6 000 vehículos en llamas en todo el país, 1 500 personas arrestadas y una muerte es el saldo de las revueltas ocurridas los últimos días en Francia. No se trata de algún tipo de vandalismo organizado sino más bien del descontento social de los jóvenes de ascendencia africana (norte y oeste).
Por un lado, en Francia el desempleo entre los jóvenes asciende al 23% y, de estos, se estima que el desempleo entre los que viven en zonas urbano marginales alcanza el 40%.[1] Según el primer ministro, Dominique de Villepin, estas cifras se dan en un contexto en el que el 70% de los nuevos contratos son temporales y en donde la mitad de estos duran menos de un mes.[2] Se trata pues de un mercado laboral tan protegido que los empleadores han optado por llevar a cabo contratos de este tipo dejando una sensación de inestabilidad entre los jóvenes.[3]
Por otro lado, a pesar de que la población de origen africano, en Francia, representa el 10%, aún no se puede hablar de una sociedad integrada; lo cual se refleja en la escasa representación política, en medios de comunicación e incluso en la fuerza policial, así como también, en la baja tolerancia cultural (estigmatización del Islam).
Sin embargo, algo que debe tenerse en cuenta es que pese a las características particulares de la sociedad francesa, esta no es una situación ajena a cualquier otro país. La falta de empleo, la exclusión social, los problemas de vivienda o el bajo nivel de educación entre inmigrantes forma parte de la agenda de muchos gobiernos. Del mismo modo, se puede rescatar una lección que ya debería haberse aprendido: el acoso de minorías étnicas y/o religiosas fácilmente propicia un clima en el que incidentes menores desencadenan situaciones de violencia masiva.
[1] Eurostat. Cabe mencionar que la mayoría de países europeos no cuenta con estadísticas desagregadas según grupos éticos.
[2] The Economist, 10 Noviembre, 2005
[3] Por ejemplo: semana laboral de 35 horas, fuertes normas para la contratación, entre otros.
valen verga todos ustedes pendejos
SI Y QUE