Iglesia, renuévate: el llamado para la fase continental del Sínodo

8:00 a.m. | 3 nov 22 (NCR/CNS).- El Vaticano difundió el texto oficial para orientar los trabajos de la fase continental del Sínodo sobre la Sinodalidad. “Ensancha el espacio de tu tienda” es el título del documento anunciado por la Santa Sede, que reúne numerosos temas y preocupaciones, todos ellos recogidos de los aportes de millones de fieles que participaron de la etapa de escucha. Medios y vaticanistas destacan que entre las diversas cuestiones que se desarrollan en el documento, no se han dejado lado aquellas “controversiales”, que incluso algunos años atrás eran prohibidas en debates y encuentros oficiales de la Iglesia. Reunimos síntesis y comentarios de diversos medios sobre el texto presentado, así como la versión completa.

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“Ensancha el espacio de tu tienda”: Que nadie quede excluido

El documento de 45 páginas, publicado el 27 de octubre, recoge diversos temas importantes de las sesiones de escucha celebradas con millones de católicos de todo el mundo durante el último año. Aunque el texto tiene cuidado de señalar que no es enseñanza eclesiástica magisterial, sí podría describirse como la expresión más completa y sincera de la relación de la Iglesia católica con el mundo moderno hasta ahora publicada por una oficina del Vaticano.

El texto servirá de marco para la fase continental del proceso sinodal en curso de la Iglesia, que implica reuniones eclesiales en todos los continentes durante los próximos meses, antes de las dos asambleas que se celebrarán en Roma en octubre de 2023 y de 2024. Fueron 112 de las 114 conferencias episcopales de todo el mundo las que presentaron informes de síntesis, junto con todas las iglesias católicas orientales y los departamentos del Vaticano, las asociaciones religiosas y laicas católicas y las consultas en línea del “Sínodo digital”.

“Lo que surge es una profunda reapropiación de la dignidad común de todos los bautizados”, afirma el documento al describir sus esfuerzos por escuchar las voces de todos los católicos. “Esto parte de un deseo de inclusión radical: que nadie quede excluido”. El texto, titulado “Ensancha el espacio de tu tienda” por el pasaje de Isaías, fue elaborado por un equipo de 30 asesores que se reunieron en Frascati (Italia) durante dos semanas a finales de septiembre y principios de octubre, la mayoría de los cuales eran laicos católicos.


Escuchar los márgenes

Aunque en la introducción se afirma que el documento no es enseñanza oficial de la Iglesia ni conclusivo, los redactores señalan que es teológico “en el sentido de que incluye el precioso tesoro teológico contenido en el relato de una experiencia: la de haber escuchar la voz del Espíritu por parte del Pueblo de Dios, permitiendo que surja su sensus fidei”.

Es notable que incluya muchas voces, experiencias y testimonios de quienes piden que se renueven varias enseñanzas y prácticas de la Iglesia. Mientras que muchos de los temas planteados en el texto alguna vez dieron lugar a investigaciones formales o censuras de la oficina doctrinal del Vaticano bajo los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, bajo el proceso sinodal de Francisco se discuten abiertamente a través de una propuesta publicada por uno de los principales departamentos del Vaticano.

“Entre los que piden un diálogo más incisivo y un espacio más acogedor encontramos a quienes, por diversas razones, sienten una tensión entre la pertenencia a la Iglesia y sus propias relaciones afectivas, como por ejemplo: los divorciados vueltos a casar, los padres y madres solteros, las personas que viven en un matrimonio polígamo, las personas LGBTQ, etc.”, señala el texto. Luego, continúa citando el informe de Estados Unidos: “la gente pide que la Iglesia sea un refugio para los heridos y rotos, no una institución para los perfectos. Quieren que la Iglesia salga al encuentro de las personas allí donde se encuentren, que camine con ellas en lugar de juzgarlas, que establezca relaciones reales a través de la atención y la autenticidad, y no un sentimiento de superioridad”.

También se destaca la necesidad de que la Iglesia llegue a las comunidades excluidas o desatendidas, entre ellas: los pobres, los ancianos, los pueblos indígenas, los migrantes, los niños de la calle, los que sufren de adicción, las víctimas de la trata de personas, los presos, las víctimas de la violencia racial o de género y las personas que han dejado el ministerio ordenado. El documento también señala que para que la Iglesia alcance plenamente su objetivo de sinodalidad -que el Vaticano describe como “caminar juntos”- debe prestarse mayor atención al compromiso ecuménico de la Iglesia con otras comunidades cristianas.

En particular, el documento destaca que, al responder a los desafíos sociales y medioambientales, las alianzas forjadas con otras confesiones cristianas, religiones y personas de buena voluntad han alimentado el deseo de una colaboración más profunda, tanto teológica como práctica. Otras cuestiones pastorales incluyen el deseo de un mayor acceso a la Eucaristía y la preocupación de que se convierta en una fuente “de confrontación, ideología, ruptura o división”, la necesidad de mejorar las homilías de los sacerdotes (“La calidad de las homilías se señala casi unánimemente como un problema”), la persecución de los cristianos y la escasez mundial de sacerdotes. Y, aunque “el tono de las síntesis no es anticlerical” (en contra de los sacerdotes o del sacerdocio ministerial), dice el documento, muchos de ellos citaban el “clericalismo” como un obstáculo para ser una “iglesia sinodal”.

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En una conferencia de prensa del Vaticano celebrada el 27 de octubre tras la publicación del documento, se le preguntó al cardenal luxemburgués Jean-Claude Hollerich por el tema de la “ampliación de la tienda” de la Iglesia, especialmente para aquellos que el documento considera marginados y cuyas circunstancias de vida pueden haberles hecho entrar en conflicto con la enseñanza de la Iglesia. La tienda, dijo, está abierta a “todas las personas creadas y amadas por Dios”.

“Veamos a cada persona como una persona amada por Dios, llamada a ser por Dios. Cristo murió en la cruz por esta persona, así que si no soy capaz de dar un espacio a esta persona en la tienda, tengo un problema con Dios”, dijo Hollerich, que es el relator, o moderador, del sínodo. Hollerich, que participó en la rueda de prensa de forma virtual, estuvo acompañado por el jefe de la oficina sinodal del Vaticano, el cardenal Mario Grech, y los consultores del sínodo, el jesuita P. Giacamo Costa, monseñor Piero Coda y la teóloga Anna Rowlands.


Sexismo y ordenación de mujeres

El informe dedica una atención significativa al papel de la mujer en la vida eclesiástica, señalando que fue una preocupación mencionada por todos los continentes que presentaron informes sinodales. “Las mujeres siguen siendo la mayoría de los que asisten a la liturgia y participan en las actividades, los hombres son una minoría; sin embargo, la mayoría de las funciones de toma de decisiones y de gobierno están en manos de los hombres”, afirma el informe. “Está claro que la Iglesia debe encontrar formas de atraer a los hombres a una membresía más activa en la Iglesia y permitir que las mujeres participen más plenamente en todos los niveles de la vida eclesiástica”.

El documento continúa citando el informe de la conferencia episcopal de Nueva Zelanda, que afirma que la “falta de igualdad para las mujeres dentro de la Iglesia se considera un obstáculo para la Iglesia en el mundo moderno”. El texto también cita un informe de los dos grupos que representan a los miembros de las órdenes religiosas católicas del mundo (USG/UISG), que dicen que “en los procesos de decisión y en el lenguaje de la Iglesia, el sexismo está muy extendido”.

“En consecuencia, las mujeres se ven excluidas de funciones importantes en la vida de la Iglesia, y sufren discriminación al no recibir un salario justo por sus labores y servicios”, dijeron. “Las religiosas suelen ser consideradas mano de obra barata”. Entre las áreas a considerar, el documento incluye la cuestión del rol de las mujeres en las estructuras de gobierno de la Iglesia, la posibilidad de que puedan predicar, el diaconado femenino y la ordenación de mujeres al sacerdocio. Sobre la cuestión de la ordenación, el texto afirma: “Se expresan posturas mucho más diversificadas con respecto a la ordenación sacerdotal de las mujeres, que algunas síntesis reclaman, mientras que otras la consideran una cuestión cerrada”.

La inclusión de estos temas en el documento de trabajo para la fase continental del proceso sinodal indica que es muy probable que la cuestión vuelva a ser considerada durante las reuniones de Roma en 2023 y 2024. Cuando se les preguntó sobre la cuestión de las mujeres diáconos durante la conferencia de prensa, tanto Grech como Rowlands dijeron a los periodistas que el tema se incluyó en el documento porque fue mencionado por un gran número de informes presentados en todo el mundo. “Está ahí simplemente como una cuestión de hecho”, dijo Rowlands, añadiendo que “habría sido deshonesto si no lo hubiéramos puesto en el documento”.


Próximos pasos

Si bien el documento ofrece una larga lista de cuestiones a considerar, también subraya que la sinodalidad no consiste en plantear preocupaciones particulares, sino en un nuevo proceso o una nueva forma de “ser Iglesia”, con el fin de fomentar una mayor inclusión de sus miembros. Para que esto tenga éxito, el documento afirma que serán necesarios cambios en las estructuras de la burocracia central del Vaticano (conocida como la Curia Romana), el Código de Derecho Canónico, la liturgia de la Iglesia y el proceso de formación de sacerdotes y religiosos.

Del mismo modo, el documento también reconoce que todo el proceso de sinodalidad tiene sus escépticos y que algunos de los miembros de la iglesia temen que el proceso pueda cambiar la enseñanza de la iglesia o reducirla a un estilo democrático de gobierno. Por ello, el documento afirma que “el camino hacia una mayor inclusión -la tienda extendida- se realiza de un modo gradual”. A medida que el proceso sinodal avanza hacia la etapa continental, el documento pide que los participantes consideren tres preguntas:

  • ¿Qué intuiciones resuenan más fuertemente con las experiencias y realidades concretas de la Iglesia en su continente?
  • ¿Qué tensiones o divergencias sustanciales surgen como particularmente importantes desde la perspectiva del continente?
  • ¿Qué prioridades, temas y llamadas a la acción que podrían compartirse con el resto del mundo?

En cuanto a los próximos pasos del proceso, antes de finales de marzo debe presentarse en el Vaticano un informe final de cada continente, que servirá de base para el documento de trabajo del Sínodo, conocido como Instrumentum Laboris, que guiará la siguiente etapa en Roma, y que está previsto que se publique para junio de 2023.

Recordamos que el actual sínodo se ha caracterizado por priorizar una etapa de escucha, convocando a todos los fieles católicos en el mundo, cada uno participando en sus iglesias locales. Con esa consigna se propuso un periodo de más de dos años para la fase de participación del Pueblo de Dios, y hace muy poco el Papa extendió también la fase continental, incorporando un encuentro adicional un año después de la primera Asamblea (octubre del 2023 y octubre del 2024). Francisco explicó que los temas debatidos así lo demandan.

“A menos que nos convirtamos en una iglesia sinodal”, dijo Grech en la conferencia de prensa del 27 de octubre, “no podremos proclamar la alegría del Evangelio hoy”.

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Elogios al documento por sus signos de escucha

Académicos católicos, teólogos, supervivientes de abusos sexuales por parte del clero y defensores de la inclusión de las mujeres y de las personas LGBTQ en la Iglesia católica elogiaron la franqueza y la transparencia con la que el nuevo documento del Sínodo del Vaticano aborda temas controvertidos que en años anteriores habrían estado fuera de la discusión. “Esto es el papa Francisco promulgando una eclesiología post-conciliar. Es su contribución a la creación de un espacio para que surja una iglesia que escuche”, dijo Natalia Imperatori-Lee, directora del departamento de estudios religiosos del Manhattan College.

El hecho de que un documento oficial del Vaticano reconozca el debate sobre la ordenación de mujeres y las amplias diferencias de opinión entre los católicos sobre este asunto ha motivado a Kate McElwee, directora ejecutiva de la Conferencia de Ordenación de Mujeres, una organización que aboga por la ordenación de mujeres como diáconos, sacerdotes y obispos en la Iglesia católica. “Se siente como un momento histórico para la Iglesia”, dijo McElwee. “Da la sensación de que hoy la Iglesia demuestra que tiene la capacidad de escuchar a su pueblo, lo que a su manera es un poco revolucionario”.

En cuanto a la cuestión de los abusos sexuales por parte del clero, un escándalo que sigue afligiendo a la Iglesia universal, el documento reconoce la falta de confianza y credibilidad derivada de esos delitos y del encubrimiento institucional. “Mientras muchos en la Iglesia hablan de la crisis de los abusos como un problema del pasado, el documento califica esta realidad como una ‘herida abierta que sigue infligiendo dolor’ a las víctimas, a sus seres queridos y a toda la comunidad”, dijo Sara Larson, directora de un grupo de apoyo (Awake Milwaukee) dirigido por laicos que apoya a los supervivientes de los abusos sexuales del clero.

El documento también generó comentarios negativos de algunos católicos conservadores que han criticado el proceso sinodal. Raymond Arroyo -presentador de EWTN en cuyo programa el cardenal Gerhard Müller, ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, comparó el sínodo con “un apoderamiento hostil” de la Iglesia- tuiteó el 27 de octubre sobre la “escasa participación en estas encuestas locales” para restar importancia al sínodo.

Massimo Faggioli, teólogo e historiador de la Iglesia, dijo que su principal crítica al proceso es que el calendario de la fase continental del sínodo es “extremadamente corto”, añadiendo que los obispos de todo el mundo tendrán que completar ese trabajo para finales de marzo de 2023. “No sé hasta qué punto será realista mantener todos estos debates en cinco meses. Creo que será un gran desafío”, dijo Faggioli, quien calificó el nuevo documento del Vaticano de importante porque es una “imagen fiel” de lo que los participantes en el sínodo han estado diciendo… (click aquí para leer artículo completo).

Información adicional
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Fuentes

National Catholic Reporter (2) / Catholic News Service / Video: Rome Reports / Foto: CNS – Vatican Media

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