Recordando el conversatorio “Periodismo y política”

El presente texto fue escrito por Álvaro Miñan Bartra para el curso de Redacción para la Comunicación. Es una relatoría exhaustiva y muy documentada del conversatorio “Periodismo y Política: más allá del amor y el odio”.

PERIODISMO Y POLÍTICA: REFLEXIONES SOBRE LA COYUNTURA LATINOAMERICANA

El pasado jueves 4 de mayo, se llevó a cabo el conversatorio “Periodismo y política: más allá del amor o el odio” en la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación de la Pontificia Universidad Católica del Perú. En este se abordaron temas en torno al rol que cumple el periodismo en la esfera política y la forma en que se ha venido ejerciendo en el Perú y en Latinoamérica en la última década.

 Tres son los especialistas en el tema que expusieron sus puntos de vista: Santiago Pedraglio, sociólogo y periodista de la Pontificia Universidad Católica del Perú; Guillermo Mastrini, investigador y docente de la Universidad de Quilmes, Argentina, especializado en políticas de medios masivos y derecho a la información; y, Omar Rincón, profesor de comunicación y periodismo de la Universidad de los Andes, Colombia.

El conversatorio dio inicio con la presentación de los ponentes y la bienvenida a los asistentes a cargo del profesor Abelardo Sánchez León, docente de la Facultad de Comunicaciones. Seguidamente, cedió la palabra a la periodista Paola Ugaz quien, a su vez, desempeñaría el rol de moderadora.

Se dio inicio al diálogo con las efusivas palabras de Santiago Pedraglio. Palabras que surgieron como respuesta a su preocupación por la prensa y los medios de comunicación. Sostiene que hay un divorcio entre la enseñanza del periodismo que se da en las universidades y el periodismo en la práctica. “El rigor con que se abordan las noticias es pobrísimo”- decía a propósito de la prensa en relación al caso Odebretch. Asimismo, sostiene que, más allá de las inclinaciones políticas de algún medio tiene que haber un mantenimiento de profesionalismo básico.

En segundo lugar, afirma que el espectáculo como formato “pega” en las noticias informativas y abarca diversas facetas de la prensa. Afirma que, en la televisión peruana, el espectáculo muchas veces acapara el contenido de las noticias con información banal de personajes banales, y de esta forma se les quita importancia a temas más relevantes.

En tercer lugar, el sociólogo y periodista se refiere a la concentración de medios en nuestro país como un gravísimo problema que afecta la agenda y la credibilidad de las noticias, sobre todo en la prensa escrita. Añade a esto los canales de televisión e Internet que pertenecen a estos grandes medios haciendo referencia al grupo EPENSA.

En cuarto lugar, muestra una preocupación por el uso de los medios digitales en el periodismo y la política. La derivación de los medios digitales no tiene control y se producen avalanchas de contenidos, muchas veces entorpecedores, como lo son la existencia de los “troles”. Sin embargo, resalta el pronunciamiento fuerte de los partidos políticos a través de estos. Recomienda un uso sostenible de los medios digitales en la prensa para lograr una mayor influencia.

Finalmente, sostiene que el trato que recibe el poder económico en los medios es diferente al que recibe el poder político. Este último es tratado de manera incisiva, casi violenta por los medios de comunicación, mientras que, al poder económico, prácticamente, lo ubican en un pedestal. Esta tendencia, comenta Pedraglio, responde a una desvalorización de la política y, a su vez, tiende a desvalorizarla más.

Finaliza su intervención entre aplausos e, inmediatamente, Paola Ugaz introdujo al profesor Guillermo Mastrini a la discusión. Antes de que este empiece hizo un paréntesis para preguntarle acerca de la transición de los medios de comunicación en el cambio de gobierno de Cristina Fernández de Kirchner a Mauricio Macri. Mastrini anuncia que responderá esa pregunta al final y se dispone a comentar sobre los temas mencionados.

Comienza citando al filósofo marxista italiano, de inicios del siglo XX, Antonio Gramsci: “Hay que tener pesimismo de pensamiento y optimismo de voluntad”. Cita con la que reafirma su posición de no limitarse a ser completamente pesimistas frente a este panorama adverso que nos pintan la política y los medios de comunicación. Sostiene que la discusión y análisis del tema no se reduce meramente a la crítica pesimista, sino que, habiendo identificado el problema, hay que tratar de ser críticos y afrontarlo con optimismo. “Es bueno pensar en lo negativo para poder cambiar”, afirmó con mucha seguridad.

Posteriormente, menciona su experiencia personal con el periodismo. Aclara que él no es periodista, pero que es un asiduo consumidor de diarios y revistas, tanto de Argentina como de otros países. Afirma que, como requisito para ejercer un buen periodismo, es fundamental escribir bien. El periodismo se ha vuelto tan rápido y “opinólogo” que ha perdido su esencia básica: escribir bien.

Asimismo, comenta que el periodismo nació como una lógica de difusión de ideas haciendo referencia a Jürgen Habermas y su idea del espacio público. Posteriormente, con el proceso de mercantilización del periodismo surgió la mercantilización de la prensa y la lógica inicial se pierde: ya no son ideas las que se transmiten, sino información que responde a intereses económicos. Para generar ganancias, hay que ser actor político. El ser actor político es una manera de asegurar ingresos a través de relaciones con grupos económicos favorecidos, sostiene el docente argentino.

Por otro lado, Mastrini menciona que la revolución tecnológica de los medios digitales fue pensada como una utopía de la libertad en lo referente a acceso a distintas fuentes y a la libertad de expresión. Sin embargo, sucede un fenómeno completamente distinto. Hace referencia al concepto de “gaps news” de Pablo Boczkowski en relación a las brechas periodísticas: lo que la prensa cree que es importante y lo que la gente consume presenta una amplia brecha. Un ejemplo es lo que ocurre con las noticias más clickeadas en redes sociales: no política, no economía, sino las noticias cotidianas, como qué ropa usar.

En relación al último punto, el ponente argentino manifestó su curiosidad sobre cómo será el modelo económico del periodismo en el futuro debido a la forma en que los jóvenes consumen noticias hoy. Hace evidente que esto se da principalmente a través de las redes sociales en los medios digitales: los jóvenes leen noticias de diferentes enlaces encontrados en su muro de Facebook y escogen los que son de su interés.

Finalmente, con respecto a la pregunta de la periodista Ugaz, comenta que el kirchnerismo ha tenido una alianza con el grupo “El clarín” entre el 2007 y el 2016. La posición política de este medio ha variado dependiendo de su relación con el gobierno: en coyunturas específicas la relación ha pasado de ser beneficiosa a ser conflictiva. Entrado el nuevo gobierno, el presidente Mauricio Macri reguló las condiciones a favor del grupo El Clarín. Este acontecimiento le trae a reflexión cómo es que lo medios de comunicación van al debate público. Afirma que solo se presentan cuando ellos garantizan este debate. Que su poder de convocatoria está regulado por ellos mismos.

Secándose el rostro con un pañuelo, Guillermo Mastrini concluyó su intervención e hizo un llamado a los estudiantes. Un llamado a hacer que el debate prevalezca, que la discusión sobre cómo se está ejerciendo el periodismo y la política no pierda su importancia.

Tras los aplausos del auditorio, la moderadora se dispuso a darle la palabra al profesor Omar Rincón. Este, con un poco de dificultad, pero con buen humor, encendió el proyector y presentó el título de su exposición: “Periodismo y política. Más allá del amor y el odio”.

Comienza explicando el porqué del título. Afirma que nos informamos en base a lo que odiamos y amamos. Decidimos ver noticias que sean afines a nuestros sentimientos del momento. La forma en cómo nos indignamos, por ejemplo, a las declaraciones de congresistas en la prensa o el maltrato animal le restan el carácter objetivo al análisis. Sostiene que hay que ir más allá de la indignación, que este es un sentimiento facilista, ya que indignarte sobre el otro implica tener una posición moral sobre este, muchas veces de superioridad. Sentirse mejor al otro o superior al resto implica un problema de razonamiento. La indignación al final termina reduciéndose a trending topics, afirma Rincón.

Asimismo, sostiene que, debido a que es muy fácil estar indignados, el periodismo se beneficia de esto. Es decir, las noticias del tipo “indignado” venden bastante como ocurre en los diarios peruanos que se les da con palo a los políticos implicados en los casos de corrupción de Odebretch. Buscar informar una indignación, pero luego qué. Esto provoca, sobre todo, que la política se vuelva más indeseable.

Continuando con su exposición, el comunicador colombiano nos ofrece tres tipos de ciudadanos que consumen medios: los premodernos, que creen en la familia, Dios, tradición, propiedad, orden para controlar la violencia; los modernos, que creen en la libertad, el bienestar, la justicia social, la inclusión social, los derechos humanos, la democracia; y los “cool”, que viven el existencialismo pop, tienen cool-ture, viven las redes, la política les importa un carajo y se abstienen para no ensuciarse.

Afirma que los primeros y los últimos tienen el mercado y que los que están en el medio (los modernos) tienen que buscar formas para posicionarse. “¿Cómo hacemos para desindignarnos?”, se pregunta Rincón, entre gestos y ademanes. La propuesta: perder autoridad cognitiva para generar “engage” (conexión) y proponer nuevos formatos y estéticas para comunicar.

Por último, propone 6 formas de abordar el periodismo/política:

  • Pop & cool: Ciudadanía celebrity, ciudadanía cool, todos tienen la oportunidad de brillar y ser un ciudadano activo.
  • Hacker: Introducirse en los medios y abarcar el periodismo desde adentro, “sacarle la vuelta”. En vez de indignarse hacer algo para revertir el problema.
  • Mutante: No imponer la realidad, sino buscar el formato que tiene la realidad. Mutar dependiendo del determinado formato de una realidad específica.
  • DJ: Saber darles sentido a los temas. Hay mucha información, pero no hay sentidos de formación del mundo.
  • Frankenstein: Lo llama también antiperiodismo. Está relacionado a sacar información de distintas partes y armar un mamarracho de noticia. Siempre hay que saber de dónde se sacan las fuentes.
  • Bastardo: Ensuciarse para producir con propia identidad, procurar el propio sello.

Termina su intervención seguido de una ola de efusivos aplausos. Paola Ugaz da comienzo a la sección de preguntas.

Finalizado el conversatorio, me surgieron algunas reflexiones. Una de ellas fue sobre cómo, y a través de qué medios, se está desempeñando el periodismo de hoy en el Perú y, en qué medida viene afectando las capacidades de los lectores.

Es cierto que, en los últimos años, el periodismo ha mutado y se ha adaptado a otros medios y plataformas. La manera de informar y de buscar información ha sufrido un cambio sustancial, así como se ha vuelto más dinámica y accesible. El formato y la estética con que se transmiten las noticias, asimismo, se han adaptado a una forma más rápida y coloquial de transmitir información, como lo evidencian numerosas páginas y blogs de periodismo independiente que circulan por las redes sociales (El Panfleto, Útero, La Mula).

Considero que esta estrategia es una forma innovadora y efectiva de llegar al lector; sin embargo, lo que se está provocando en él es un razonamiento facilista al “dejarle servido todo en bandeja”. Las noticias que presentan vienen de manera sintetizada y en un lenguaje coloquial (ojo que el lenguaje coloquial no me resulta del todo descabellado) y presentan relaciones lógicas ya preparadas por el autor; es decir, expone explícitamente las deducciones que se siguen de distintas premisas y le ahorra la fatiga al lector. En ese sentido, concuerdo con Omar Rincón en que lo único que se refuerza es la indignación del público y no la búsqueda de un razonamiento que los lleve a cuestionarse y sacar sus propias conclusiones, lo que, no sé hasta qué punto, resulta perjudicial.

Por otro lado, a propósito de lo expuesto por el profesor Pedraglio, concuerdo con que la política es tratada en los medios igual o peor que el espectáculo. La forma en que se presenta los debates en el congreso, por ejemplo, se centra en enmarcar la discusión política en los dimes y diretes entre los congresistas. Se satiriza el debate político (y la política en general), en lugar de tratarlo con la debida seriedad y profesionalismo. Si lo vemos de esta forma: una batalla en el programa “Esto es guerra” no se distancia mucho a un debate en el hemiciclo.

En conclusión, considero que si las formas del nuevo periodismo (o periodismo 2.0, como lo llaman), se llega a posicionar con un formato igual o más atrayente, pero que, a su vez, promueva el razonamiento y juicio crítico del lector podría posicionarse como una fuente noticiosa potencial. De lo contrario, si solo se limita a reproducir el formato de reality y espectáculo en las noticias provocaría que se generen más anticuerpos para con la política.

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