‘Compasión’: el pontificado de Francisco en una palabra

Compasión y el Papa Francisco

6.00 p m| 8 ago 13 (NCR/BV).- John Allen Jr. reflexiona sobre la actitud del Papa Francisco, y reconoce que ese es el elemento que lo diferencia de anteriores pontificados. No se aproxima tanto a un cambio en los contenidos doctrinales, sino en la forma en que se difunden.

Según Allen, para esto el Papa busca mostrar un rostro diferente de la Iglesia, y es la compasión el rasgo distintivo en Francisco lo que le va a dar sentido a ese cambio. Una Iglesia con un rostro compasivo no sólo al reconocer sus errores, sino para perdonar y llegar a quien la necesite en estos tiempos difíciles. Artículo publicado en el National Catholic Reporter.

En el vuelo de regreso a Roma después de la JMJ en Río, a los periodistas nos ubicaron de modo que el Papa quedó de pie frente a nosotros, para dar una conferencia de prensa que tuvo una duración de una hora y 20 minutos. Hubo libertad para preguntar, sobre cualquier tema, sin filtros ni límites; Francisco respondió siempre de manera directa y sin notas. Nos asombró también la energía del Pontífice a sus 76 años, que acababa de terminar un viaje de siete días agotadores a Brasil, sin embargo, parecía capaz de seguir casi indefinidamente.

Como he afirmado alguna vez, cuando eres corresponsal en El Vaticano, a veces te pasas noches enteras soñando con momentos como éste, pero nunca piensas que vas a vivir lo suficiente para verlos. Mientras que los titulares le daban prioridad a los comentarios del Papa sobre los gays -“¿Quién soy yo para juzgar?”- resultaba mas bien una conversación extensa, con una transcripción completa que se extiende a casi 10.000 palabras. Sin duda es peligroso, con una gama tan amplia de temas conversados, tratar de reducir el mensaje del Papa a una sola palabra, pero en este caso, creo que se puede hacer sin dejar fuera nada esencial.

La palabra clave que interpreta la conferencia de prensa de Francisco y posiblemente todo su pontificado hasta la fecha es: “compasión”. Como he escrito antes, cada uno de los últimos Papas han tenido un lema que representa su énfasis principal. Para Juan Pablo II, fue “¡No tengan miedo!”, una llamada a revivir el ímpetu misionero de la Iglesia después de un período de introspección. Para Benedicto fue “la razón y la fe”, el argumento de que la religión despojada de reflexión autocrítica la convierte en extremismo; mientras que la razón humana, sin los parámetros de las verdades absolutas, la convierte en escepticismo y nihilismo.

En el caso de Francisco, su marca personal es la compasión. Una y otra vez, hace hincapié en la capacidad infinita de Dios de perdonar, insistiendo en lo siguiente: lo que el mundo necesita saber de la Iglesia hoy, por sobre todo, es un mensaje de compasión.

Al revisar todos los comentarios de Francisco durante la conferencia de prensa en el avión, probablemente el más revelador se produjo en respuesta a una pregunta sobre los católicos divorciados vueltos a casar. El prefacio de su respuesta ofrece la mejor ventana a su filosofía pastoral.

Esto es lo que dijo, palabra por palabra, traducido del italiano:

“El tema de la compasión abarca mucho más que el caso al cual usted se refiere (católicos divorciados y vueltos a casar). A mi parecer en estos tiempos se debe fortalecer la idea de la compasión. Este cambio de época y también por tantos problemas de la Iglesia (como el caso de algunos sacerdotes que tenido un mal comportamiento, corrupción de la Iglesia, también el problema del clericalismo) han dejado muchas heridas. La Iglesia es madre: debe llegar a cada uno y curar a los heridos con misericordia. Si el Señor no se cansa de perdonar, ese es el único camino que debemos tomar nosotros también. Lo primero debe ser curar los heridos. La Iglesia es madre y debe ir en ese camino de compasión, encontrar misericordia para todos. Pienso que cuando el hijo pródigo volvió a casa, el papá no le dijo ‘Primero siéntate y dime qué hiciste con el dinero’, no, mas bien hizo una fiesta. Quizás luego, cuando el hijo quiso hablar, encontró el momento para hablarle también. La Iglesia debe hacer lo mismo, pero además no sólo esperar, sino ir al encuentro. Eso es compasión, eso es kairós. Esta primera intuición la tuvo Juan Pablo II, cuando había intuido que era una necesidad de este tiempo”.

Kairós es un término del Evangelio profundamente evocador que significa un momento señalado en el plan de Dios, como en Marcos 1:15: “Estos son tiempos de realización. El reino de Dios está cerca”. El término griego para “tiempo” en este pasaje es kairós. En la imaginación cristiana, ese término evoca un momento especial en la historia en que un aspecto particular del plan de Dios para la salvación se está desarrollando.

El énfasis de Francisco en la compasión es casi omnipresente. En un ensayo reciente publicado en el periódico italiano Corriere della Sera, Enzo Bianchi, fundador del monasterio ecuménico de Bose, ofrece un análisis estadístico de las palabras más utilizadas por Francisco desde su elección. Él encontró que el término más utilizado fue “alegría”, más de un centenar de veces, seguido de cerca por “misericordia”, que el Papa ha utilizado casi un centenar de veces.

Esta convicción de que estamos viviendo un kairós de compasión da sentido a todo lo que el Papa dijo en el avión y, de hecho, a la mayor parte de lo que ha dicho y hecho desde que fue elegido en marzo.

Eso explica su rechazo a juzgar a los gays, y también su negativa a dejarse arrastrar a una diatriba política, cuando un periodista brasileño le preguntó sobre las recientes leyes en su país sobre la liberalización del aborto y del matrimonio entre personas del mismo sexo. Cuando se le preguntó por qué no se refirió a estas cuestiones durante su viaje, el Papa dijo: “No es necesario hablar de ellos, sino de las cosas positivas que pueden recibir los jóvenes. De todos modos, los jóvenes saben perfectamente cuál es la posición de la iglesia respecto a esos temas”.

Y cuando se insistió preguntando por su convicción personal, Francisco no evadió la pregunta: “Esa es la posición de la Iglesia y yo soy un hijo de la Iglesia”.

Ahí lo tienen en pocas palabras. Francisco no es un radical doctrinal, y es poco probable que haya algún cambio sustancial en las posiciones de la Iglesia en cuestiones de género, el sexo o cualquier otra cosa. En una pregunta específica por ejemplo, Francisco fue claro respecto a la ordenación de mujeres. Reafirmó que “la puerta está cerrada”.

La revolución de Francisco no es de contenido, sino de tono. Él cree que es hora de que la Iglesia muestre su rostro compasivo al mundo, en parte debido a las heridas que se ha ocasionado a sí misma y en parte debido a los tiempos difíciles e implacables que nos toca vivir. Este es un Papa que buscará todas las oportunidades para expresar compasión, evitando reprimendas, a menos que sea absolutamente necesario.

La importancia de la misericordia se expresa también en el lema de Francisco cuando asumió como Papa: ‘Miserando atque eligendo’, lo que significa, más o menos, “por compasión y por elección”.

En la prensa popular, Francisco ha sido apodado “El Papa de los pobres” y “El Papa del pueblo”, y ambos capturan algo de su esencia. Pero si desean una fórmula que exprese más claramente el corazón del papado de Francisco, el mejor candidato es, probablemente, “El Papa de la Compasión”.


Fuente:

“The one word to describe Pope Francis’ papacy to date” en National Catholic Reporter.

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