Vaticano publica estatutos de organismos financieros: Pell vigilará, pero no administrará los bienes

Estatutos Economía Vaticano

10.00 p m| 3 mar 15 (AGENCIAS/BV).- Se generó polémica en el ámbito de la reforma financiera del Vaticano, cuando el último viernes el semanario L’Espresso -cuyo vaticanista ha mostrado una creciente oposición a las decisiones tomadas por el Papa- publicó tres artículos que hablan de supuestas luchas internas en la Santa Sede por el poder y sobre excesos en los gastos, colocando en el blanco de las críticas al cardenal australiano George Pell, Secretario de Economía.

Ante esto se manifestó el portavoz del Vaticano, Francisco Lombardi, quien aseguró que “el artículo que ha dirigido directamente ataques personales se debe considerar indigno y mezquino”. Luego la misma Secretaría de Economía haría su descargo remarcando que los artículos que indican discusiones internas con motivo de los gastos del dicasterio -por parte de Pell- son “absolutamente falsos”.

Sin embargo la polémica parece amenguar con la reciente aprobación de los estatutos para los organismos financieros -del Consejo para la Economía, de la Secretaría para la Economía y de la Oficina del Revisor General-, por parte del Papa Francisco, que delimitan claramente y de manera oficial el accionar y alcances de cada uno de ellos. Entre las novedades, se amplia el número de revisores de las finanzas de los dicasterios del Vaticano y se separó la vigilancia de la gestión.

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El cardenal Pell vigilará el control de los fondos vaticanos, pero no tomará decisiones en su gestión. Esta es la principal conclusión tras la lectura de los estatutos de los nuevos organismos económicos de la Santa Sede, aprobados “ad experimentum” el 22 de febrero y que entraron en vigor este domingo.

Las nuevas normas administrativas de la Santa Sede regulan las funciones del Consejo para la Economía, la Secretaría de Economía y la Oficina del Revisor General. En contra de lo que parecía, el Papa ha seguido las indicaciones del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos y no dejará el control en manos de una sola persona. Así, el revisor general, contará con la ayuda de dos revisores adjuntos, cuyos nombres todavía no se han conocido.

Así las cosas, la Secretaría de Economía no se convertirá en un “superministerio” de las Finanzas vaticanas, como algunos medios especulaban, pues Pell tendrá bien definidas sus funciones. El organismo presidido por el cardenal australiano podrá regular los presupuestos y vigilar el funcionamiento de los gastos, pero no gestionar los mismos. Ambas funciones se mantendrán separadas, para facilitar la transparencia y evitar el absoluto control en una sola instancia.

Los estatutos de las tres nuevas instituciones, que podrán ser corregidos en los próximos meses, inciden en que la Secretaría de Economía tiene la competencia del “control y la vigilancia en materia administrativa y financiera” sobre las instituciones curiales y la Santa Sede, en colaboración con la Secretaría de Estado, cuya competencia en el ámbito internacional continúa siendo exclusiva.

El dicasterio guiado por Pell tiene dos secciones: una “para el control y la vigilancia” y otra “administrativa”. Habrá dos prelados secretarios (el primero con el título de “secretario general”), como superintendentes de las dos secciones.

La primera sección se encargará de vigilar las actividades de planificación, gasto, balances, inversiones, recursos humanos, financieros y materiales de la Curia. La Secretaría, según los estatutos, también podrá enviar inspecciones a los distintos dicasterios y, llegado el caso, asegurarse de que “se adoptan medidas correctivas, cuando sea oportuno, o acciones civiles o penales y sanciones administrativas”.

En cuanto a la sección administrativa, se encargará de proponer “modelos y procedimientos” para asegurar el buen criterio a la hora de manejar los bienes. Así, ofrecerá ayuda para optimizar la administración de los recursos, evitar el despilfarro y racionalizar los gastos. Esta sección se ocupará también de los salarios y de las nuevas asunciones, sin olvidar que es la Secretaría de Estado -que conserva más influencia de la inicialmente esperada- la que se ocupa de verificar “la idoneidad de los candidatos”. Frente a lo que parecía, la APSA seguirá administrando los bienes como hasta ahora.

Respecto al Consejo de Economía, sus estatutos definen que se dedicará a tutelar los bienes de los entes, a reducir los riesgos financieros y a racionalizar los recursos humanos y financieros. El Consejo también verificará los balances preventivos y consultivos anuales y consolidados, para después someterlos a la aprobación del Papa. Está compuesto por 15 miembros: 8 cardenales u obispos, y 7 laicos expertos. Contará con un prelado secretario y se reunirá cuatro veces al año.

Finalmente, la Santa Sede también aprobó el estatuto del “revisor general”, que contará con la ayuda de dos revisores adjuntos. Así se garantizará una mayor autonomía e independencia respecto a eventuales presiones. Los “revisores” verificarán la contabilidad y la administración de los organismos curiales, así como de las posibles irregularidades en la concesión de licitaciones, transacciones o contratos para servicios ajenos.


Aquí los acontecimientos que sirvieron de previa el fin de semana:

1) El organismo dirigido por el cardenal Pell, en la picota, según relata L’Expresso

El secretariado de Economía de la Santa Sede, dirigido por el cardenal George Pell (apodado “el Zar”, en el Vaticano), gastó más de medio millón de euros durante sus primeros seis meses de existencia, según adelante el semanario italiano L’Expresso en su edición de este viernes.

El rotativo subraya cómo entre los gastos aparecen algunos justificados, como la inversión en ordenadores o impresoras, pero también una factura del afamado sastre Gamarelli, que le hace trabajos al clero.

Los gastos llaman la atención, ya que Pell ha instituido una revisión de los gastos en el Vaticano para asegurarse de que cualquier dinero que sobre se destine a los pobres, señaló la publicación.

La resistencia de la burocracia vaticana, formada en buena medida por italianos, contra el australiano Pell ha estado aumentando constantemente, pero en diciembre se incrementó aún más cuando presumió que había “descubierto” cientos de millones de euros que habían sido “ocultados” en diversas cuentas de los estados financieros de la Santa Sede.

De hecho, se sabía de la existencia del dinero y se le mantenía fuera de los libros contables, porque buena parte de él se utilizaba como reserva en caso de que hubiera carencia de recursos.

La filtración de las facturas de Pell a L’Espresso, así como la divulgación de documentos en los que cardenales se quejan de su trabajo, tiene el claro fin de desacreditarlo y hace recordar el tema de los Vatileaks que empañó gravemente el último año del pontífice anterior, Benedicto XVI.


2) El portavoz vaticano niega que Pell esté en entredicho: “El artículo de L’Expreso es indigno y mezquino”

El semanario L’Espresso, publicó la semana pasada tres artículos donde habla de supuestas luchas internas en el Vaticano por el poder y sobre cuestiones económicas. La publicidad de la “investigación” lleva un título que de por sí es indicativo: “Vaticano, è battaglia per il tesoro” (Vaticano, hay una batalla por el tesoro).

Sobre el tema, el director de la Sala de Prensa del Vaticano, el padre Federico Lombardi, indicó en un comunicado tres observaciones precisas. En primer lugar, recuerda que “pasar documentos reservados a la prensa con finalidades polémicas o por alimentar contraposiciones no es nuevo, pero es siempre condenable y es ilegal”.

Además, el portavoz de la Santa Sede indica como absolutamente normal “que temas complejos desde el punto de vista económico o jurídico hayan sido o deban ser objeto de debate y de puntos de vista diferentes”. Añaque que “a la luz de los pareceres expresados, el Papa da sus orientaciones y todos los responsables las siguen”.

Finalmente asegura: “El artículo que ha dirigido directamente ataques personales se debe considerar indigno y mezquino”. El portavoz además desmiente: “No es verdad que la Secretaría para la Economía no está llevando adelante su trabajo con continuidad y eficacia”. Para confirmar esto, el padre Lombardi anunció que se prevé que en los próximos meses se publicarán los balances del 2014 y el presupuesto del 2015 para todas las entidades de la Santa Sede, incluida la misma Secretaria.

Durante Vatileaks, dicha revista describía una lucha de poder entre el entonces secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone y diversas autoridades de la Santa Sede. Hoy que el cardenal Bertone está retirado, la revista indica a otros purpurados usando exactamente el mismo esquema anterior.


3) La Secretaría de Economía vaticana desmiente que el Papa discutiera con el cardenal Pell

“Los artículos sobre una discusión entre el Santo Padre y el cardenal Pell, con respecto a los gastos de la Secretaría, son absolutamente falsos”. Después de la réplica del portavoz vaticano, el padre Federico Lombardi, llega la respuesta, también seca, de la Secretaría para la Economía a las investigaciones del periódico italiano “L’Espresso”.

Una nota difundida por el nuevo “súper-ministerio” de finanzas vaticanas, guiado por el cardenal australiano George Pell, afirma que los artículos que indican una “discusión” entre el Papa y el mismo Pell con respecto a los gastos del dicasterio son “absolutamente falsos”, e insiste en lo que había anunciado Lombardi sobre la próxima publicación detallada de los balances vaticanos, además de precisar que el purpurado australiano, a diferencia de lo que se lee en “L’Espresso” “no tiene una capa magna”, el elaborado y largo indumento litúrgico que usaban los cardenales.

Evocando el periodo de los “vatileaks”, la portada de “L’Espresso” publicada hoy, pero que había sido anticipada ayer, lleva el siguiente título “Santo Romano Gasto”; debajo se lee: “Vuelven a estallar las luchas en la Curia para controlar las finanzas, los hospitales, el patrimonio inmobiliario. Las reformas de Papa Francisco están en riesgo. Investigación exclusiva sobre lo que está sucediendo dentro los muros vaticanos”.

El objeto de la investigación, en particular, aparece en dos artículos titulados “Pecados cardinales” y “Los lujos del moralizador”, el cardenal australiano George Pell, prefecto de la Secretaría para la Economía.


Fuentes:

Religión Digital / Vatican Insider / La Nación

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