Los Objetivos del Milenio

20101202-OBJETIVOS.jpg

4.00 p m| MADRID, 02 dic. 10 (MIRADAGLOBAL/BV).- En 2010 tocaba revisar, como se hizo en 2005, el grado de cumplimiento de los Objetivos del Milenio: las ocho metas acordadas por 189 países en la cumbre de la ONU del 2000. Los Objetivos Del Milenio (ODM) son el producto de la presión de las organizaciones sociales sobre los 189 estados que la aprobaron y los 147 jefes de estado o de gobierno que la firmaron, se trata no de una serie de actividades que un país determinado puede desarrollar para ayudar a otro país o a otro grupo de países para salir del subdesarrollo, sino del compromiso conjunto de los 189 gobiernos de los 189 países firmantes para apoyar una estrategia común de salida del subdesarrollo. Aquí un extracto del análisis de Jesús Sanjosé, Director de la revista Razón y Fe

No hay duda de que cuando en septiembre del año 2000, 189 países firmaron el documento final de la Cumbre del Milenio una parte importante de la humanidad sintió que la ONU justificaba su existencia puesta en duda tantas veces. La Organización se mostraba capaz de encontrar acuerdos para encarar problemas complejos —como el del desarrollo— y para conseguir establecer algunos compromisos revisables mediante un calendario. Y todo esto no se consiguió por la reflexión y acción de los gobiernos que se agrupan en tan alta institución, ni por el trabajo de los funcionarios, sino por las presiones que sobre unos y otros ejercieron las ONGs. Éstas llevaban tiempo elaborando planes de coordinación para tratar de influir en las decisiones transnacionales que se toman al más alto nivel político, y en aquella ocasión lo consiguieron.

Y no fue sólo esto lo que consiguieron, consiguieron además que se introdujera en el modo de proceder del organismo internacional el mismo sistema que los estados donantes exigen a las ONGs cuando plantean sus proyectos. Aparecieron, unidos a los objetivos medibles, metas que los desarrollan y un calendario que, por establecer plazos largos, quince años, exigía revisiones cortas, cada cinco años. En definitiva, se exigía que los gobiernos abandonaran su habitual retórica sobre el desarrollo y se comprometieran a erradicar una serie de problemas concretos que son las condiciones elementales del desarrollo y los indicadores mínimos que hay que erradicar para que se pueda decir que una sociedad ha iniciado el desarrollo.

En el momento de la firma hubo diferencias de opiniones: algunos entendieron que eran unos compromisos raquíticos para los países opulentos, otros que eran las migajas que los ricos lanzaban sobre la mesa del pobre y que no ayudaban a agudizar la enorme contradicción de la injusticia…

Erradicar la pobreza (O1), conseguir la educación primaria universal (O2), avanzar en la igualdad de géneros (O3), erradicar la mortalidad infantil (O4) y materna (O5), frenar el avance del SIDA (O6), apoyar al medio ambiente (O7) y conseguir un sistema mundial de ayuda al desarrollo (O8) no parece que sean unos objetivos de gran nivel, pero resultarían más salvables si entendemos que son unos objetivos mínimos que, planteados en sus metas actuales, de cumplirse según el calendario en el que el año 2015 ocupa un lugar emblemático, podrían permitir que esa parte de la especie humana que ya los ha conseguido se acueste más satisfecha en la medida en que se haya visto incrementada.

Resulta curioso entrar en el análisis detallado de algunos países que han dado pasos fundamentales para conseguir avances espectaculares en el tema del hambre, como Brasil, Gana, Malawi o Vietnam o, por el contrario, países como la República Democrática del Congo, Burundi, Sierra Leona, Pakistán y Lesoto que, aunque nunca estuvieron bien, hoy han descendido hasta ocupar los últimos puestos del ranking. No resulta difícil atribuir, por ejemplo, los éxitos correspondientes de un país como Brasil a la buena gestión de su mandatario en un período de bonanza económica que está logrando que este país suba puestos en el ranking de las economías mundiales. El programa “Bolsa familia” que aporta ingresos a las familias que se comprometen a mantener a sus hijos en la escuela, unifica los dos primeros objetivos y está consiguiendo elevar el nivel de escolarización de primaria (O2) de manera considerable.

DOS OBJETIVOS MUY ESPECIALES

Si los seis primeros objetivos tienen una dirección norte-sur en su enfoque, el objetivo siete y el ocho tienen una dirección diferente.

El enunciado del siete es muy sencillo: garantizar la sostenibilidad del medio ambiente. Es decir, el conjunto de los estados que han conseguido ya su desarrollo, mira a su historia y se plantea los costes que ha supuesto no sólo para cada uno de ellos, sino también para el conjunto —cambio climático, etc.— el desarrollo conseguido.

En cuanto al enunciado del objetivo ocho, “fomentar una asociación mundial para el desarrollo”, quedaría un tanto oscuro si no fuera por las metas que lo desarrollan. (A) desarrollar aún más un sistema comercial y financiero abierto, basado en normas, previsible y no discriminatorio”. (B) “atender las necesidades especiales de los países menos adelantados”. (C) “atender las necesidades especiales de los países sin litoral y de los pequeños Estados insulares en desarrollo” . (D) “encarar de manera general los problemas de la deuda de los países en desarrollo con medidas nacionales e internacionales a fin de hacer la deuda sostenible a largo plazo”. (E) “en cooperación con las empresas farmacéuticas, proporcionar acceso a los medicamentos esenciales en los países en desarrollo”. (F) “en colaboración con el sector privado, velar por que se puedan aprovechar los beneficios de las nuevas tecnologías, en particular de las tecnologías de la información y de las comunicaciones”.

¿SE PUEDEN CONSEGUIR LOS OBJETIVOS PLANTEADOS?

Los ODM nacieron, en parte, por la presión de las ONGs sobre sus gobiernos en un tiempo de bonanza. Dado que estamos pasando por un tiempo de crisis económica, ¿pueden ejercer hoy las ONGs la misma presión que ejercieron en aquel momento sobre los gobiernos o más bien se están limitando cada vez más a paliar los problemas de pobreza que surgen en las sociedades desarrolladas en crisis?

Los ODM incluyen objetivos que tienen que ver con el trabajo decente para todos. ¿Qué pueden hacer los políticos por el trabajo decente para todos cuando son incapaces de solucionar los problemas que tienen que ver con el paro de sus propios ciudadanos?

Llama la atención cómo determinados países a la hora de defender sus derechos comerciales en la OMC desmienten con sus presiones lo que podría ayudar al desarrollo de determinados pueblos. Llama también la atención los sucesivos fracasos de las cumbres sobre reducción de emisiones. Llama la atención la afirmación repetida una y mil veces de que con el dinero que los políticos han dedicado a apoyar a los bancos para controlar la situación de las economías nacionales se podría haber resuelto el problema del hambre en el mundo. Llama la atención el alarmante silencio que se ha producido en la misma Cumbre ante la propuesta de Francia y España de replantear una tasa sobre las transacciones financieras. De ahí que nos hagamos la pregunta, ¿la humanidad se ha quedado sin objetivos para este milenio?

Click aquí para leer el artículo completo

Imagen: ONU Perú

Puntuación: 0 / Votos: 0

Buena Voz

Buena Voz es un Servicio de Información y Documentación religiosa y de la Iglesia que llega a personas interesadas de nuestra comunidad universitaria. Este servicio ayuda a afianzar nuestra identidad como católicos, y es un punto de partida para conversar sobre los temas tratados en las informaciones o documentos enviados. No se trata de un vocero oficial, ni un organismo formal, sino la iniciativa libre y espontánea de un grupo de interesados.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *