I. Tomando como base las siguientes fuentes, redacte un texto expositivo en los que desarolle el tema de la quema de libros como método de censura. Use las fuentes (la información relevante) como citas de parafraseo y literales. Al final, consigne la bibliografía completa en orden alfabético.

Fuente 1-Ahora bien –dijo el cura-, traedme, señor huésped, aquesos libros; que los quiero ver.
-Que me place –respondió él.
Y entrando en su aposento, el ventero sacó dél una maletilla vieja, cerrada con una cadenilla, y, abriéndola, halló en ella tres libros grandes y unos papeles de muy buena letra, escritos a mano. El primer libro que abrió vio que era Don Cirogilio de Tracia y el otro, de Felixmarte de Hircania; y el otro, la Historia del Gran Capitán Gonzalo Hernández de Córdova, con la vida de Diego García de Paredes. Así como el cura leyó los dos títulos primeros, volvió el rostro al barbero y le dijo:
-Falta nos hacen aquí ahora el ama de mi amigo y su sobrina.
-No hace –respondió el barbero-, que también sé yo llevallos al corral o a la chimenea que en verdad hay un muy buen fuego en ella.
-Luego ¿quiere vuestra merced quemar mis libros? –dijo el ventero.
-No más –dijo el cura- que estos dos: el de Don Cirongilio y el de Felixmarte.
-Pues, por ventura –dijo el ventero-, ¿mis libros son herejes o flemáticos, que los quiere quemar?
-Cismáticos queréis decir, amigo –dijo el barbero-; que no flemático.
-Así es –replicó el ventero-. Mas si alguno quiere quemar, sea este del Gran Capitán y dese Diego García; que antes dejaré quemar un hijo que dejar quemar niguno desotros,
-Hermano mío –dijo el cura- estos dos libros son mentirosos y están llenos de disparates y devaneos; y este del Gran Capitán es historia verdadera.
CERVANTES, Miguel de
1980 [1616] Don Quijote de la Mancha. Barcelona: Planeta, pp. 348-349

Fuente 2
La quema de libros más grande que concretó la dictadura fue con materiales del Centro Editor de América Latina, el sello que fundó Boris Spivacow quien además tuvo un juicio “por publicación y venta de material subversivo”. Él fue sobreseído pero el millón y medio de libros y fascículos ardieron en un baldío de Sarandí.
Testigos de la quema fueron la proesora Amanda Toubes, directora de la colección La enciclopedia del mundo joven, y Ricardo Figueira, director de colecciones del CEAL (Centro Editor de América Latina) y autor de las fotografías de aquel 26 de junio de 1978. En 2005, ambos recordaron el clima de aquellos años para un artículo que Anibal Ford escribió en la revista Lezama: Toubes decía que “en ese momento nuestra mente estaba todavía en el asesinato de Daniel Luaces, en su escritorio vacío. Tantos otros llantos, tantas cosas de las que nos íbamos enterando día a día… que tal vez lo vivimos solo con una gran tristeza pero también como parte de nuestra cotidianeidad”. Para Ford “esa hoguera de libros argentinos provocó un vacío, un hueco en la trasmisión y en la construcción cultural que todavía no ha sido reparado”.
FERREIRA, Fernando
2000 Una historia de la censura: violencia y proscripción en la Argentina del siglo XX. Buenos Aires: Norma. p. 175.

Fuente 3
La censura de los libros ha sido, es y será una censura contra el conocimiento. En el largo periodo que instaura la Edad Media, la lectura estaba solo destinada a unos pocos. Primero, por el alto nivel de analfabetismo existente entre las comunidades; segundo porque las bibliotecas eran patrimonio único de la Iglesia, y el conocimiento que se impartía en las abadías y los conventos estaba sesgado por la religiosidad, por lo que no era de extrañar que la visión del hombre medieval sobre su entorno estuviera ligada a un orden cósmico, a una jerarquía suprema, a un Dios castigador y vegativo […]
Pero esta no es solo una práctica de vieja data, como parecería, de seres incivilizados que en nombre de sus creencias no vacilaron en llegar a los excesos con el fin de mantener parado el edificio de su fe. Hoy, en pleno desarrollo del siglo XXI, la tiranía contra los libros y la censura del pensamiento continúan. Solo basta echar un vistazo al pasado no muy lejano para saber que el oscurantismo no fue solo un problema de la Edad Media, sino tambén un propósito bien fundamentado de los gobiernos seudo democráticos de Latinoamérica […]
Los libros, pues, nunca se han llevado bien con el poder porque la historia de este corre paralela a la historia de la censura, y la censura ha estado siempre relacionada con el destierro, la miseria y la muerte, La satanización de las ideas es la satanización del libro y de la libre expresión. Es amarrar el espíritu a la hoguera de la estupidez y la ignorancia. Es el primer y último recurso del tirano que pretende silenciar las voces del conocimiento y la información.
ROBLES, Joaquín
2008 “El malestar de la lectura o la satanización de las ideas”. En Letralia nro. 188
http://www.letralia.com/188/articulo06.html Consulta 30 de mayo de 2011

Fuente 4
CENSURAR
1. Juzgar el valor de una cosa, sus méritos y faltas.
2. Examinar correspondencia, escritos, películas, etc., para ver si hay algún inconveniente, desde un punto de vista político o moral, para darles curso, publicarlos o exhibirlos.
3. Tachar o suprimir algo en un escrito o en una obra destinada a la publicidad. Cortar.
4. Decir de alguien que ha obrado mal o desacertadamente, o decir de alguna cosa que no está bien hecha.
MOLINER, María
1962 Diccionario del uso del español.
. Consulta el 30 -5-2011

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