales, o iii) la búsqueda simultanea de ambos objetivos. Por otro lado, los bancos multinacionales tienen como sus principales fortalezas, la experiencia y gestión de múltiples bancos en distintos países y la posibilidad de transferir innovaciones y buenas prácticas que realizan de un país a otro.
En suma, estas nuevas tendencias en el sistema bancario suponen una mayor competencia en el mercado y por tanto una mayor oferta de servicios y productos financieros que tienden a beneficiar a los diferentes agentes económicos de un país.
[1] Una manera de evaluar el desarrollo de un sistema financiero es analizar su profundidad financiera, es decir el valor de los activos financieros como porcentaje del PBI, y por lo general los mercados con mayor grado de profundidad financiera tienen mayor liquidez y facilitan el acceso al capital.
El artículo no destaca elgrave defecto del sistema financiero lationoamericanos, excepto el caso de Chile, de prestar un volumen al sector privado no financiero y en particular al sistema productivo. Ver mi obra La Monetizacion de la Economía Ed. Dunken 2003 Bs.As. y los ensayos sob re oce paises de la region que pueden leerse en mi pagina http://www.revolucióncultural.com.ar Mario cadenas Madariaga