El Rector Marcial Rubio Correa inauguró el Congreso XII de ALAIC
El rector Marcial Rubio Correa inauguró el Congreso XII de ALAIC Después de tres días de frenética actividad, el Congreso Internacional de la Asociación Latinoamericana de investigadores de la comunicación ha sido considerado un éxito rotundo. Una valla difícil de superar. Y es que la organización fue perfecta, bajo la conducción del profesor Pablo Espinoza. Durante esos tres días hubo dos merecidos homenajes a los profesores Juan Gargurevich y Antonio Pasquali, que han participado desde sus épocas aurorales. Este XII Congreso ha dado muestras de la continuidad de sus miembros, de sus Grupos de Trabajo y de sus Grupos de Interés, y asimismo de su núcleo teórico preponderante: la noción del pensamiento crítico. El paso de los años, sin embargo, amerita que se coloque sobre la mesa una reflexión profunda de lo que se entiende ahora por pensamiento crítico, pues se alude a él, se le menciona en variadas circunstancias y, quizá, con diversos significados y énfasis.
La actual Presidenta de ALAIC, elegida en Lima, Delia Crovi, en reemplazo del profesor César Bolaño, que cumplió a cabalidad sus tareas como Presidente en estos últimos 5 años, dijo que continuará bajo los preceptos del pensamiento crítico latinoamericano, entendido como el eje fundamental de la propuesta de ALAIC en relación a las comunicaciones.
En el Congreso realizado en Lima hubo, nada menos, que 680 ponencias en los Grupos de Trabajo, 147 ponencias en los Grupos de Interés y se presentaron 142 libros.
Hubo cerca de 800 participantes extranjeros, 200 participantes nacionales y 96 voluntarios, todos ellos estudiantes de nuestra Facultad.
En la ponencia inaugural, el profesor Antonio Pasquali, de 85 años de edad, se hizo preguntas de fondo, algunas propias de nuestro ámbito de estudio, investigación y trabajo.
Dijo que hay unas 2000 Facultades de Comunicación en América Latina, un número bastante amplio en relación al mercado laboral y a la calidad del mismo. En todo caso, debido a la diversidad de ramas en las comunicaciones, es urgente hacer un mapa laboral en relación a la amplitud de las Facultades existentes. Asimismo, poner un énfasis más político en relación a las comunicaciones, pues como afirma Pasquali, hay que relacionar lo económico con las comunicaciones, hay que revisar el auge de la noción de control social y, sobre todo, reconocer que las relaciones humanas son cada vez menos presenciales y más mediáticas. Por lo tanto, y aquí viene lo político, la conducta humana sería más controlada, además de vigilada.
¿Qué aporta América Latina en la investigación en comunicaciones?, se preguntaba Antonio Pasquali.
Sin duda, es una típica pregunta de un intelectual latinoamericano, pero resulta importante en un momento de globalización de las comunicaciones, del auge de la plataforma virtual, de la cultura digital, preguntarnos si hay un énfasis propio en lo latinoamericano o si en medio de esa cultura global hay una particularidad latinoamericana.
Hay una transición generacional, hay un núcleo fuerte de ciudadanos informados, pero también los hay desinformados. El secreto, la privacidad y la trasparencia. La inclusión y lo hegemónico, son puntos que se encuentran en discusión cuando hablamos de comunicaciones, pues todo se encuentra en discusión, menos la propuesta de un control estatal sobre los medios. Pero, así como los ciudadanos debemos defendernos del afán controlista del Estado, el Estado, en el caso de algunos gobiernos, consideran que deberían defenderse de los grupos de poder que se originan en sus sociedades.
Fue, sin duda, un gran Congreso donde, además, hubo más de 30 ponencias de nuestros docentes. Las palabras finales, de clausura, fueron del profesor Luis Peirano, quien hizo un riguroso trazo histórico de la evolución del tema de las comunicaciones y sus perspectivas en América Latina.
Profesor Gargurevich homenajeado.
Antonio Pasquali y la profesora Rosario Peirano.
Presentación de Antonio Pasquali.
Fotos Carlos Zevallos
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