Abusos: Vaticano refuerza investigación en prevención

2:00 p.m. | 30 abr 21 (TT/CX).- Después del destape del escándalo mundial de abusos sexuales por parte del clero, la inédita cumbre antiabusos del 2019 fue un paso inicial -tardío- hacia un enfoque más proactivo y coordinado en toda la Iglesia. Se va asimilando la lección de que los abusos no van a desaparecer por arte de magia, requiere una respuesta comprometida y continua. En ese sentido, episcopados que reconocen cifras y casos de abusos (como esta semana en España) y la aparición de propuestas como el Instituto de Antropología en Roma, enfocado en fortalecer estudios multidisciplinarios para la prevención, son aportes en la dirección correcta.

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El Centro de Protección de Menores de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (CCP) se ha transformado en un instituto académico, aprobado por el Vaticano con su propio profesorado y capacidad para otorgar títulos académicos avanzados. A partir del 1 de septiembre de 2021, se convertirá en el Instituto de Antropología, que ofrecerá estudios interdisciplinarios sobre la dignidad y el cuidado del ser humano y ampliará su alcance en la investigación, anunció la universidad en un comunicado de prensa.

La Congregación Vaticana para la Educación Católica aprobó el cambio el 15 de abril, permitiendo que el centro amplíe su labor, desarrolle su propio profesorado académico y otorgue una licenciatura en salvaguardia y un doctorado en antropología, además del actual diploma en salvaguardia. El rector de la universidad, el padre jesuita Nuno da Silva Gonçalves, declaró: “Con esta decisión, nuestra universidad reitera e intensifica su compromiso con la labor de protección de los menores y las personas vulnerables, y el apoyo a los entornos seguros que promueven el respeto a la dignidad humana”.

El nuevo instituto también “profundizará en la dimensión interdisciplinar de la educación y la investigación, reconocida por todos como fundamental para abordar las cuestiones relacionadas con los abusos y su prevención”, señaló. La universidad anunció en su comunicado de prensa que la creciente demanda de los programas de aprendizaje en línea y presenciales del centro “y las solicitudes de su participación en eventos académicos y formativos locales e internacionales atestiguan que el CCP se ha convertido en una autoridad líder en su área de especialización. Este reconocimiento requiere un enfoque institucional y académico diferente que excede la capacidad de un centro”.

Como instituto académico, podrá ampliar su “compromiso con el diálogo científico y la investigación” y promover mejor el cuidado y la protección de todas las personas, dijo. El instituto “espera responder al clamor por la justicia y la curación, desarrollar estrategias de empoderamiento para ayudar a las personas heridas por el abuso a enfrentarse a él de forma eficaz y constructiva, y promover la creación de entornos sanos y seguros para el crecimiento y el bienestar humanos integrales”, dijo.

El Centro de Protección de Menores se creó en 2012 como parte del Instituto de Psicología de la Pontificia Universidad Gregoriana. Con un enfoque en la atención a las víctimas-sobrevivientes del abuso infantil, el centro “tenía como propósito inicial educar y proporcionar recursos para la investigación en el área de la prevención del abuso sexual infantil”; más tarde añadió un enfoque en el abuso de personas vulnerables, todo bajo el concepto más amplio de la protección de la dignidad humana, dijo.

Al respecto, el padre Hans Zollner SJ, psicólogo y teólogo que ha dirigido la CCP desde su origen, comentó a la revista The Tablet que la decisión de crear un instituto antropológico fue impulsada por la inquietante constatación de que los abusos son “un fenómeno universal e histórico”. En la Iglesia, explicó el padre Zollner, la atención se está desplazando ahora para abordar el abuso de las mujeres, incluidas las hermanas religiosas, y el “abuso espiritual” y el control coercitivo y el abuso de poder en las instituciones religiosas.

“Quien piense que (los abusos) van a desaparecer dentro de unos años se equivoca”, dijo. “Se trata de un reto sistémico, que no podemos solucionar sólo con la introducción de directrices aquí y allá. Se necesita una comprensión de la salvaguardia por diseño, no como una aplicación que se activa o desactiva según se necesite. Esto es fundamental para la misión de la Iglesia”.

“Se pensaba que los abusos se trataban a través de la psicología y el derecho canónico, pero que no era necesario incorporar la filosofía, la teología, las ciencias sociales y los antecedentes históricos. ¿Cuáles son los conceptos que sustentan la salvaguardia? Sorprendentemente, tenemos muy poca claridad al respecto. Sí, una vez aplicadas las medidas, los casos de abuso disminuyen, pero desde el punto de vista de la investigación aún no tenemos una pista clara de lo que funciona bien y lo que es menos eficaz”.

Y añadió: “Uno de los retos es que, tanto en la Iglesia como en la sociedad, una vez que se empieza a hablar de las cuestiones más profundas en torno a la prevención, la protección y la salvaguarda, la gente se aleja de ellas. Es muy difícil de soportar que alguien hable de los abusos sexuales a una persona vulnerable como un fenómeno universal e histórico. Se trata de una violencia que tiene una realidad antropológica en todas las culturas”.

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Iglesia española admite por primera vez 220 casos de abusos a menores en los últimos 20 años

“Reconocemos que en algún tiempo hemos podido caminar demasiado despacio, en otra época, incluso, mirar hacia otro lado y lavar los trapos sucios en casa”. El portavoz de la Conferencia Episcopal española, Luis Argüello, hizo un llamativo mea culpa durante la rueda de prensa al término de la Asamblea Plenaria, en la que, por primera vez, hicieron público los datos de la Congregación para la Doctrina de la Fe referentes a la pederastia en la Iglesia española.

A fecha de 20 de abril, según reveló Argüello, se han recibido 220 casos de abusos por parte de clérigos en los últimos veinte años. De ellos, 144 pertenecen al clero diocesano (de los que se han resuelto 101), y 76 del clero perteneciente a la vida religiosa (resueltos 50). El resto, “siguen abiertos”.

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Fuentes:

The Tablet / Crux / Vatican News / Foto: Pontificia Universidad Gregoriana