Falcon y el Soldado de Invierno: Dilemas y crisis

5:00 p.m. | 2 jul 21 (TA/AM).- Cuestiones políticas y sociales, como una emergencia de refugiados y el problema racial, de la mano con temas de fe y valores como el perdón, la inclusión y la diversidad, son parte esencial de la reciente producción del Universo Marvel: “Falcon y el Soldado de Invierno”. La serie, que se puede ver en la plataforma Disney+, sigue los desafíos personales de ambos Avengers -meses después que regresara la población desaparecida por el villano Thanos- y que no tardan en involucrarse con las crisis provocadas por esta “reaparición” de la mitad de la humanidad.

——————————————————————————————–

Ambientada seis meses después del regreso de la mitad de la población mundial, tras un periodo de cinco años de inexistencia impuesto por el “Blip” (chasquido) de Thanos, la serie imagina las que podrían ser algunas de las consecuencias emocionales y geopolíticas de ese reinicio. Aunque la mayoría se alegró con el retorno de las personas que habían desaparecido, un número significativo se vio desplazado de nuevo de sus hogares y naciones a los que de repente habían tenido acceso en un planeta menos poblado.

“Créanme. Cada vez que algo mejora para un grupo, empeora para otro”, dice uno de los protagonistas, mientras discutía los orígenes de los Flag Smasher, un grupo que se opone tanto a las fronteras globales como al reasentamiento forzoso de refugiados que comenzó después de que el Blip fuera revertido. Ese protagonista es Sam Wilson, alias Falcon, quien intentará por diversos medios contener las acciones, cada vez más violentas, de los Flag Smasher, al mismo tiempo que lidia con las complicaciones de haber recibido el encargo de Steve Rogers (Capitán América) de continuar su legado, pero siendo un hombre afroamericano. Su camino se cruza con otro Avenger cercano a Rogers, Bucky Barnes (Soldado de Invierno) quien debe lidiar con un pasado en el que fue manipulado y utilizado para matar, y un camino de perdón, tanto externo como interno.

Además, para los fieles de Marvel, la serie retoma personajes de las películas del Capitán América como la agente de inteligencia Sharon Carter y el villano Helmut Zemo. También introduce un nuevo antagonista potencial, John Walker, que en los cómics era un aventurero y potencial sucesor del Capitán América. Cree que es una mejor encarnación de los valores americanos que Steve Rogers.

Los creadores de Falcon y el Soldado de Invierno dijeron que la serie se enfrentaría a las mismas preguntas que el país norteamericano se ha planteado en los turbulentos meses después de las elecciones: ¿Quién es un estadounidense y quién decide los principios que defiende el país? ¿Qué lleva a la gente a realizar acciones extremas en nombre de lo que creen que es el patriotismo?

El actor Sebastian Stan (Bucky Barnes en la serie) dijo que era inevitable que los espectadores vieran en la serie paralelismos con una crisis como el atentado del 6 de enero en el Capitolio, no porque sus creadores anticiparan o copiaran específicamente estos acontecimientos, sino porque pretendían contar una historia sobre un país en una peligrosa encrucijada consigo mismo. “Ver las cosas que estaban ocurriendo en el Capitolio era increíblemente perturbador”, dijo, “y también eran particularmente perturbadoras para nosotros porque de alguna manera reflejaban cosas que están ocurriendo en la serie. No se puede hacer un programa como éste y no hablar de esas cosas”.

Lo que significa ser un héroe afroamericano

Después de rescatar con éxito a un rehén para las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, el superhéroe Sam Wilson, llega a su casa para intentar ayudar a su hermana a conseguir un préstamo. Están tratando de salvar el negocio de pesca de sus padres de sus problemas financieros, y Sam está convencido de que su condición de Avenger puede ser de ayuda con el banco. En cambio, lo que sucede es demasiado familiar para un gran número de norteamericanos. Un empleado blanco del banco no recuerda de dónde conoce a Sam, un hombre afroamericano, pero concluye que debe ser algún deportista conocido. Sam le corrige diplomáticamente y finalmente el empleado reconoce quién es. A pesar de pedirle que se haga un selfie con él, termina por negarle el préstamo a Sam y a su hermana.

La escena, hacia el final del primer episodio de Falcon y el Soldado de Invierno, resume la tesis de la serie. Incluso en el Universo Marvel, el hecho de ser una celebridad (o un superhéroe) no puede anular los hechos esenciales de ser afroamericano en Estados Unidos. Esta exploración del tema racial es parte integral de la serie. En el argumento hay un compromiso de examinar las realidades de la raza, la clase y el credo en el mundo moderno, y lo que significan específicamente para los individuos que luchan por hacer de ese mundo un lugar mejor.

Sam se pasa casi toda la serie huyendo de su propio destino. Al final de Avengers: Endgame, Steve Rogers, el anterior Capitán América, le entrega su escudo y le pide que tome la posta del Capitán América. Sin embargo, creyendo que nadie puede estar a la altura del legado de Steve y que el mundo aún no está preparado para que un hombre afroamericano lleve las barras y estrellas, Sam dona el escudo al Smithsonian. Sin embargo, en lugar de convertirse en una pieza de museo, el Departamento de Defensa, sin esperar mucho tiempo, le asigna el escudo a John Walker, que se convierte en el nuevo Capitán América designado por el Estado. Walker, un hombre blanco, rubio y de ojos azules, se parece mucho a Steve Rogers, pero resulta ser inseguro y paranoico, aunque bien intencionado.

Un personaje secundario, pero que le da profundidad al argumento, es Isaiah Bradley, un superhéroe afroamericano -ya mayor de edad- hasta entonces desconocido que estuvo activo durante la Guerra de Corea. Su origen está en Truth: Red, White, and Black, una innovadora serie de cómics de siete números de 2003 del escritor Robert Morales, inspirada en parte en el Experimento Tuskegee de la vida real: el Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades probaron los efectos de la sífilis en 600 aparceros empobrecidos de Alabama. Esto ocurrió entre 1932 a 1972, y el Presidente Bill Clinton acabó pidiendo perdón en nombre del país. “Lo que hizo el gobierno de Estados Unidos fue vergonzoso”, dijo, “lo siento”.

En la serie, el gobierno estadounidense experimentó con 300 soldados negros durante la Segunda Guerra Mundial con la intención de crear supersoldados. Sólo uno sobrevivió (Bradley). Isaiah fue encarcelado por el gobierno, debido a los problemas que causaron los experimentos. Para Isaiah, la idea de un Capitán América afroamericano es risible, y al principio sólo refuerza la creencia de Sam de que hizo la elección correcta al rechazar la posta que le dejó Rogers.

Crisis global: Desplazados

Al avanzar la serie, los caminos de Sam, Bucky y John Walker los llevan a estar tras la pista de los Flag Smashers, un grupo de supersoldados extremistas empeñados en borrar las fronteras y los estados-nación. Aunque el origen de los miembros de ese grupo es humilde (al fin y al cabo son refugiados), y al principio sus incursiones solo buscan ser un apoyo para los más perjudicados con los desplazamientos, al avanzar la trama se descubre que son utilizados y además, ellos mismos, poco a poco van perdiendo la perspectiva -recurren a un violencia indiscriminada- cuando sienten que no son escuchados.

Sus motivos se resumen en su lema: “Un mundo, un pueblo”. Los Flag Smashers al inicio consiguen la simpatía de las poblaciones marginadas con las que entran en contacto y, en más de una ocasión, el Capitán América de Walker resulta ser más un obstáculo que estos ostensibles terroristas. Están liderados por una supersoldado llamada Karli Morgenthau, una mujer joven como cualquiera que soñaba con ser algún día maestra de escuela. Uno de sus compañeros dice que el mundo necesita un héroe que “se parezca a ellos” y no a alguien como el Capitán América.

Los Flag Smashers están descontentos con la forma en que los gobiernos mundiales están respondiendo al regreso de la mitad de la población después de que el trabajo destructivo de Thanos fuera deshecho. Con una misión un tanto confusa, Morgenthau lidera a los Flag Smashers en acrobacias anarquistas para hacer valer su descontento con el nuevo orden mundial. Por el camino, Morgenthau justifica el asesinato de civiles.

Sobre el perdón: también a uno mismo

Otro acontecimiento en Falcon y el Soldado de Invierno es la lucha de Bucky por perdonarse a sí mismo. El supersoldado pasó años secuestrado y mentalmente manipulado por una organización terrorista y lucha por enfrentarse a los crímenes que cometió en el pasado, además de enmendar a aquellos a los que ha hecho daño. Mientras que Bucky experimenta sus altibajos al recordar sus acciones como el Soldado de Invierno, con la ayuda de la amistad de Sam y la intervención terapéutica, finalmente llega a encontrar la paz.

Información relacionada
Antecedentes en Buena Voz Noticias
Fuentes

America Magazine / The Atlantic / Faith Counts / Imagen: Hipertextual

 

Puntuación: 0 / Votos: 0

Buena Voz

Buena Voz es un Servicio de Información y Documentación religiosa y de la Iglesia que llega a personas interesadas de nuestra comunidad universitaria. Este servicio ayuda a afianzar nuestra identidad como católicos, y es un punto de partida para conversar sobre los temas tratados en las informaciones o documentos enviados. No se trata de un vocero oficial, ni un organismo formal, sino la iniciativa libre y espontánea de un grupo de interesados.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *