LOS HURACANES Y EL INUSUAL CONTEXTO MACROECONÓMICO MUNDIAL

Las especulaciones alrededor de los efectos del huracán Katrina y los potenciales efectos del huracán Rita, han servido para repasar el inusual contexto macroeconómico norteamericano y global en el que estos fenómenos tienen lugar. Una rápida revisión de algunas características destacables de este contexto es el marco de referencia adecuado en el cual ubicar estos impactos.

Existe una hipótesis, planteada por el economista Ben Bernanke, que trata de explicar la particular situación actual de EE.UU. – enorme déficit fiscal, bajas tasas de interés y crecimiento – a través de la noción de sobreahorro global, la cual de manera implícita sirve para explicar lo que ocurre en el resto del mundo. Este sobreahorro global descansa en la noción de Keynes del ajuste imperfecto de precios, lo que genera situaciones en las que las tasas de ahorro e inversión tardan en equilibrarse. Sin embargo, si sólo nos fijamos en el nivel agregado de ahorro mundial, vemos que éste no es muy alto, por lo que otro factor podría estar operando. Este otro factor lo detectamos al observar la tasa de ahorro relativa a la de inversión que tiene lugar en distintos países. La evidencia muestra que en los países desarrollados existe, en términos generales, poco ahorro relativo a la inversión, mientras que en los países emergentes existe más ahorro relativo a la inversión. Esto hace que los países emergentes se vuelvan exportadores netos de recursos y “financien” la falta de ahorro en otras partes del mundo.

¿Por qué las tasas de ahorro son altas y las de inversión bajas en los países emergentes y ocurre lo opuesto en los países desarrollados? A pesar que no hay un consenso sobre la influencia de los determinantes del ahorro y la inversión, hay cambios en distintas variables relacionadas con el ahorro que son notorios para ambos grupos de países. Las ganancias de capital y la disponibilidad de crédito que han experimentado las economías desarrolladas en los últimos años son factores que han desincentivado el ahorro. Por su parte, el crecimiento y el shock positivo de los términos de intercambio en las economías emergentes explican el incremento del ahorro total. Aquí se puede ubicar con facilidad el shock positivo del precio del petróleo para las naciones exportadoras netas, varias de las cuales son emergentes. Si a esta dinámica de ahorro se suma que la usual relación entre crecimiento e inversión se ha roto en los últimos años, se consigue un efecto “amplificado” por el retraso en la inversión que Bernanke llama sobreahorro, es decir, que deja a las economías emergentes en una posición superavitaria de recursos inusualmente alta y con incentivos para aprovecharla.

Cabe precisar que toda la reflexión de Bernanke se apoya en el supuesto que este sobreahorro es un fenómeno cíclico. Esto resulta razonable desde que los ciudadanos de EE.UU. en algún momento dejaran de endeudarse y los gobiernos asiáticos dejaran de ahorrar para mantener devaluada su moneda. Incluso es posible que el ciclo sea un poco más largo de lo usual – el gasto previsto para la reconstrucción por el huracán Katrina bordea los US$ 200 mil millones que incrementará el déficit – al mismo tiempo que podemos especular sobre la posibilidad de estar frente a cambios estructurales, pero la hipótesis que este sobreahorro descansa en factores cíclicos resulta más interesante en cuanto la salida del ciclo implicaría un paso obligado por una fuerte recesión mundial.

Puntuación: 1.00 / Votos: 1

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *