Etsuro Sotoo: ‘La belleza es el esplendor de la verdad’

4.00 p m| LIMA 10 nov. 10 (BV).- Etsuro Sotoo es un escultor nacido en 1953 en Fukuoka, Japón. En 1978 visitó Barcelona y quedó impresionado por la Sagrada Familia. Pidió trabajo como picapedrero y, tras pasar una prueba, se lo concedieron. Desde entonces trabaja en la fachada del Nacimiento, siguiendo las indicaciones que dejó Antoni Gaudí. Su estudio y admiración por Gaudí le llevaron, a los 37 años, a convertirse al catolicismo. En su Japón natal le apodan el “Gaudí japonés”.

Etsuro es un japonés que vive en Barcelona desde hace 25 años, y que encontró la fe gracias a un martillo y un cincel. Él era profesor de arte en la Universidad de Kyoto. En 1978 decidió tomarse un año sabático para viajar a Europa y trabajar como restaurador artístico en Alemania. Cuando visitó por primera vez Barcelona, quedó impresionado por una obra arquitectónica: la iglesia de la Sagrada Familia. La obra fue proyectada por el arquitecto catalán y ferviente católico Antonio Gaudí

Fue tal la fascinación, que abandonó su proyecto original como restaurador en Alemania y pidió ser admitido como escultor en esta singular obra.

La Sagrada Familia es singular no sólo por sus colosales dimensiones y el irrepetible estilo de Gaudí, sino también porque su creador quiso que se construyera únicamente con las limosnas de los fieles. De hecho, una compañía –también japonesa– se ofreció para financiar todo el proyecto. La generosa propuesta no pudo ser aceptada. Después de 80 años de la muerte de Gaudí, el templo aún no está terminado.

Después de una entrevista, se le aceptó como escultor de este monumento a la fe. Sotoo no era católico y esto constituía una desventaja. Él mismo lo explica: “Al inicio no era fácil. La diferencia cultural y religiosa con el mundo del cual provenía era profunda”. Y añade: “Yo miré a Gaudí para aprender a ser un escultor, porque la virtud de un japonés es terminar su propio trabajo. Pero mirando a Gaudí no encontraba lo que estaba buscando. Me sentía cada vez más lejos, pero yo quería ser fiel al espíritu de Gaudí, penetrar su esencia. Después me di cuenta de que, aun con toda mi buena voluntad, sólo podía llegar hasta cierto punto. Entonces me di cuenta de que no debía mirar a Gaudí, sino mirar hacia donde él miraba, Si tienes unos amigos, unos padres, unas personas que amas, no es suficiente mirarlos a ellos, tienes que mirar donde ellos miran. El amor no consiste en mirar al otro, sino en mirar dónde el otro mira.”

A raíz de su encuentro con Cristo, cambió su modo de trabajar: “Se volvió más fácil y seguro –afirma–; primero dudaba de cualquier particular, tenía que preguntar todo. Después de la conversión, trabajo con una mayor libertad, porque percibo inmediatamente el sentido de mi trabajo”.

“La belleza es el esplendor de la verdad, pero el hombre no cea, solamente encuentra; la fortaleza está en el hombre que sabe encontrar. El empresario busca gente creativ; no es un error, hay que buscar gente que sabe encontrar, su valor está en la pasión que tiene, en las ganas de hacer bien las cosas.”

No cabe duda, Dios puede servirse de cualquier medio para salir al encuentro de un alma, a condición de que ésta sea honesta consigo misma y se deje conducir por Él con docilidad y sencillez.

Imágenes: (Reuters) Etsuro Sotoo posando en la basílica de la Sagrada Familia