La Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación tiene un nuevo vecino: Confucio se ha instalado en un lado del jardín contiguo a su edificio principal. Sí, pero ¿Quién es Confucio? Pocos lo saben. Para muchos, Confucio equivale a confusión. Y eso es totalmente falso. Su pensamiento filosófico es práctico e intenta resolver el problema de la sobrevivencia de las personas.
A continuación, compartimos con ustedes unos párrafos escritos por el periodista polaco, el cronista, el reportero, el corresponsal de guerra, Ryszard Kapuscinski. El texto proviene de su libro “Viajes con Heródoto.”
“El budismo no se extendió a China hasta el primer milenio de nuestra era. Antes, desde hacía ya quinientos años, dominaban paralelamente en aquellas tierras dos corrientes espirituales, dos escuelas, dos orientaciones: la confuciana y la taoísta. El maestro Confucio vivió entre los años 560 y 480 antes de Cristo. Los historiadores no se acaban de poner de acuerdo en la cuestión de si el creador del taoísmo, el maestro Lao Tse, era mayor o menor que Confucio.
Si partimos del supuesto de que Lao Tse existió y que era anterior a Confucio, podemos considerar verdadera la historia, según la cual el joven Confucio había peregrinado al lugar donde vivía el sabio Lao Tse para pedirle una respuesta a la pregunta de cómo vivir.
Libérate de la arrogancia y la codicia – le habría respondido el anciano – libérate de las costumbres de adular y de las aspiraciones desmesuradas.
Pero si Confucio era anterior a Lao Tse, pudo haberle transmitido tres grandes ideas.
La primera: ¿Cómo sabrás servir a los dioses si no sabes servir a los hombres?
La segunda: ¿Por qué responder al mal con el bien?
Y la tercera: ¿Cómo puedes saber lo que es la muerte si no sabes lo que es la vida?
El pensamiento de Confucio y de Lao Tse corresponde al periodo de los Reinos Guerreros, cuando China estaba desmembrada, dividida en muchos Estados que no cesaban de desangrarse mutuamente en terribles guerras.
La persona que de momento ha logrado escapar a la masacre pero que sigue atormentada y aterrada por lo que le deparará el mañana, se plantea la pregunta de cómo sobrevivir. En este punto los caminos de Confucio y de Lao Tse divergen o cada uno da una respuesta diferente a la pregunta de fondo: ¿CÓMO SOBREVIVIRÉ?
Confucio dice que la persona nace en el seno de la sociedad y por lo tanto tiene una serie de obligaciones. Las más importantes son: respetar a los antepasados y a la tradición. Someterse al orden imperante y desaprobar todo intento de introducir cambios. El hombre de Confucio es un ser leal y humilde frente al poder. Si cumples celosa y obedientemente sus órdenes – dice el Maestro – sobrevivirás.
El fundador del taoísmo aconseja mantenerse al margen de todo. Nada es eterno, así que no te ates a nada. Todo lo que existe perecerá, así que míralo por encima del hombro, mantén la distancia, no intentes ser alguien, aspirar algo, poseer algo.
El confucionismo es una filosofía del poder, de funcionarios, de una estructura, del orden y de la posición de firmes; el taoísmo es una filosofía de aquellos sabios que se han negado a participar en el juego y no pretenden sino ser parte de la indiferente naturaleza.
Después de esta breve presentación busquemos sus lazos con la comunicación. Sin duda, es político. Es una propuesta de arraigo a las estructuras burocráticas vinculadas con el poder ¿Estará la comunicación en esa red y en ese embrollo?
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