Jackeline Velarde
Jackeline Velarde es Jefe de práctica del curso de Métodos de la investigación. Estudió Comunicación para el Desarrollo en la PUCP. Ganó el concurso PADET 2014, y en octubre defenderá su Tesis de Licenciatura. Hace unas semanas, fue uno de los tres miembros de la Facultad seleccionados para participar como ponentes en El XV Encuentro FELAFACS – 2015 (Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social), donde presentará su ponencia titulada: “Las redes rurales de educación intercultural bilingüe: Una experiencia de comunicación y educación en Cusco, Perú”.
¿De qué se trata la ponencia que elaboraste para postular a FELAFACS?
En la ponencia traté de destacar la experiencia de la red Fe y Alegría. Se trata de una propuesta de educación humanista que pretende formar seres humanos completos. No es una educación técnica ni vertical. Más bien, involucra distintos ámbitos de la vida del ser humano, como creo que es la educación que todos deberíamos tener. Mi contribución es básicamente el lado comunicacional. Hacia el final de la tesis, como he resaltado también en la ponencia, intento proponer cómo este modelo puede funcionar replicado en otras realidades.
¿Cómo se inició tu interés por el tema de la educación intercultural?
Me interesé por este tema desde que estaba en los primeros ciclos de la Especialidad, porque hice un intercambio a México. Fui a la ciudad de Puebla durante cinco meses, y allá hice un voluntariado en comunidades indígenas. En uno de los congresos a los que asistí, me enteré de una propuesta de educación intercultural náhuatl-castellano. Me interesó tanto que lo pensé en el caso del Perú, donde hay muchas lenguas originarias. Investigando, me encontré con la propuesta de Fe y Alegría. Empecé a trabajar este tema desde que estaba llevando el curso de Métodos.
¿Qué tan importante fue el intercambio que hiciste en México?
Siempre he tenido la idea de que la formación universitaria va más allá de lo que recibes en las aulas y que tú debes buscar algo más que te complemente como profesional. Por eso, siempre quise hacer un intercambio estudiantil. Me interesaba Latinoamérica. Mis dos opciones eran Colombia y México. Finalmente fui a México y creo que ese viaje me ayudó mucho a ampliar mi visión de las cosas y a conocer gente de distintas especialidades. Además, encontré el tema que hasta ahora me apasiona.
Tu ponencia ha sido una de las aproximadamente 100 elegidas de más de 600 que postularon a FELAFACS. ¿Qué significa esto para ti?
Sinceramente, me sorprendió un montón. La mandé porque sentía que no perdía nada intentándolo. Que mi ponencia haya sido seleccionada me dio mucha satisfacción porque puedo compartir lo poco que he logrado investigar con otras personas de la región latinoamericana y del mundo. Me interesa mucho dar a conocer esta experiencia y evidenciar que se pueden hacer cosas desde la comunicación y la educación que pueden contribuir con personas que no necesariamente tienen los recursos suficientes para vivir.
¿Cómo abordas el tema de la interculturalidad desde las comunicaciones?
Justamente ese fue el reto para mi proyecto en los cursos de Seminario. En esto me ayudó mucho Pablo Espinoza, que hasta ahora es mi asesor de tesis. En un inicio, me interesé más por el tema educacional, pero luego él me hizo preguntarme desde qué punto de vista de la comunicación ver esta problemática. Mi primer viaje de campo a Cusco me sirvió para delimitar mi objeto de estudio. Desde entonces decidí concentrarme en las redes rurales de educación que ha desarrollado Fe y Alegría, en Quispicanchi. Entonces me di cuenta de que la red es la estructura de comunicación que funciona, es decir, que era eso lo que yo debía investigar.