El Papa en la COP28: ¿Cómo impactará su participación?

5:00 p.m. | 25 nov 23 (EB/RNS).- La Conferencia mundial sobre cambio climático (COP), encuentro anual para encarar la crisis del clima, no ha podido encaminar todos sus objetivos y el plazo se reduce. Este año, la participación de Francisco –primera de un pontífice en la historia de la cumbre- podría marcar una diferencia. Además de dirigir un discurso tendrá una serie de reuniones bilaterales. Buscará ampliar acciones que limitan impactos climáticos y conseguir un mayor compromiso de los países en el cumplimiento de objetivos. Reunimos expectativas de líderes y un comentario sobre su mensaje y posibilidades.

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Expectativas entre representantes católicos y expertos

A principios de noviembre, el Papa anunció sus planes de asistir a la COP28, la 28ª reunión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebrará del 30 de noviembre al 12 de diciembre de este año en Dubái (Emiratos Árabes Unidos). Será el primer Papa que participe en la cumbre internacional sobre el clima en sus casi 30 años de historia. Su visita se produce un año después de que la Santa Sede se adhiriera formalmente a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Según lo programado por la Santa Sede, el viaje de tres días del Papa incluirá un discurso el 2 de diciembre durante la cumbre de alto nivel al comienzo de la COP28. Francisco también participará en reuniones bilaterales privadas y contribuirá a inaugurar el primer “Pabellón de la Fe” en una cumbre climática de la ONU. “Es difícil ignorar al Papa, y el hecho de que hable al comienzo de la cumbre marcará el tono del resto de las negociaciones”, dijo Lorna Gold, presidenta de la junta del Movimiento Laudato Si’, una red de casi 900 instituciones católicas que trabajan en la acción climática y la ecoespiritualidad.

Alistar Dutton, secretario general de Caritas Internationalis, la confederación internacional de organizaciones católicas humanitarias y de desarrollo, calificó la próxima visita del Papa de “momento crucial” para que la Iglesia se solidarice con quienes afrontan los impactos del cambio climático y refuerce ante los países su deber compartido en virtud del Acuerdo de París de 2015 de reducir drásticamente las emisiones para minimizar los impactos catastróficos del cambio climático sobre las personas y los ecosistemas. “Es más que un gesto, es una llamada a la acción”, afirmó.

“En mi opinión, esto es muy significativo para la Iglesia”, afirmó la Hna. Maamalifar Poreku, cosecretaria ejecutiva de Justice, Peace and Integrity of Creation de la Unión Internacional de Superioras Generales, organización que agrupa a las congregaciones religiosas femeninas. “La Iglesia no está ahí sólo para rezar. No, la Iglesia está ahí para asegurarse de que la sociedad sea un lugar habitable para todas las criaturas: los seres humanos y la naturaleza”.

VIDEO. Francisco confirma que viajará a la COP28, la cumbre del clima de Dubái

Iyad Abumoghli, fundador y director de la Faith for Earth coalition del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente, afirmó que la presencia del Papa en la COP28, así como su apoyo a una reciente declaración interreligiosa a favor de la acción por el clima, “ejemplifica el papel fundamental que desempeñan los líderes religiosos” a la hora de dirigir el mundo hacia la responsabilidad medioambiental, y “subraya que la urgencia del cambio climático no es sólo una cuestión de política, sino un profundo imperativo moral”.

Bill McKibben, escritor ecologista de larga trayectoria y fundador de los grupos de base 350.org y Third Act, calificó en un correo enviado a EarthBeat de “poderosa señal” la presencia del Papa en la COP28. “Junto con Greta Thunberg y muy pocos más, se ha convertido en la conciencia del planeta sobre la crisis climática”, afirmó McKibben. “(Su presencia) debería inyectar una nota de realidad material y moral en el artificioso greenwashing que suele dominar estas conversaciones”.

La COP28 ya se enfrenta a escasas expectativas y dudas sobre su credibilidad. El país anfitrión, Emiratos Árabes Unidos, tiene previsto ampliar la producción de sus yacimientos petrolíferos profundos. El presidente designado para la COP28, el sultán al-Jaber, es jefe de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi (aunque también ayudó a crear la Agencia Internacional de Energías Renovables) y ha evitado los llamamientos a una sustitución total de los combustibles fósiles, cuya quema es el principal motor del cambio climático.

Aunque numerosos estudios señalan que los países aún están a tiempo de evitar los efectos climáticos más devastadores que se esperan si se superan los 1,5 ºC de calentamiento, para ello sería necesario adoptar medidas importantes en esta década, entre ellas no desarrollar nuevos combustibles fósiles y que las emisiones mundiales alcancen pronto su tope. El planeta se ha calentado en promedio entre 1,1 y 1,2 grados centígrados desde finales del siglo XIX, y se espera que supere los 1,5 C en la década de 2030.

En la sesión inaugural de la COP28, denominada Cumbre Mundial sobre el Clima, Francisco se unirá a otros Jefes de Estado para dirigirse a los 70.000 asistentes a la conferencia, entre negociadores, activistas del clima, representantes de la sociedad civil y lobistas de la industria. Los presidentes y primeros ministros suelen aprovechar este momento para llamar la atención sobre las prioridades de la negociación o anunciar nuevas medidas e inversiones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

VIDEO. Francisco se dirigirá a los líderes mundiales en la COP28 de Dubái el 2 de diciembre

 

Muchos esperan que el Papa repita partes de su reciente exhortación apostólica, Laudate deum, que se centró enteramente “en la crisis climática”. El texto amplía las llamadas a la acción que hizo en su encíclica de 2015, Laudato si’, sobre el cuidado de nuestra casa común. Gold declaró a EarthBeat que la presencia de Francisco en la COP muestra la “gravedad” de la situación a la que se enfrenta el planeta, con unas temperaturas que siguen subiendo y unos países que, colectivamente, van muy retrasados en el cumplimiento de los objetivos climáticos, una realidad que se pondrá de manifiesto en Dubái durante el “balance global” para evaluar los avances en la aplicación del Acuerdo de París.

El Papa demuestra en Laudate deum “una buena lectura” del precario lugar en el que se encuentra el mundo con respecto al cambio climático, dijo a EarthBeat Manuel Pulgar-Vidal, ex ministro del Ambiente de Perú y presidente de la COP20 en Lima. Pulgar-Vidal, católico, espera que Francisco contribuya a reforzar las conclusiones del balance y la necesidad urgente de corregir el rumbo, incluido el llamado a que los compromisos climáticos nacionales -cuya próxima actualización está prevista para 2025- sean obligatorios en lugar de voluntarios. “Estoy seguro de que escucharemos más de una vez en diferentes salas, en diferentes eventos [a] muchas personas, incluso grupos, utilizando alguna frase del Papa como forma de alentar esa decisión”, afirmó.

Gold, que formó parte del contingente del Movimiento Laudato si’ que se reunió con Francisco este mes, estará en la COP28. Expresó su esperanza de que el Papa, con su discurso, pueda dar a los negociadores “un enfoque moral y marcar el tono de toda la cumbre”.

Católicos comprometidos en las conversaciones sobre el clima dicen que debe incluir pedidos de reducciones drásticas de las emisiones, en lugar de métodos de “falsa solución” como la captura y secuestro de carbono, así como un aumento sustancial del apoyo financiero a través de la financiación para la adaptación y las pérdidas y daños de los impactos del cambio climático junto con la mitigación. También expresaron su esperanza de que resalte las graves repercusiones de la intensificación de las tormentas y la mayor severidad de las sequías y las inundaciones sobre las personas, incluidas las que se ven obligadas a abandonar sus hogares.

Poreku, una religiosa misionera de Nuestra Señora de África, añadió que espera que escuchar los llamamientos a la acción en Laudate deum directamente del Papa, en lugar de leerlos en una página, pueda mover los corazones de los jefes de Estado y sus equipos de negociación para que tomen medidas concretas para frenar rápida y sustancialmente las emisiones y dejar atrás el “hablar y hablar y hablar” sin acciones que ha impregnado las COP durante años. “No sienten el impacto de lo que la gente de a pie, especialmente los marginados, están experimentando a causa del cambio climático. Pero el Papa percibe el sufrimiento de quienes lo padecen. Y por eso habla de ello todos los días”, explicó a EarthBeat.

VIDEO. Francisco se reúne con el presidente de la conferencia sobre el clima COP28 de Dubái

 

Aunque un discurso impactante puede ser recordado, para cambiar realmente el rumbo de las negociaciones y superar la intransigencia de las posiciones de los países será necesario que el Papa y la Santa Sede presenten “entregables”, o planes de acción concretos, dijo Griffin Thompson, ex negociador climático de Estados Unidos bajo la administración Obama y profesor adjunto de la Universidad Loyola de Chicago.

Thompson, que ha estado trabajando como experto en clima para la Santa Sede, dijo que era muy poco frecuente que los jefes de Estado asistieran a las conferencias de alto nivel de la ONU sobre el clima sin tener previsto anunciar una serie de objetivos. “Si el santo padre no anuncia una contribución importante del Vaticano a nuestra respuesta colectiva al cambio climático, su aparición en Dubái podría ser vista y utilizada por muchas partes como puramente ornamental. En el peor de los casos, algunas partes podrían utilizar su asistencia para distraer la atención y ocultar deficiencias evidentes en las negociaciones. Si viaja a Dubái sólo para repetir los mensajes de Laudate deum, será una visita desaprovechada”, declaró Thompson.

Lindlyn Moma, directora de promoción del Movimiento Laudato si’, que estará en Dubái, dijo que confía en que el Papa anuncie un nuevo plan climático, o una contribución determinada a nivel nacional, para la Santa Sede. En 2020, Francisco se comprometió a que el Estado de la Ciudad del Vaticano tuviera cero emisiones netas en 2050. Un compromiso climático más ambicioso, dijo Moma, demostraría no sólo “la naturaleza crítica de la necesidad de que todo el mundo no se limite a respaldar una transición de los combustibles fósiles, sino que realmente tome medidas para hacerlo. Eso es lo que esperamos de la Santa Sede”.

Más allá de su discurso, los católicos que trabajan en la cuestión del clima expresaron su deseo de que el Papa se reúna con diversos interlocutores en paralelo durante la cumbre, ya sean empresas petroleras y países productores de petróleo, o Estados insulares y otras naciones vulnerables al clima, o grupos de la sociedad civil y la comunidad religiosa. “El Papa debe ser la voz de los que no tienen voz. Tiene que ser la voz de los que están en la periferia. Tiene que llevar el clamor de la Tierra y el clamor de los pobres a la COP”, dijo Moma.

En 2015, la decisión de Francisco de publicar Laudato si’ antes de la COP21 de París sirvió para impulsar un posible acuerdo, el primero de la historia en el que todos los países se comprometían a reducir sus emisiones nacionales de gases de efecto invernadero. Ante el estancamiento de los avances en el acuerdo de París, los católicos esperan que esta primera presencia papal sea el empujón que necesitan las negociaciones internacionales sobre el clima para retomar el rumbo.

“Ahora, más que nunca”, dijo Rodne Galicha, director ejecutivo de Living Laudato si’ Filipinas, “necesitamos fuerza moral para hacer frente a la emergencia climática”. “Nuestra fe debe movernos a tomar medidas urgentes, y la presencia del papa Francisco es una voz fuerte en el desierto de las negociaciones, que sin duda será un eco de conciencia en los pasillos de la COP28”.

VIDEO. Ejecutivo petrolero dirigirá la COP28 y despierta la preocupación de ambientalistas

Francisco: ¿Cómo podría marcar el rumbo en la COP28?

En la última década, ninguna voz, religiosa o no, ha sido más importante a la hora de abordar esta cuestión existencial de nuestro tiempo. En su encíclica magisterial Laudato si’, publicada antes de la conferencia COP de 2015 en París, así como en su reciente exhortación Laudate deum, Francisco ha combinado la ciencia actualizada con una vigorosa crítica espiritual del “paradigma tecnocrático” que ha llevado a la humanidad a poner en riesgo la vida en la Tierra. Lo que no se ha reconocido suficientemente es el grado en que Francisco se ha comprometido con el debate central del pensamiento medioambiental del último medio siglo: antropocentrismo frente a ecocentrismo o biocentrismo. Al hacerlo, su enfoque ha evolucionado hacia una visión que debería llamar la atención de creyentes y no creyentes por igual.

Fue el historiador medieval e intelectual público protestante Lynn White Jr. quien presentó el desafío en un artículo de la revista Science de 1967 titulado “The Historical Roots of Our Ecologic Crisis” (Las raíces históricas de nuestra crisis ecológica). Entendiendo la historia de Adán y Eva del Génesis como la enseñanza de que “ningún elemento de la creación física tenía otro propósito que servir al propósito del hombre”, White declaró: “Especialmente en su forma occidental, el cristianismo es la religión más antropocéntrica que el mundo ha visto”. Aunque esa declaración suscitó muchas críticas a lo largo de los años, la cuestión del antropocentrismo sigue estando muy presente, y algunos ecologistas sostienen que la protección del medio ambiente se justifica mejor porque es buena para la humanidad. Un enfoque centrado en la justicia medioambiental -combatir la degradación del medio ambiente para proteger a los pobres- es en sí mismo antropocéntrico.

Otros ecologistas rechazan este tipo de antropocentrismo ilustrado, no queriendo formar parte de “una ideología que arraiga todo valor en la humanidad”. Aunque el antropocentrismo puede entenderse de varias maneras, dicen, “en su esencia implica la subordinación a escala planetaria de los organismos no humanos que rechaza que tengan valor por derecho propio”. El propio White indicó una salida a tal subordinación señalando a Francisco de Asís como representante de “una visión cristiana alternativa” que valoriza lo no humano. No cabe duda de que Jorge Mario Bergoglio tenía algo parecido en mente cuando decidió convertirse en el primer Papa que lleva el nombre de San Francisco.

En Evangelii Gaudium, la larga exhortación que publicó poco después de convertirse en Papa en 2013, Francisco argumentó que la humanidad está inextricablemente conectada con el mundo natural:

“Hay otros seres frágiles e indefensos, que muchas veces quedan a merced de los intereses económicos o de un uso indiscriminado. Me refiero al conjunto de la creación. Los seres humanos no somos meros beneficiarios, sino custodios de las demás criaturas. Por nuestra realidad corpórea, Dios nos ha unido tan estrechamente al mundo que nos rodea, que la desertificación del suelo es como una enfermedad para cada uno, y podemos lamentar la extinción de una especie como si fuera una mutilación” (EG 215).

En Laudato si’, continuó criticando una “desmesura antropocéntrica”, escribiendo: “A la vez que podemos hacer un uso responsable de las cosas, estamos llamados a reconocer que los demás seres vivos tienen un valor propio ante Dios” (LS 69). Al mismo tiempo, advierte que el “biocentrismo” no es la respuesta adecuada a “un antropocentrismo desviado”: “No puede exigirse al ser humano -afirma- un compromiso con respecto al mundo si no se reconocen y valoran al mismo tiempo sus capacidades peculiares de conocimiento, voluntad, libertad y responsabilidad” (LS 118).

Ahora, en Laudate deum, Francisco va más allá de criticar la “desmesura” antropocéntrica para sugerir que la comprensión occidental tradicional de la relación de la humanidad con el resto de la creación necesita ser actualizada:

“La cosmovisión judeocristiana defiende el valor peculiar y central del ser humano en medio del concierto maravilloso de todos los seres, pero hoy nos vemos obligados a reconocer que sólo es posible sostener un ‘antropocentrismo situado’. Es decir, reconocer que la vida humana es incomprensible e insostenible sin las demás criaturas” (LD 67).

Esta idea de un antropocentrismo situado no satisfará a todos los ecocentristas, pero sí los encuentra a medio camino: articulando una visión de una creación interdependiente que a la vez se remonta a la “gran cadena del ser” medieval y propone una síntesis de la tesis antropocéntrica y la antítesis ecocéntrica. La COP28 necesita oír más sobre esto. Sospecho que Francisco no dejará de hacerlo.

VIDEO. Rumbo a la COP28

Información adicional
La previa y antecedentes a la COP28
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Fuentes

Earthbeat (NCR) / Religion News Service / Videos: Rome Reports – France24 – DW Español / Foto: Benhur Arcayan (Wikimedia Commons)

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