Los perros podrían quedar fuera del menú del festival de Yulin en China
BEIJING — Defensores de los derechos animales anunciaron una victoria en la lucha contra el festival anual de la carne de perro en China, pues aseguran que las autoridades de la ciudad sureña de Yulin aceptaron prohibir la venta de carne de perro durante la semana previa a este evento.
Sin embargo, ninguna de las autoridades contactadas confirmaron tal prohibición, y los restaurantes de perro que fueron contactados por la BBC declararon que no han escuchado nada al respecto.
“No creo que lo reconozcan públicamente”, expresó Andrea Gung, fundadora de Proyecto Duo Duo, en relación con las respuestas de las autoridades gubernamentales. “Sin embargo, mi fuente habló con cada uno de los vendedores de carne de perro en Dongkou (el principal mercado de carne en Yulin) y todos dijeron lo mismo: hay una prohibición de siete días a partir del 15 de junio sobre las ventas de carne de perro”.
La Humane Society International y el Proyecto Duo Duo, un grupo con sede en California que defiende los derechos animales, citaron algunos informes de defensores chinos de derechos animales, así como de comerciantes de carne de perro en Yulin. De acuerdo con estos informes, aquél que sea sorprendido vendiendo carne de perro durante la semana previa al Festival de Lichi y Carne de Perro de Yulin, el cual inicia el 21 de junio, recibirá multas de hasta 100.000 renminbi, lo que equivale a unos 14.500 dólares, e incluso podría pasar algún tiempo en prisión.
Aunque antes ha habido otros intentos por impedir la venta de carne de perro, se cree que esta es la primera vez que el gobierno ha amenazado con sanciones concretas.
“Me siento optimista”, afirmó en entrevista telefónica Peter J. Li, consultor político en China de la Humane Society International. “Naturalmente, estamos conscientes de que ninguna ley puede evitar por completo la venta de carne de perro en Yulin. Sin embargo, esta prohibición sugiere que el gobierno está siendo más serio respecto a tomar acciones en una dirección determinada”.
En el pasado, las autoridades en general eludían el tema e insistían en que el festival es una tradición local para celebrar el inicio del solsticio de verano y que el gobierno no lo organiza ni lo patrocina.
Falta ver en qué medida se hará cumplir la restricción, que dura únicamente una semana. Aunque abarca los días previos al festival y su inauguración, cuando usualmente se sacrifica y consume la mayoría de los perros, los activistas suponen que muchos –si no todos– de los comerciantes de carne de perro retomarán la venta cuando se levante la prohibición. Además, no queda claro si esta incluye a los gatos, los cuales también se consumen durante el festival, aunque su carne es menos popular.
Pese a todo, este veto se sigue celebrando como un avance en favor del bienestar animal en China.
“Aun cuando estos comerciantes de carne de perro probablemente vuelvan a sus actividades habituales, la restricción sigue enviando un mensaje claro: de ahora en adelante, su negocio y la manera en que se ganan la vida serán cada vez más difíciles”, aseguró Li.
Esta prohibición es el último acontecimiento de lo que se ha convertido en una lucha muy pública entre los defensores del bienestar animal y los habitantes y los vendedores de carne de perro en Yulin. Los llamados para cancelarlo han sido cada vez mayores.
El festival, según activistas, empezó apenas en 2009 por iniciativa de los vendedores de carne de perro, quienes buscaban aumentar sus ventas. Se estima que en las celebraciones de cada año se consumen más de 10.000 perros, muchos de los cuales se cree que son mascotas robadas.
Ante el creciente escrutinio internacional, los habitantes y los vendedores de carne de perro se encuentran cada vez más a la defensiva. Los activistas aseguran que apenas cerca del 30 por ciento de las personas en Yulin comen carne de perro de manera regular, y muchos residentes afirman que se sienten atacados injustamente. Argumentan que comer carne de perro y lichi durante el solsticio de verano es una antigua costumbre local y que no es distinto de comer vacas o cerdos.
Actualmente, los llamados a poner fin a este festival se han difundido tanto que este se ha convertido en el punto central de una campaña de mayor envergadura para erradicar por completo el consumo de carne de perro en China, así como las prácticas a menudo brutales asociadas con este comercio que, en gran medida, no está regulado.
“Los activistas chinos merecen mucho crédito”, declaró Gung. “La mayoría de los activistas extranjeros usualmente se van de la ciudad cuando el festival termina, pero los activistas locales se quedan y siguen hablando al respecto; se preocupan por este tema”.