Cuatro sueños del Papa (y de Jesús) para la Iglesia

7:00 p.m. | 6 oct 22 (VN/OPV).- “Jesús no temía la diversidad que había entre sus discípulos. Nosotros tampoco debemos temer la diversidad, porque al Espíritu Santo le encanta suscitar las diferencias y hacer de ellas una armonía”. Así describe Francisco el sueño de la comunión, uno de los cuatro que compartió durante una audiencia, no como sueños “utópicos” sino más bien “planificadores”, para ser llevados a la cotidiano. Luego habló de un sueño de participación, uno de misión y uno de formación. Los cuatro expuestos a través de los Evangelios, “como Jesús soñó esas realidades”, para ser pilares de nuestra persona y de las comunidades que conformamos.

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1. Sueño de comunión

Para hablar del sueño de comunión, Francisco se ha detenido en el Evangelio de Juan: “Yo les he dado la Gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno. Yo en ellos y tú en mí. Así alcanzarán la perfección en la unidad, y el mundo conocerá que tú me has enviado y que yo los he amado a ellos como tú me amas a mí” (17,22-23).

“Esta comunión no consiste en nuestra uniformidad, homogeneidad, no; consiste en nuestra relación común con Cristo, y en Él con el Padre en el Espíritu. Jesús no temía la diversidad que había entre sus discípulos: nosotros tampoco debemos temer la diversidad, porque al Espíritu Santo le encanta suscitar las diferencias y hacer de ellas una armonía”, ha señalado. Y ha añadido: “En cambio, nuestros particularismos, nuestros exclusivismos, esos sí, debemos temerlos, porque provocan divisiones. Por eso, el sueño de comunión de Jesús nos libera de la uniformidad y las divisiones. Ambas cosas son malas”.


2. Sueño de participación

En relación al sueño de participación, ha echado mano del Evangelio de Mateo: “Lo que es ustedes, no se dejen llamar Maestro, porque no tienen más que un Maestro, y todos ustedes son hermanos. No llamen Padre a nadie en la tierra, porque ustedes tienen un solo Padre, el que está en el Cielo. Tampoco se dejen ustedes llamar Guía, porque ustedes no tienen más Guía que Cristo” (23, 8-10). “Aquí podemos contemplar el sueño de Jesús de una comunidad fraterna, donde todos participen sobre la base de la común relación filial con el Padre y como discípulos de Jesús”, ha destacado.


3. Sueño de misión

De nuevo con Mateo, ha explicado el sueño de una Iglesia misionera: “Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia”.

“Este mandato concierne a todos en la Iglesia. No hay carismas que sean misioneros y otros que no lo sean. Todos los carismas, en cuanto se dan a la Iglesia, son para la evangelización del pueblo, es decir, misioneros; naturalmente de maneras diferentes, muy diferentes, según la ‘fantasía’ de Dios”, ha recordado.


4. Sueño de participación

Para dar cuenta del sueño de participación, el Papa se ha referido al Evangelio de Juan: “Yo les he dado ejemplo, y ustedes deben hacer como he hecho yo” (13, 15). “El Maestro sueña con la formación de sus amigos según el camino de Dios, que es la humildad y el servicio. Jesús deja claro que los discípulos tienen un camino que recorrer, una formación que recibir; y promete que el Formador será el Espíritu Santo”, ha indicado.

Asimismo, el Papa ha resumido estos cuatro sueños en uno: el sueño de santidad. “Haz que la gracia de tu Bautismo fructifique en un camino de santidad. Que todo esté abierto a Dios y con este fin elígelo a Él, elige a Dios siempre de nuevo. No se desanimen, porque tienen la fuerza del Espíritu Santo para hacerlo posible, y la santidad, al fin y al cabo, es fruto del Espíritu Santo en vuestra vida”, ha concluido citando su exhortación Gaudete et exsultate.

LEER. Discurso completo del Papa al capítulo general de los Cistercienses de la Estricta Observancia (Trapenses)

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Fuentes

Vida Nueva / Oficina de Prensa Vaticana / Foto: Manolo Guallart

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