El Papa visitará Sudán del Sur: un mensaje pastoral y político
1:00 p.m. | 30 mar 22 (CX/VN).- Se trata de un viaje querido desde hace tiempo por Francisco. Ya en el 2017 anunciaba su deseo de visitar la nación más joven del mundo, pero sus intenciones se postergaron debido a una situación de inseguridad y a las limitaciones del gobierno -y otros líderes- de aplicar un acuerdo de paz firmado algunos años atrás. Se espera que esta visita del Papa a Sudán del Sur, un país que sufre mucho por la violencia y la miseria (60% de su población necesita asistencia humanitaria) llegue con un mensaje de aliento, y además sea un nuevo impulso al proceso de paz nacional. Para sumarle al impacto que pueda tener, se anunció que el Papa llegaría junto al líder de la Iglesia anglicana, en un gesto de fraternidad ecuménica.
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El Vaticano anunció que el papa Francisco visitará Sudán del Sur del 5 al 7 de julio como parte de un viaje más amplio a África que también incluirá una parada de cuatro días en la República Democrática del Congo. En Sudán del Sur, el Papa estará acompañado por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el moderador de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia, Martin Fair, en un llamamiento ecuménico por la paz.
En declaraciones a Crux, la religiosa irlandesa Orla Treacy dijo que el sentimiento general de la gente en Sudán del Sur ahora mismo “es de absoluta alegría. Es fantástico, están emocionados, encantados… es una enorme bendición para el país”. Miembro del Instituto de la Santísima Virgen María, también conocido como las hermanas de Loreto, Treacy dirige la Misión Loreto Rumbek en Maker Kuei, Sudán del Sur, donde desde hace 16 años supervisa un internado de secundaria para niñas, una escuela primaria mixta y un centro de salud para mujeres y niños. Este viaje, dijo, “es algo que hemos querido y esperado, y me parece que desde los líderes hasta los jóvenes, esto es realmente algo fantástico para nosotros”. Aunque no todo el mundo sabe quién es el Papa, “conocen la importancia del líder de la Iglesia, del Papa, y de que un gran hombre como él nos honre con una visita. Eso es muy importante para todos nosotros en Sudán del Sur”, dijo.
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En declaraciones a Crux, Paolo Impagliazzo, secretario general de la Comunidad de San Egidio, que se dedica a proyectos sociales y que desde hace tiempo contribuye a las negociaciones de paz en Sudán del Sur, dijo que no sabe por qué el Papa decidió venir ahora, pero que la visita es necesaria. “El acuerdo de paz se está implementando con gran lentitud en el país, por lo que creo que el Papa tiene la voluntad de hacer a la vez una visita pastoral y una visita política”, dijo Impagliazzo, expresando su convicción de que la gente de Sudán del Sur necesita ser consolada. “La paz y la estabilidad apenas están en camino en al país, todavía hay violencia”, pero la visita del Papa junto a Welby y Fair “sin duda puede ser un signo de cercanía al pueblo sursudanés que espera aliento y apoyo”, dijo.
El conflicto estalló en Sudán del Sur poco después de obtener su independencia en 2011. El recién formado gobierno del país se derrumbó dos años después, cuando el presidente sursudanés Salva Kiir destituyó a su vicepresidente, Riek Machar, por presunto intento de golpe de Estado. El conflicto se tornó rápidamente étnico, y la violencia se volvió incontrolable. Hasta el momento, se calcula que más de 400.000 personas han muerto en los combates, y millones más han sido desplazadas. El conflicto también ha provocado una enorme crisis humanitaria que ha llevado a los líderes internacionales a presionar a los dirigentes sursudaneses para que resuelvan la situación y pongan fin al derramamiento de sangre.
Un alto el fuego inicial acordado por Kiir y Machar en 2015 se frustró, y ambos alcanzaron un nuevo acuerdo en septiembre de 2018 que se ha mantenido en gran medida, pero aún no se ha aplicado plenamente debido a lo que han resultado ser disputas irresolubles sobre aspectos técnicos relacionados con las fronteras y la seguridad. San Egidio ha sido un actor activo en las negociaciones para la paz en Sudán del Sur, y ha creado un proyecto llamado Rome Initiative, en el que los líderes del gobierno de Sudán del Sur y los principales grupos de la oposición que no forman parte del acuerdo se han reunido en Roma al menos una vez al año para discutir el proceso de paz y la aplicación del acuerdo de 2018.
Dos estipulaciones del acuerdo son la celebración de elecciones en 2023 y la formación de un ejército unificado que reúna a las fuerzas militares del gobierno y de la oposición. Las elecciones, las primeras desde la independencia de Sudán del Sur, estaban previstas inicialmente para julio de 2015, pero no pudieron celebrarse debido a los enfrentamientos. Algunos observadores han expresado su escepticismo respecto a la posibilidad de que las elecciones se realicen el próximo año, debido a que no se han implementado aspectos clave del acuerdo de paz, como la unificación de los ejércitos, la repatriación de los refugiados y desplazados, el consenso de la población y la redacción de una constitución permanente.
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Impagliazzo dijo que el hecho de que aún no se haya formado un ejército unificado podría causar problemas durante las elecciones, pero afirmó que también existe un fuerte deseo entre los líderes del país “de reconstruir el tejido de la coexistencia pacífica en Sudán del Sur”. “Desgraciadamente, a lo largo de los años y durante las guerras civiles que vinieron justo después de la independencia, es un tejido fragmentado. Hay conflictos entre diferentes grupos debido a su origen étnico, pero también a su adhesión política”, y las tensiones siguen existiendo, dijo. Un ejemplo de las tensiones que siguen existiendo entre miembros de diferentes etnias es el tiroteo del pasado mes de abril contra el obispo electo de Rumbek, Christian Carlassare, que recibió un disparo en las piernas por parte de dos agresores armados que irrumpieron en su residencia en plena noche, poco antes de su ordenación episcopal.
En cuanto a la gestión del Papa en favor de la paz en Sudán del Sur, Treacy dijo que su papel ha sido “muy importante”, sobre todo durante un retiro en 2019 para los líderes del gobierno y la oposición de Sudán del Sur que se realizó en el Vaticano, cuando Francisco se arrodilló en el suelo y besó sus pies pidiendo la paz. “En la cultura de Sudán del Sur, cuando tus mayores te hablan y te aconsejan, incluso cuando eres pequeño, escuchas a tus mayores”, y con el Papa, “no es solo él como anciano el que habla, sino que representa a un enorme cuerpo de personas que hablan. Eso tiene un gran impacto”, dijo. Refiriéndose al gesto del Papa en 2019, Treacy dijo que es imposible salir indiferente de un acto así, “y sé que nuestros líderes se sintieron conmovidos por ello”. Ese tipo de gestos son muy simbólicos en la cultura sursudanesa, dijo, señalando que “la gente grande no se agacha, no se arrodilla. Así que ver eso como un símbolo de nuestro mensaje cristiano, de lo que es el mensaje cristiano de paz y reconciliación, y en la persona de Cristo, es enorme”.
Treacy expresó su esperanza de que el Papa, aunque actualmente solo tiene previsto visitar la capital sursudanesa de Juba durante su visita, encuentre la manera de venir a Rumbek, en el Lakes State de Sudán del Sur. Carlassare, que lleva meses recuperándose del atentado sufrido el año pasado, regresó a Rumbek esta semana para celebrar su ordenación episcopal, que se realizó el 25 de marzo. Recordando el ataque contra Carlassare, Treacy dijo que el sentimiento entre los estudiantes de su escuela y otros lugareños es que quieren que el Papa venga a Rumbek “porque queremos que el Papa nos vea y nos escuche pidiendo perdón por lo que le pasó a nuestro obispo elegido”. Quieren que el Papa conozca “el corazón que tiene la gente en Rumbek, que quiere la reconciliación, que no está a favor de la violencia, sino que es uno con la Iglesia y quiere apoyar al nuevo obispo elegido”, dijo.
En cuanto a la cuestión de si el Papa vendrá a Rumbek, Treacy dijo que actualmente hay un “Plan A” y un “Plan B”. En caso de que el Papa no venga, los estudiantes, dijo, están preparados para hacer una “Caminata por la Paz” hasta Juba para encontrarse con él. Tanto Treacy como Impagliazzo destacaron la importancia del tono ecuménico de la visita papal, diciendo que la presencia del Papa junto a Welby y Fair enviará una fuerte señal a los líderes del país sobre la importancia de la unidad en la lucha por la paz. Este simbolismo es especialmente importante para los líderes de Sudán del Sur, dijo Treacy, señalando que el propio Kiir es católico y Machar es anglicano.
“Creo que reunirse y hacer una sola oración juntos también es fantástico, con los ancianos, con los líderes, con la gente en general. Creo que eso también sería un gran símbolo de unidad para todos nosotros”, dijo, y añadió que “para nuestros líderes y políticos, tener a sus líderes religiosos como lo hicieron en 2019 en Roma reuniéndose también será muy reparador y maravilloso para todos nosotros”. Impagliazzo expresó su convicción de que el aspecto ecuménico del viaje podría ayudar a los líderes a avanzar en la realización de esfuerzos serios para aplicar plenamente el acuerdo de paz. Dado que la mayoría de los sursudaneses son cristianos, aunque pertenezcan a distintas confesiones, “debemos hacer todo lo posible para que se reconozcan como cristianos, como pertenecientes a un pueblo común”, dijo Impagliazzo.
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Fuentes
Crux / Revista Vida Nueva / Foto: Siegfried Modola – Reuters
