El 01 de diciembre, bajo el auspicio de algunos organismos multilaterales, instituciones gubernamentales y no gubernamentales, el mundo se tomó algún momento para reflexionar sobre la existencia y consecuencias en la sociedad del VIH/SIDA.
Al respecto, algunas cifras recientes, que resaltan la magnitud del problema, son las siguientes[1]: en el 2005, cerca de 4,9 millones de personas habrían sido infectadas por el VIH; de este modo, serían un total de 40,3 millones de personas que viven actualmente con el VIH, habiendo fallecido por el SIDA, sólo en el transcurso del presente año, unas 3,1 millones de personas, o el equivalente a unas 6 personas por minuto. Desde que el SIDA fuera identificado en 1981, éste ha cobrado la vida de más de 25 millones de personas.
Sobre la base de los datos presentados, resulta claro que el VIH/SIDA constituye uno de los problemas de salud más serios que afectan al mundo hoy en día. Pero más allá de ello, también debe resultar claro que se trata de una enfermedad que afecta el bienestar de todos en términos de horas laborales perdidas, gastos adicionales en salud y prevención, y hasta en la forma de una menor cohesión social, toda vez que las personas infectadas suelen sufrir de diferentes formas de discriminación.
Así, sólo a modo de ejemplo, en un documento de investigación publicado por el NBER[2], Jeff DeSimone y Edgard J. Schummacher encuentran que en el mercado laboral de la salud en EE.UU. se da una compensación monetaria a aquellas personas que por su trabajo están expuestas a contraer el VIH. De este modo, señalan, en la medida de que se pueda reducir la incidencia del VIH/SIDA, los estados podrían tener una reducción significativa en los gastos que realizan en salud[3].
Finalmente, cabe señalar que hoy en día se pueden encontrar varias instituciones que vienen promoviendo acciones específicas para luchar contra la expansión del VIH/SIDA, destacando entre ellas el Programa de las Naciones Unidas para la Lucha Contra el VIH/SIDA (UNAIDS, por sus siglas en inglés), por tratarse de un esfuerzo conjunto de varios organismos multilaterales[4], por lo que corresponde a las autoridades competentes evaluar y alinear sus esfuerzos para obtener resultados efectivos contra esta enfermedad.
Para el caso peruano, según la Oficina General de Epidemiología, sólo en octubre del 2005 se detectaron 835 nuevos casos de personas con SIDA y 1,882 personas portadoras del VIH. A la fecha se han registrado 41,335 personas con SIDA y VIH, 43% y 57% respectivamente, cifra que supera el doble de lo registrado hasta el año 1999 (19,925 personas). Cabe mencionar que 66% de los infectados de SIDA tienen entre 20 y 39 años de edad, adultos jóvenes en la etapa de mayor capacidad productiva.
[1] Fuente: ONUSIDA/OMS. Situación de la Epidemia de SIDA. Diciembre de 2005.
[2] “Compensating wage differentials and AIDS risks”. Jeff DeSimone and Edward Schummacher. NBER Working Paper, October 2004.
[3] Un trabajo más general sobre el impacto del SIDA en la economía se puede encontrar en la investigación realizada por David E. Bloom y Ajay S. Mahal, “Does the AIDS epidemic really threaten economic growht?”, NBER Working Paper, June 1995.
[4] La dirección electrónica de UNAIDS se encuentra disponible en: http://www.unaids.org/en/default.asp.
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