NEW DELHI/MUMBAI (Reuters) – India’s top court unanimously ruled on Thursday that individual privacy is a fundamental right, a verdict that will impact everything from the way companies handle personal data to the roll-out of the world’s largest biometric ID card program.
A nine-member bench of India’s Supreme Court announced the ruling in a major setback for the Narendra Modi-led government, which argued that privacy was not a fundamental right protected by the constitution.
The court ordered that two earlier rulings by large benches that said privacy was not fundamental in 1954 and 1962 now stood overruled, and it declared privacy was “an intrinsic part of the right to life and liberty” and “part of the freedoms guaranteed” by the constitution.
“This is a blow to the government because the government had argued that people don’t have a right to privacy,” said Prashant Bhushan, a senior lawyer involved in the case.
India’s law ministry was not reachable for comment, but the Law Minister Ravi Shankar Prasad is expected to weigh in on the ruling at a news conference late on Thursday.
The judgment also has a bearing on broader civil rights, as well as a law criminalizing homosexuality. Lawyers said it also impacts a ban imposed on the consumption of beef in many states and on alcohol in some states.
In his personal conclusion, Justice Sanjay Kishan Kaul wrote privacy is a fundamental right and it protects the inner sphere of an individual from interference from both state and non-state actors and lets individuals make autonomous life choices.
“The privacy of the home must protect the family, marriage, procreation and sexual orientation,” Kaul wrote.
The ruling is the second landmark decision to come from the Supreme Court this week.
On Tuesday it ruled that a law allowing Muslim men to divorce their wives instantly by uttering the word “talaq” three times was unconstitutional, in a major victory for Muslim women who spent decades arguing it violated their right to equality.
Prashant Bhushan, a senior lawyer and the verdict on right to privacy decided for the Supreme Court in New Delhi, India. Image: http://images.indianexpress.com/2015/03/prashant-bhushan_759.jpg
AADHAAR SETBACK
The privacy judgment was delivered at the end of the tenure of the chief justice of India, Jagdeep Singh Khehar, who retires in a few days.
The ruling comes against the backdrop of a large multi-party case against the mandatory use of national identity cards, known as Aadhaar, as an infringement of privacy. There have also been concerns over data breaches.
Critics say the ID card links enough data to create a full profile of a person’s spending habits, their friends, property they own and a trove of other information.
Aadhaar, which over one billion Indians have already signed up for, was set up to be a secure form of digital identification for citizens, one that they could use for government services.
But as it was rolled out, concerns arose about privacy, data security and recourse for citizens in the face of data leaks and other issues.
Over time, Aadhaar has been made mandatory for the filing of tax returns and operating bank accounts. Companies have also pushed to gain access to Aadhaar details of customers.
Those opposed to the growing demand for Aadhaar data cheered the ruling.
“Truly a victorious week for India – upholding liberty, dignity and freedom for all,” Jyotiraditya Scindia, a member of parliament from the opposition Congress party, said in a tweet.
Bhushan, the senior lawyer involved in the case, said while government demands for the use of Aadhaar for tax purposes could be considered reasonable, any demands for the use of Aadhaar for travel bookings and other purchases could now be questioned in the face of the ruling.
“The fact that there was no dissent is an important thing,” said Raman Chima, policy director at Access Now, which defends digital rights. “They made it clear that the government has to protect privacy.”
Ya desde hace un tiempo amigos, vecinos y mucha gente que conozco ya siente la molestia de estar escuchando el ringtone de su celular a cada momento por las llamadas efectuadas desde el número 2046000. Tres llamadas en un día y para remate no dicen nada.
Si tiene quejas o dudas no dude en acudir a la sucursal mas cercana y pregunten por el libro de reclamos a pesar de no ser clientes de esta entidad desde la cual se supone salen estas llamadas.
El lanzamiento de Google Drive, el ‘disco duro virtual’ del gigante de Internet, vuelve a poner de manifiesto los posibles riesgos legales de almacenar archivos en Internet, en la llamada ‘nube’. ¿Qué pasa con los derechos sobre nuestro material?
Esta pregunta se la han hecho en el sitio web especializado The Verge. En todos los servicios de almacenamiento en red, como Google Drive, Dropbox o Skydrive, de Microsoft, el usuario mantiene los derechos sobre su material salvo en algunas ocasiones, que cede derechos de uso, modificación, reproducción y distribución del material sobre todo para ‘garantizar’ el funcionamiento del servicio.
Esta cesión de derechos se produce con la aceptación de las condiciones de uso de los servicios, algo que sucede con el mero hecho de darse de alta en los mismos. En España, la Ley de Propiedad Intelectual establece que para ceder derechos de autor ‘inter vivos’ es necesario el consentimiento escrito (artículos 43 y siguientes).
“El problema”, comenta Carlos Sánchez Almeida, abogado especializado en tecnología y autor del blog Jaque perpetuo, “es que la aceptación se realiza mediante un simple clic, pocos se leen las condiciones de servicio y esto puede generar indefensión al autor”.
Condiciones de Google
Así, el recién estrenado Google Drive se acoge a las condiciones generales de Google, bastante generosas a la hora de delimitar la licencia que el usuario concede al gigante de la Red sobre su propio material (vídeos, fotos, textos…).
Las condiciones del servicio de Google dicen, literalmente: “Algunos de nuestros servicios te permiten enviar contenido. Si lo haces, seguirás siendo el titular de los derechos de propiedad intelectual que tengas sobre ese contenido. En pocas palabras, lo que te pertenece, tuyo es”. Queda claro que uno retiene la propiedad intelectual de lo que suba.
Sin embargo, al subir contenido a sus servidores “concedes a Google (y a sus colaboradores) una licencia mundial para usar, alojar, almacenar, reproducir, modificar, crear obras derivadas (…), comunicar, publicar, ejecutar o mostrar públicamente y distribuir dicho contenido”. “Google”, puntualiza, “usará los derechos que le confiere esta licencia únicamente con el fin de proporcionar, promocionar y mejorar los Servicios y de desarrollar servicios nuevos”.
En este caso, puntualiza Almeida, lo que plantea el gigante de Internet es “casi un contrato de edición encubierto en forma de términos de uso”, por lo que “con arreglo a la legislación de consumo en España se deberia de tomar estas cláusulas como no puestas”.
Mientras, la compañía insiste en que “no reclamama la propiedad o control sobre el contenido que el usuario almacena en Google Drive”, según una nota, en la que vuelve a defender sus condiciones de uso. “Aconsejamos leer en su totalidad nuestros términos de uso”, insiste. “En ellos se especifica que los usuarios que deciden compartir sus archivos con otros, previamente nos han dado el permiso para mostrar esos archivos a otros y gracias a ese permiso nosotros podemos dar la ayuda técnica (alojamiento, almacenamiento, traducción, etc.) y el formato adecuado, en función de las distintas pantallas donde se vayan a mostrar esos archivos”, puntualiza.
Otros servicios en la ‘nube’
Dropbox es quizá más específico a la hora de subrayar que uno tiene todos los derechos sobre lo que sube a sus servidores. “Usted conservará la plena propiedad de sus pertenencias, no nos atribuimos la propiedad de ninguna de ellas”, afirma en sus condiciones de uso. “Las presentes Condiciones no nos otorgan ningún derecho sobre sus pertenencias ni ninguna propiedad intelectual, con excepción de los derechos limitados que son necesarios para administrar los servicios”.
Este servicio estima que “es posible que necesite autorización para realizar las actividades que el usuario solicite con sus pertenencias, por ejemplo, alojar sus archivos o bien compartirlos a su criterio”, tales como vistas previas de documentos o copias de seguridad. Y este permiso se extiende “a terceros de confianza” a los que subcontratan espacio de almacenamiento, como Amazon. Estas excepciones se mencionan específicamente.
Por su parte, Skydrive de Microsoft también respeta los derechos de autor del material que los particulares suben a la ‘nube’, con similares excepciones. “Microsoft no reclama la propiedad del contenido que usted proporcione en el servicio, excepto de aquél cuya licencia le haya concedido. El contenido seguirá siendo de su propiedad”, se puede leer en las condiciones de servicio de Microsoft.
Asimismo, añade que el usuario “entiende que Microsoft puede necesitar usar, modificar, adaptar, reproducir, distribuir y mostrar contenido publicado en el servicio exclusivamente hasta el límite necesario para prestar el servicio, y por la presente concede a Microsoft estos derechos”.
Box tiene unas condiciones de uso similares. “Al registrarse para utilizar los servicios”, se puede leer en el texto, “usted entiende y reconoce que Box y sus contratas mantienen una licencia irrevocable, libre de ‘royalties’, aplicable globalmente, para utilizar, copiar y mostrar públicamente el contenido con el único propósito de proporcionar a los servicios para los que tiene registrado”, aunque el usuario “sigue manteniendo todos los derechos de propiedad sobre cualquier contenido que proporcione”.
Otros servicios de almacenamiento remoto de datos, como Rapidshare o Minus ni siquiera recogen en sus condiciones de uso apartado alguno sobre los derechos de propiedad de los contenidos, lo que se entiende como que el propietario los conserva todos y no está obligado a ceder ninguno por defecto.
En cualquier caso, Almeida cree que el consejo más efectivo para evitar futuros problemas de propiedad es la realización de ‘backups’ o copias de seguridad fuera de la Red.
La facilidad que ofrece Google Drive a la hora de acceder a archivos y sincronizarlos con nuestros equipos puede ser un arma de doble filo. El servicio de alojamiento en la nube de Google recibe nuevas críticas tras conocerse sus polémicas condiciones de uso.
Apenas llevaba unos días en la Red y ya se topó con dos piedras en el zapato. Tras abrirse las puertas de Google Drive surgió la primera polémica al conocerse las condiciones de uso en las cuales la compañía especificaba que podía tener acceso e incluso utilizar los contenidos que los usuarios albergasen en su disco duro virtual. Días más tarde, Bitelia informa sobre los problemas derivados de la plataforma al intentar facilitar su uso a los usuarios.
El problema es debido a que los archivos generados en Google Docs no se sincronizan directamente con el ordenador. En su lugar se crean accesos directos a éstos, de modo que al abrirlos se inicia el navegador por defecto que el usuario tenga en su equipo y si éste no ha iniciado la sesión en su cuenta de Google, el programa lo hace automáticamente en su lugar. Así pues, ejecutar uno de estos archivos provoca que no sea necesario introducir nuestro login y contraseña.
Una vez cerrado el documento, la herramienta puede seguir funcionando en segundo plano y esto puede traer un problema para la seguridad del usuario, puesto que si alguien tiene acceso al equipo, tendrá plenos poderes para editar cualquier contenido alojado en Drive o Docs así como utilizar los servicios de Google como YouTube, Gmail o Google+. Es preciso cerrar de forma manual la sesión en el navegador puesto que ésta permanecerá abierta aunque la aplicación del escritorio haya sido cerrada. Los riesgos para la seguridad de la privacidad del usuario son evidentes, especialmente si utiliza el servicio en un equipo compartido o público (aunque en este último casi siempre es recomendable cerciorarse de haber cerrado todas nuestras sesiones).
Es probable que Google tome nota y modifique su servicio en poco tiempo para evitar posibles problemas. Uno de sus rivales, Microsoft, ya tuvo una situación similar cuando integró su servicio de correo electrónico, Hotmail, en Windows Live Messenger. Por este motivo, el servicio de alojamiento de la compañía, SkyDrive, sí pide al usuario introducir su nombre y contraseña para acceder al disco duro virtual si no se ha hecho previamente. No obstante, Google Drive no es el único que tiene este problema, puesto que Dropbox también lo tiene. Su “ventaja” en este caso es que no tiene detrás un ecosistema de servicios como el de Google.
Con este panorama es recomendable que no guardemos nuestra contraseña en la aplicación de Google Drive para que no se inicie la sesión de forma automática, aunque esto no resuelve el problema al 100%, puesto que recordamos la necesidad de cerrar la sesión de forma manual en el navegador si queremos evitar posibles intromisiones en nuestras cuentas.
Engañosa imagen enviada a los contactos de Facebook para seguir pescando incautos. Práctica fraudulenta.
Como toda aplicación fraudulenta que te pide el usuario y password para poder acceder a ella se ha venido extendiendo la aplicación “Facebook view tracker”. La gracia de Facebook es justamente no saber quién te visita o cuantas veces sucede ello.
Esta aplicación juega en apariencias con el usuario brindándole al ansioso datos al azar que no pueden ser confirmados porque justamente Facebook, a través de sus condiciones de uso, prohibe este tipo de intrusiones en las cuentas.
Estas falsas aplicaciones no sirven a su finalidad y son la vía perfecta para la transmisión de virus subrepticios. Lo que es peor es que puedan ser de propiedad de hackers o piratas informáticos, acosadores y hasta extorsionadores quiene utilizarán nuestra información gracias a que les brindamos nuestra información de usuario y password a través de la aplicación. Así, tendrán total acceso a nuestros datos de Facebook y utilizarlo para sus fines.
Tal y como lo he señalado en anteriores oportunidades, parece que se estuviera llevando a cabo un enorme y masivo plan para despojar a las personas de su privacidad a través de la desnaturalización de las comunicaciones y relaciones humanas, con la finalidad de lograr un alto grado de control sobre ellas, conocer sus preferencias y utilizarlas comercialmente (ya lo vemos en los televisores smart, blu ray con conexión a internet, redes sociales, programas de reconocimiento facial, etc)
El progreso tecnológico y la evolución son algo normal y necesario en el ser humano, lo criticable es su grado de intrusión y la manera en que nos engañan para ser parte en esta “revolución”, obligándonos a ser parte de esto.
“Stop the Cyborgs”: La organización que arremete contra las Google Glass
No solo el dueño del bar “5 Point Cafe” en Seattle (Estados Unidos) ha mostrado su rechazo ante las gafas de realidad aumentada de Google por temor a que su uso al interior de dicho recinto vulnere la privacidad de sus clientes, un grupo de usuarios ha creado la organización “Stop the Cyborgs” para evitar el uso de estos dispositivos.
Aunque las Google Glass aún no se encuentran disponibles en el mercado, los creadores de “Stop the Cyborgs” han expresado su preocupación sobre un futuro uso de los referidos lentes. La privacidad es el principal tema de preocupación.
“El objetivo del movimiento es detener ese futuro dónde la privacidad será imposible y las corporaciones tendrán el control total”, subraya el grupo desde su sitio web.
Y agrega: “No hay manera de saber si está siendo grabado por alguien con las Google Glass o un dispositivo similar. Esto contrasta con un ‘smartphone’ donde el usuario debe visiblemente sostener el dispositivo para tomar una foto o grabar. Por lo tanto deberíamos asumir que vamos a estar siendo grabados en todo momento”.
De acuerdo a “Stop the Cyborgs”, que la imagen de una persona aparezca sin su autorización en algún stio web no es el único riesgo, pues mediante la “denominada realidad aumentada” sería posible registrar la voz de la persona y, relacionar lo que se observa con bases de datos alojados en la nube, lo cual permitiría acceder a información relevante.
La organización lamenta que Google no haya publicado de manera oficial las especificaciones de su producto, y advierte “consecuencias graves para la sociedad humana, puesto que no habrá ya ninguna distinción entre el mundo digital y el mundo real”.
Reafirmo nuevamente mi crítica: ¿Por qué desarrollar este tipo de tecnología? Creo que es un arma de doble filo. Si ya contamos con la posibilidad de ubicar geográficamente a una persona en cualquier parte del mundo a través del celular, la cámara fotográfica o la tablet, ahora se avecinan los lentes conectados a internet que permitirán ver lo que estamos observando sea en tiempo real o a través de imágenes ya grabadas.
Si desde hace 30 años las personas se encuentran desconectadas de lo que sucede alrededor suyo siendo expuestas a una sordera irremediable con el uso de los audífonos, ahora, con la creación de los smartphones y la novedad del Google Glass la conducta humana parece tornarse más introvertida que antes. Es como si el ser humano estuviera siendo condicionado a depender de la información en vez de hacer que ella dependa de nosotros. Esto último lo corroboro cuando, con horror, escucho a algunas personas (estudiantes universitarios) que prefieren citar la Wikipedia antes que buscar y verificar la información por si mismas en las bibliotecas y otorgarle otra perpectiva. Repíto: Estamos siendo condicionados y creo que es normal pero hasta cierto límite.
No se trata de que tengamos algo que esconder, se trata de privacidad y libertad, una verdadera libertad, no una libertad aparente, simulada o artificial (donde todo es alegría y perfección, pues nadie cuelga, por ejemplo, sus penurias económicas en el Facebook, ¿o si?). Además, critico la manera en que se filtra este tipo de tecnología en nuestras vidas: a través de las necesidades aparentes (una realidad de segundo plano) que crean la moda y el marketing agresivo de dimensiones mundiales al que estamos expuestos. Posiblemente sea un negocio más, pero siento que es una intrusión burda y que apela a la necesidad de gente sin personalidad para mostrarle al mundo aquello de lo que exactamente carecen o desean. Es mi punto de vista.
Desde que me enteré que algunos celulares, webcams y cámaras incorporadas a nuestras laptops pueden registrar visualmente nuestra intimidad siendo monitoreadas externamente y sin que nos demos cuenta, he evitado comprar smartphones y hasta he tapado con el maskintape ese extraño ojo que una vez se profetizó sería el ente omnipresente que nos vigilaría, conociendo todo lo que hacemos en nuestras vidas. En fin, para paranoico con las conspiraciones uno mismo. Hay que se conscientes de que compartimos nuestra vida en las redes sociales no necesariamente con quienes queremos, existe un tercero, una corporación, un gigante que se alimenta de nosotros, que sabe más de nosotros que nuestra familia, que nos conoce, e inclusive, sabe si alguien nos está dice la verdad o no (a.k.a. opciones de privacidad, bloqueos, etc.). ¿Por qué? Porque ella maneja y es dueña de toda nuestra información personal y la de nuestros “amigos”. Increible, ¿no?.
¿Te han preguntado dónde tomaste una foto?, ¿con quiénes estabas cuando la tomaste?, ¿qué día?, ¿te han pedido taggear amigos sin que estos lo sepan o te han taggeado sin que tu lo quieras? ¿te han preguntado quiénes son tus mejores amigos?..Con la nueva línea cronológica, Facebook conocerá tus más íntimos secretos
La nueva interfaz de Facebook permitirá a los usuarios ir agregando información de manera cronológica, de año en año, acerca de los momentos o eventos más significativos en la vida de cada persona, datos de la infancia, primera juventud, centros de estudios, fotografías de conocidos, lugares a los que ha ido, dónde ha trabajado, viajado, qué le gusta, qué consume, en fin, todo un paquete de información privada ideal para vendérselo a las agencias publicitarias o para que el FBI, la CIA o cualquier otra agencia internacional tenga la información que necesite ahí, al alcance de la mano, dispuesta de manera organizada y sin mucho esfuerzo; paranoias aparte.
Pues bien, más allá de estos detalles íntimos que Facebook le pide al usuario, éste dispondrá de todo un arsenal de contenido al alcance de la mano: todo en una misma web. Se dice que esta gran feria online que va a ofrecer Facebook se encuentran Spotify, Raphsody, Netflix, DirectTV, Cinemur y Hulu, en otras palabras, habrá de todo y para todos: contenido musical, películas, prensa online, libros y mucho más, con juegos interactivos incluidos.
Por último, los administradores de Facebook han decidido ampliar la utilidad del botón Me Gusta, como referencia, para facilitarle a los usuarios dejar su estado en la red a través de acciones tan elementales como leer, escuchar y ver entre otras opciones disponibles. O sea, que Facebook estará presente en todo, con todo, listo para escudriñar en nuestras vidas más intimas, conociendo nuestros sentimientos, gustos simpatías y antipatías, será nuestro Hermano Mayor al que debemos agradecerle, incluso, el que nos de entretenimiento “gratis”, por supuesto, además de espiarnos placenteramente.
Se fugó de la policía y publicó su estado en Facebook
Seattle (AP). Travis A. Nicolaysen está prófugo, pero aún así encontró tiempo para actualizar su estado de Facebook.
Nicolaysen, de 26 años, ha eludido a las autoridades desde el miércoles, cuando hubo dos persecuciones a pie, así como una operación de rastreo por un barrio de Port Angeles que incluyó un perro policía. Este solamente halló una pañoleta azul que usaba el prófugo.
En su primer día a la fuga, un amigo colocó en el de Nicolaysen: “La Policía te está buscando”. Nicolaysen respondió: “Me escapé. Gracias, hermano”.
MÁS MENSAJES
Un mensaje de otro amigo le dijo que se cuidase. Otro le exhortó a que se entregara y que les diera un mejor ejemplo a sus hijos. “No eres un niño y te aguarda un largo tiempo en la cárcel”, escribió el amigo. Una foto en la página de Nicolaysen le muestra con dos niños pequeños.
Nicolaysen fue declarado culpable de cinco delitos, entre ellos violencia doméstica, invasión de morada y robo de un arma de fuego, dijo la Policía. Es buscado por el departamento de reclusorios del estado de Washington por no reportarse ante su agente comunitario desde enero.
Fue acusado además de agredir a su novia el 28 de marzo. Mejor dicho, su ex novia, según su página Facebook. En un mensaje en su página del sábado, Nicolaysen cambió su status a soltero, dijo el diario Peninsula Daily News.
La Policía está atenta a la página. “Estamos acostumbrados a revisar bases de datos y otras fuentes de información”, dijo el subjefe policial Brian Smith a The Associated Press. “Es normal que revisemos cuentas en Facebook”.
Smith constató además el creciente número de mensajes en la cuenta de Nicolaysen -algunos burlándose de la Policía- mientras el hombre seguía prófugo el lunes. “No creo que eso vaya a facilitarle las cosas”, dijo Smith.
EN LA MIRA DE ZUCKERBERG
Mucha gente puede comunicarse abiertamente en Facebook y permanecer fuera del alcance de la ley, al menos por un rato, dijo.
Facebook advierte a sus usuarios que puede compartir información con las autoridades si recibe un pedido de la Policía y que puede rastrear a las personas con base en la dirección IP o la ubicación por GPS.
Presentarle a Facebook una orden judicial es una posibilidad, pero no hay planes inmediatos para ello, dice Smith. Por ahora, la Policía espera que la publicidad sea suficiente para sacarle de su escondite en una ciudad de apenas 19 mil habitantes.
“En una comunidad pequeña, es muy difícil desaparecer y permanecer anónimo”, dijo Smith. “Esperamos que alguien que le conozca llame a la Policía”.