Las mil y una noches…¿y una denuncia por acoso?

“Pero no te va a salir gratis”. Con esta novela y su argumento parece que no se va a ningún lado respecto al tan mentado respeto por la mujer. Finalmente cada persona es libre de escoger la vida que desea y lo que hace con su cuerpo es cosa suya. Sin embargo, queda a reflexión este tipo de situaciones que con la avenencia de la sociedad son mostradas libremente en un medio de comunicación masivo.

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Hablando de respeto a la mujer..

Ahora cualquier cosa es considerada música. Creo que cada quien es libre de escuchar la musica que desee pero, desde mi particular punto de vista, siento que no tiene sentido exigir tanto respeto hacia la mujer o realzar su dignidad si este tipo de letras son esparcidas por todo el país en cada concierto o son reproducidas en alguna fiesta. No estoy en contra de la banda/agrupación musical que interpreta esto, menos de su autor (según entiendo esta letra proviene de un huayno). Las personas pueden crear lo que deseen, lo que quieran, pero ya depende de la sociedad admitir esa manifestación artísitica. No se si a usted, estimado lector, le gustaría que alguna hija o madre en su familia se pusiera a cantar esto. La letra es denigrante. Si la sociedad permite esto, ¿qué tipo de respeto hacia la mujer exigen en los medios o los colectivos feministas?. La sociedad al final decide.

https://www.youtube.com/watch?v=KSNqYWFNurg&showinfo=0

Miénteme engáñame,
pero no me lastimes,
miénteme engáñame,
pero no me lastimes.

Sácame la vuelta pero no me dejes,
si te vas llévame contigo,
sácame la vuelta pero no me dejes,
si te vas llévame contigo.

Hablaran criticaran,
a mi que me importa,
hablaran criticaran,
a mi que me importa.

Sácame la vuelta pero no me dejes,
si te vas llévame contigo,
sácame la vuelta pero no me dejes,
si te vas llévame contigo.

Unos me dicen pisada,
otros me dicen que tonta,
pero eso a quien le importa,
si todo es por amor.

Unos me dicen pisada,
otros me dicen que tonta,
pero eso a quien le importa,
si todo es por amor

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Informe sobre el desarrollo mundial 2015 aborda los temas de la mente, la sociedad y la conducta

Desde el trabajo fundacional de Adam Smith ([1759, 1776] 1976), los economistas han analizado los elementos psicológicos y sociales que influyen en las decisiones humanas. John Maynard Keynes reconoció “la ilusión monetaria” (la tendencia a pensar en el dinero en términos nominales y no reales) y la usó en la solución que propuso para el desempleo. También reconoció que muchas de nuestras inversiones de largo plazo reflejan “espíritus animales” (intuiciones y emociones), no un cálculo frío. Gunnar Myrdal fue un estudioso del estancamiento cultural. Herbert Simon y F. A. Hayek basaron gran parte de su trabajo en el reconocimiento de que las personas solo pueden procesar un cúmulo determinado de información cada vez y no son capaces de sopesar cuidadosamente los costos y los beneficios de todos los posibles resultados de sus decisiones. Albert Hirschman sostuvo que es útil recordar que las personas tienen motivos complejos, y valoran la cooperación y la lealtad.

Sin embargo, durante gran parte del siglo XX, a través del trabajo de Paul Samuelson y de muchos otros, surgió un movimiento progresivo hacia el rechazo de los elementos hedonísticos, introspectivos y psicológicos (Samuelson, 1938, página 344). Milton Friedman, en su famoso ensayo titulado La metodología de la economía positiva (1953), y otros académicos durante la década de 1950 argumentaron de manera convincente, a partir de las evidencias disponibles en ese momento, que los economistas podían ignorar sin temor a equivocarse los factores psicoló- gicos al realizar predicciones sobre los resultados del mercado. El actor económico individual podía entenderse como un agente desapasionado, racional y centrado puramente en su propio interés, puesto que quien no se comportara de ese modo sería expulsado del mercado por los que sí lo hacían. Los supuestos acerca del cálculo perfecto y de las preferencias fijas y completamente centradas en el propio interés de los modelos económicos convencionales se convirtieron en creencias que se daban por sentado en muchos círculos.

Los últimos 30 años de investigaciones sobre los procesos de toma de decisiones realizadas en diversas ciencias sociales y conductuales han llevado a los economistas a una etapa en la que miden y formalizan aquellos aspectos psicológicos y sociales de las decisiones que muchos de los estudiosos fundacionales de la economía consideraban importantes. La labor empírica muestra que cuando las personas toman decisiones, no tienen en cuenta todos los costos y los beneficios. Quieren cumplir con las expectativas sociales. Sus gustos no son invariables ni varían de manera arbitraria. Sus preferencias dependen del contexto en el que se ponen en juego y de las instituciones sociales que han formado los marcos interpretativos a través de los cuales ven el mundo (Basu, 2010; Fehr y Hoff, 2011).

La economía, de este modo, ha cerrado el círculo y regresado al punto de partida. Después de una tregua de unos 40 años, se está reinventando una economía asentada en una comprensión más realista de los seres humanos. Pero esta vez, se basa en un importante cúmulo de pruebas empíricas: evidencias de nivel micro extraídas de diversas disciplinas de las ciencias sociales y del comportamiento. La mente, a diferencia de una computadora, es psicológica, no lógica; maleable, no fija. Sin duda es racional abordar problemas idénticos de forma idéntica, pero a menudo la gente no lo hace; sus elecciones cambian cuando se modifican las opciones predeterminadas o el orden de las alternativas. Para interpretar experiencias y tomar decisiones, las personas utilizan modelos mentales que dependen de la situación y de la cultura. En este informe se muestra que, si se analiza la conducta humana desde una perspectiva más interdisciplinaria, se puede mejorar el poder predictivo de la economía y generar nuevas herramientas para las políticas de desarrollo.

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En: Panorama General Mente, sociedad y conducta. 2015 Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial

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