A continuación, se presenta un ejemplo de texto contraargumentivo de tres párrafos. Primero, se consigna una introducción generadora de la controversia y la que registra la tesis que se defenderá. Segundo, se registra el cuerpo argumentativo, en el que se inicia con un argumento contrario y luego con un argumento propio que se desarrolla. Finalmente, se escribe el cierre, en el que se reafirma la tesis y se explica el argumento propio articulado con alguna reflexión.


Ejemplo de texto contraargumentivo de tres párrafos

Los vecinos y el parque: ¿Invasión o recreación?*

Los parques se caracterizan por ser ambientes donde la familia puede ir los fines de semana a divertirse y relajarse. Sin embargo, solo el 10 % de los limeños tiene acceso a estas áreas verdes y si las tienen, estas son con limitaciones como evitar el exceso de ruido, jugar pelota, entre otros. En algunos distritos de la capital, los vecinos coinciden en que esto se debe a que la mayoría de peruanos se caracterizan por ensuciar o arruinar estas áreas. Ante esta situación, se plantea si la actitud de los los residentes es discriminatoria o no. Desde nuestra propia observación, consideramos que sí hay un trato que excluye a la población visitante, estigmatización que conduce a convertir los espacios públicos segmentariamente en espacios privados. Por ello, a continuación, discutiremos dicha posición.

Generalmente, la actitud de los vecinos de barrios como San Isidro se justifica por la molestia que sienten cuando perciben que otros pobladores ‘invaden’ sus parques, basados en la ideología que lo ‘contaminan’, se asume que este grupo de personas está haciendo daño a la naturaleza y al medio ambiente de sus viviendas. Sin embargo, este argumento es totalmente erróneo. Los parques como El Olivar han sido creados para propósitos recreativos y educativos. La gente que asiste a dicho lugar emplea el área para estudiar, jugar, pasar el tiempo, reflexionar, caminar, etc. Es decir, el espacio público no está solo para ser únicamente expectado como si fuera una fotografía o una vitrina, sino que más bien es utilizado como recurso para el desarrollo humano de habilidades, cualidades y valores. Los niños suelen jugar con su pelota, los jóvenes suelen patinar con skateball, los adultos se enamoran, al igual que los abuelos. Por ejemplo, no falta por ahí alguna propuesta de matrimonio. En este sentido, la población no invade el lugar ni lo contamina. Que haya ocurrido un daño material al lugar no debe ser generalizado para acusar a todos los visitantes de ‘contaminantes’, y menos catalogarlos de sucios, ignorantes y serranos, más bien debe contemplarse y valorarse que el sitio cumple su función de servir para propósitos diversos, pues es empleado para aprender, jugar, emocionarse. Al respecto, un parque que está enrejado, pierde todo su valor.

En síntesis, debe quedar claro que la actitud de muchos vecinos sí es discriminatoria. No obstante, como hemos podido demostrar, parques como El Olivar deben cumplir su función de espacio público, más allá del trato vejatorio de alguna parte de la comunidad. En relación con ello, sería importante implementar áreas acondicionadas para comer y sentarse en todos los parques de Lima, y así promover la visita y la recreación, al mismo tiempo que se fomenta el orden y limpieza de estos lugares. Lima es una ciudad que no cuenta con muchos parques y si estos existen se encuentran en zonas exclusivas, mientras que otros países cuentan con parques abiertos para estudiar y jugar. ¿Cómo no querer un lugar como estos? ¿Qué parques debemos de poseer los peruanos?


  • Este texto ha sido escrito por Marco Lovón Cueva y Renato Gianfranco Del Carpio Gavidia.

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