COP27: UISG marca hoja de ruta contra el cambio climático

9:00 a.m. | 12 nov 22 (NCR/VTN).- La Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), que representa a más de 600.000 religiosas que trabajan en el ámbito de la salud, el hambre y el cuidado de los niños, reclama la “integración de voces de comunidades marginadas en el debate mundial sobre cuestiones medioambientales”. Lo han expuesto en una declaración que identifica a la COP27 -que se desarrolla en estos días- y a la COP15, como “oportunidades esenciales para invertir la tendencia que está destruyendo la Tierra”. Proponen caminos desde una “conversión ecológica guiada por la fe” (objetivos Laudato Si) y exponen iniciativas, a través de testimonios, que muestran el compromiso de las religiosas con el cuidado del planeta.

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La declaración que lleva el título “Hermanas por el medio ambiente: integrar las voces de los márgenes” fue lanzada oficialmente el 3 de noviembre desde la sede de la UISG en Roma, con el apoyo del Fondo de Solidaridad Global (GSF). La presentación de la declaración se retransmitió en directo en el canal oficial de YouTube en cuatro idiomas. La publicación del manifiesto se dio pocos días antes del inicio de la COP27, la 27 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se inauguró el 6 de noviembre y continuará hasta el 18 de este mes.

“Es necesario escuchar atentamente las voces de los afectados por las catástrofes medioambientales -se afirma en el texto- tanto para el reconocimiento de su dignidad como seres humanos como, con un enfoque pragmático, para aprender de su resiliencia. Los más vulnerables deben ser integrados como actores principales dentro de los marcos institucionales, asegurando que sus voces sean centrales en el diálogo global para el cambio y no sean relegadas a la defensa periférica y aislada. En particular, hay que tener en cuenta las sugerencias de las comunidades indígenas para detener o modificar los proyectos que afectan a sus tierras, y garantizar que la opinión experta de las comunidades forme parte de los esfuerzos para mitigar el cambio climático y el colapso de la biodiversidad”.

Otros dos puntos clave del documento se refieren a la necesidad de integrar las respuestas al cambio climático y a la pérdida de biodiversidad, reconociendo la naturaleza interconectada de los desafíos ecológicos, y de combinar el cuidado del medio ambiente con el cuidado de las personas más vulnerables, rechazando la visión antropocéntrica “que sustenta los hábitos de consumo más destructivos”.

Dentro de la declaración se hace un llamamiento a “actuar rápidamente para detener el colapso de la biodiversidad, asegurando que, para 2030, al menos la mitad de la Tierra y los océanos se conviertan en áreas protegidas, se restauren los ecosistemas devastados y se reduzcan la dependencia global de los combustibles fósiles”. Pero también el llamamiento a “alcanzar un consenso global sobre el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, y firmar el acuerdo de un nuevo marco global para la biodiversidad”.

 

Cinco historias

Se han elegido cinco historias para contar el compromiso de las religiosas en primera línea para salvaguardar el planeta: la Hna. Anne Carbon, en Filipinas; la Hna. Jyotisha Kannamkal, en la India; la Hna. Nathalie Kangaji, en la República Democrática del Congo; las Hermanas de la Misericordia de las Américas y la Hna. Nathalie Kangaji. Desde trabajar junto a los indígenas Subaanen, amenazados por los proyectos mineros, hasta trabajar para garantizar la educación y el apoyo a las comunidades más vulnerables. Desde la asistencia jurídica para garantizar que las empresas multinacionales del cobalto respeten el medio ambiente y las poblaciones locales, hasta la presión para obtener fondos de apoyo a los países de bajos ingresos para la mitigación y adaptación al cambio climático.

“La esencia de esta declaración se basa en la experiencia global de activismo e incidencia política llevada a cabo con la campaña Sembrando esperanza para el planeta”, dijo la hermana Patricia Murray, secretaria ejecutiva de la UISG. “Nacida en 2018, esta campaña se ha convertido en una fuerza motriz dentro del Movimiento Laudato Si, promoviendo una multitud de iniciativas y buenas prácticas implementadas por las hermanas y sus partners en respuesta a la carta encíclica del Papa”.

Durante su intervención, la coordinadora de Sembrando Esperanza para el Planeta, la Hna. Sheila Kinsey, ilustró algunos de los resultados conseguidos gracias al trabajo en red: “Hemos colaborado con grupos de conservación de la tierra para preservar las semillas autóctonas, mitigar los daños de la minería, plantar árboles para la reforestación, cultivar huertos comunitarios y proteger la tierra y los derechos de los pueblos indígenas. Centrándose en los problemas del agua, las redes de Sembrando Esperanza para el Planeta han promovido el acceso al agua potable, han sensibilizado al público sobre los problemas de contaminación y escasez de agua, han defendido la legislación para proteger las fuentes de agua dulce, han conseguido pozos y tuberías para las comunidades con acceso limitado al agua potable y han trabajado en proyectos para limpiar los océanos del mundo.

“Como el futuro de nuestro Planeta pende de un hilo, sabemos que para alcanzar el punto de inflexión del cambio es necesario que todas las personas de buena voluntad trabajen juntas por encima de las fronteras y las identidades, dejando de lado las diferencias para defender nuestra casa común”. Este es el llamamiento final de la Hermana Patricia Murray, que destaca cómo la declaración encarna este espíritu de cooperación que las hermanas tratan de fomentar, basándose en la colaboración entre las oficinas de la UISG, los socios y los financiadores.

 

Otras iniciativas

Grupos católicos temen que líderes mundiales sólo hablen y no actúen en la COP27

Mientras transcurren los primeros días de la COP27, la conferencia anual de las Naciones Unidas sobre el clima, grupos católicos se mostraron decepcionados por el hecho de que pocos líderes mundiales han demostrado avances en la aplicación de sus compromisos climáticos y que no cumplan con el apoyo financiero a los países más afectados por el cambio climático: “Los líderes han empezado a dar discursos, pero nadie habla de lo que queremos oír”, dijo Roman Sieler, copresidente europeo de la FIMCAP, una organización que agrupa a organizaciones juveniles católicas. “Queremos que se aplique y se compense el daño y las pérdidas causadas por el grave cambio climático”. La reunión de este año también se celebra con el trasfondo de la falta de ambición para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero.

Durante la inauguración de la COP27, más de 100 líderes mundiales se reunieron en Sharm El-Sheikh para impulsar la plena aplicación del Acuerdo de París. La convocatoria de la conferencia mundial -a la que asisten 196 países, 45.000 personas y 120 líderes mundiales- reflexionó sobre las devastadoras inundaciones, las olas de calor sin precedentes, las graves sequías y las formidables tormentas, todos ellos signos inequívocos de la emergencia climática en curso.

Muchos responsables católicos dijeron que empezaron a preocuparse apenas el primer día, cuando los delegados de la conferencia tuvieron dificultades para llegar a un acuerdo sobre el debate de “las pérdidas y los daños”, lo que provocó el retraso del inicio de la cumbre del clima. Los delegados pasaron horas deliberando sobre la forma en que las “pérdidas y daños” -que se refieren a las consecuencias devastadoras del cambio climático que sufren los países más pobres y vulnerables, y cómo ayudarlos o compensarlos- deberían incluirse en la agenda. “Nos preocupa que no consigamos lo que queremos en esta COP27 porque nuestros líderes siguen queriendo debatir cuestiones que afectan a la gente en lugar de ponerlas en práctica”, dijo el padre Angelito Andig Cortez, de Filipinas, en representación de la delegación franciscana en la COP27… (leer aquí artículo completo).


Líderes religiosos apoyan u tratado mundial para acabar con el uso de combustibles fósiles

Una carta publicada el 2 de noviembre y firmada por más de 50 instituciones religiosas, que representan a millones de miembros en todo el mundo, insta a las naciones a desarrollar, adoptar y aplicar un “Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles” que detendría inmediatamente la expansión de nuevos proyectos de combustibles fósiles, trazaría una hoja de ruta para poner fin de forma justa y equitativa a la producción actual de combustibles fósiles, y garantizaría una “transición justa” a la energía 100% renovable a nivel mundial, proporcionando asistencia económica y tecnológica a las comunidades y países que lo necesitan, en particular en el Sur Global.

La carta multirreligiosa se publicó pocos días antes de que los jefes de Estado y los diplomáticos se reúnan en Sharm el-Sheikh (Egipto) para el inicio de la COP27, del 6 al 18 de noviembre. “La ciencia que rodea el peligro más urgente al que se enfrenta la humanidad es innegable: para ser buenos cuidadores de nuestra casa común, debemos actuar y eliminar gradualmente la producción de combustibles fósiles”, afirma la carta religiosa… (click aquí para leer artículo completo).

Consejo Mundial de Iglesias en la COP27: Iglesias y comunidades indígenas
Información adicional
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Fuentes

National Catholic Reporter (2) / Vatican News / Revista Vida Nueva / Videos: CMI – UISG / Fotos: COP27

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Buena Voz

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