Transparencia sin precedentes sobre la enfermedad del Papa
7:00 p.m. | 18 mar 25 (RNS/CX).- La Iglesia ha mantenido históricamente una postura de secretismo extremo en cuanto a las enfermedades de los pontífices. Con Francisco, ese paradigma parece haber cambiado radicalmente. Durante los más de 30 días de su hospitalización, un aspecto a destacar ha sido la detallada información proporcionada a través de los boletines médicos. Vaticanistas con décadas de experiencia señalan que esta transparencia es una forma de combatir la desinformación y en todo momento dejó claro que seguía vivo y tomando decisiones.
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En octubre de 1996, el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, admitió a los periodistas preocupados por la salud del papa Juan Pablo II que el pontífice de 80 años sufría de “síndrome extrapiramidal”, un término médico que engloba varias enfermedades neurológicas, incluido el Parkinson. Según Philip Pullella, veterano corresponsal de Reuters en el Vaticano, a los altos mandos de Navarro Valls no les hizo ninguna gracia que compartiera con la prensa siquiera esta noticia oblicua sobre el estado del Papa.
No fue hasta cuatro años más tarde, mucho después de que Juan Pablo II empezara a tener problemas para caminar, cuando sus médicos confirmaron que padecía la enfermedad. En febrero de 2005, Navarro Valls parecía haber aprendido la lección: la mañana después de que Juan Pablo II fuera sometido a una traqueotomía tras tener dificultades para respirar, el portavoz aseguró en una sala llena de periodistas que la operación “no era un procedimiento de emergencia” y relató que el Papa había disfrutado de un desayuno que incluía 10 galletas, una comida que médicos independientes consultados por Los Angeles Times calificaron, dadas las circunstancias, de “posible, pero no aconsejable”.
VIDEO. Reporte médico durante la primera semana del papa Francisco en el hospital
Muchos observadores del Vaticano han señalado el contraste con la hospitalización del actual Papa para tratar una neumonía bilateral. Dos semanas después de su ingreso, el 28 de febrero, un boletín vaticano informó de que Francisco, de 88 años, había sufrido “una crisis aislada de espasmo bronquial” que le provocó la aspiración de vómito, que tuvo que ser aspirado de sus pulmones. Otros boletines informaron de insuficiencias respiratorias agudas e indicios iniciales de insuficiencia renal.
“Cuando hablaron del vómito papal”, dijo Pullella, “fue algo muy, muy específico, tan específico que no era realmente necesario. Obviamente querían demostrar: Miren, no tenemos nada que ocultar”.
La extraordinaria cantidad de información sobre la hospitalización y el tratamiento de Francisco, es una señal de la creciente transparencia sobre la salud del Papa, que en el pasado era un tema tabú. En el caso de Francisco, los boletines médicos diarios ofrecen actualizaciones detalladas sobre su salud, desde su fisioterapia hasta la ventilación mecánica que recibe.
El doctor Sergio Alfieri, director del departamento médico-quirúrgico del Hospital Gemelli de Roma y jefe del equipo médico del Papa, dijo en una conferencia de prensa el 21 de febrero que fue Francisco quien tomó la decisión de ser transparente sobre su estado clínico, y quien optó por ser franco con los acontecimientos diarios. Los boletines médicos del Papa, dijo Alfieri, son producto de las observaciones conjuntas de los diversos médicos y especialistas que tratan a Francisco y son aprobados por él mismo antes de ser publicados por la Oficina de Prensa de la Santa Sede. En el transcurso de la hospitalización de un mes del Papa, los boletines médicos se han publicado casi todas las noches, con la excepción de los últimos días, cuando los médicos consideraron que la condición de Francisco era lo suficientemente estable como para pasar a publicar boletines cada dos noches.
VIDEO. Reporte médico durante la segunda semana del Papa en el hospital
“Estos boletines han establecido una especie de pauta de credibilidad y honestidad, de modo que cuando salen a la luz, la gente los toma en serio”, dijo John Allen, editor y fundador del portal de información católica Crux, con décadas de experiencia cubriendo el Vaticano, en declaraciones a RNS. Describió esta transparencia como “totalmente nueva” y “bastante saludable”.
Hubo límites: No se hizo pública ninguna foto del Papa siendo atendido en el hospital, y no se ha visto a Francisco, como en anteriores visitas al hospital, mirando por la ventana para saludar a la multitud en el hospital para la oración del Ángelus. “¿De verdad necesitamos una foto del Papa en pijama en los periódicos? Respetemos su intimidad”, dijo el doctor Alfieri. Sin embargo, hace dos días, ya más recuperado, la Santa Sede difundió una foto de Francisco concelebrando una misa en la capilla privada del Gemelli.
VIDEO. La voz del Papa: “Agradezco de todo corazón las oraciones que hacen por mi”
Por otra parte, es difícil imaginar un momento más íntimo que una grabación de audio del 6 de marzo en la que Francisco agradecía a quienes rezaban por su recuperación, sin hacer ningún esfuerzo por ocultar su falta de aliento y el silbido de su suministro de oxígeno. “Creo que estamos en un proceso de transparencia en lo que respecta a la salud del Papa”, explicó Allen. “En los viejos tiempos, el modelo era que no se obtenía ningún tipo de información sobre la salud del Papa, y se consideraba casi herético incluso preguntar”.
Durante gran parte de la historia de la Iglesia, el cuerpo del Papa estuvo estrechamente asociado a la santidad de su cargo, como describió con detalle el historiador papal Agostino Paravicini Bagliani en su libro de 1994, El cuerpo del Papa. La santidad suele estar ligada al misterio, por lo que la salud del jefe de la Iglesia estuvo envuelta en el secreto hasta el siglo pasado.
En un editorial publicado el 19 de agosto de 1914, el periódico vaticano L’Osservatore Romano condenó las noticias que circulaban en Roma de que el papa Pío X estaba con gripe. El Papa murió un día después. Para aumentar el velo de misterio, los papas que caían enfermos eran tratados dentro de los muros vaticanos por un equipo de médicos que juraban guardar el secreto. A pesar de las desventuras de Navarro Valls, fue con Juan Pablo II, el primer Papa tratado en un hospital, cuando la información sobre la salud del Papa se hizo pública, no por la amenaza de enfermedad, sino por un atentado contra su vida.
El 13 de mayo de 1981, Juan Pablo II fue trasladado al hospital Gemelli de Roma después de que un asesino convicto, un turco llamado Mehmet Ali Ağca, disparara al pontífice durante su audiencia semanal en la plaza de San Pedro. El Papa fue sometido a una larga intervención quirúrgica, y el Vaticano ofreció información actualizada sobre su recuperación. “Esa misma noche empezaron a emitir boletines médicos”, recuerda Pullella.
VIDEO. Reporte médico durante la tercera semana del Papa en el hospital
A medida que envejecía y su salud empeoraba, Juan Pablo II visitaba Gemelli con tanta frecuencia que se refería al hospital como “Vaticano III”, en honor al Vaticano y a la residencia de verano del Papa en Castel Gandolfo. Fue tratado de infecciones, de una fractura de fémur y sometido a otros procedimientos rutinarios. Pero el Vaticano se mostró menos dispuesto a abordar su larga enfermedad, que empezó a notarse en los años 90 en un ligero temblor en sus manos. “Estaba claro que Juan Pablo II tenía algo, porque temblaba, se le notaba, y fue empeorando con el paso de los años. Pero nadie quería decir lo que tenía, aunque estaba claro tanto para los no expertos como para los expertos que tenía Parkinson”, dijo Pullella.
Pero en su momento, la creciente franqueza sobre la salud del Papa resultó chocante. “Hubo bastantes críticas por la cantidad de información y por lo público que llegó a ser, y bastantes personas se sintieron un poco incómodas”, dijo Pullella, recordando una grabación en directo de 30 minutos de Juan Pablo II saliendo del hospital con la incisión de la traqueotomía visible en el cuello, lo que provocó el revuelo de quienes pensaban que era indigno.
En los últimos años de su vida, Juan Pablo II siguió apareciendo en público, exponiendo su creciente mala salud, una tendencia que Francisco parece decidido a continuar. Más reservado sobre su salud personal al principio de su pontificado -en una época, el Vaticano solo notificaba a los periodistas las hospitalizaciones de Francisco después de que se produjeran-, parece haber ido mucho más lejos a medida que sus crisis se han hecho más graves.
VIDEO. Reporte médico, cuarta semana del Papa en el hospital. Está fuera de peligro
“Hay que darle crédito al Papa por eso”, dijo Allen. “Francisco es lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de que el ciclo de noticias, como la naturaleza, aborrece el vacío, y en un vacío de noticias proliferan las especulaciones“, añadió. “Si se toma Internet como guía, él ya ha estado muerto y enterrado y luego resucitado múltiples veces”, continuó, “así que creo que parte de esta transparencia es también táctica”. En una época en la que la dimisión de un Papa ya no es algo improbable, como lo fue en los últimos tiempos de Juan Pablo II, Allen especuló con la posibilidad de que el impulso del Papa hacia la transparencia sirva para recordar “que sigue al mando”.
Los boletines médicos diarios nunca dejan de mencionar que el Papa sigue alerta y vigilante y que incluso continúa con su trabajo cuando puede. “Y creo que eso proyecta el mensaje de que el Papa no está fuera de juego, que el Papa sigue tomando decisiones. El Papa sigue moviendo los hilos”, dijo Allen.
VIDEO. Primera foto de Francisco en el hospital tras más de 30 días ingresado
Información adicional
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Fuentes
Religion News Service / Crux Now / Videos: Vatican Media – Rome Reports / Foto: Vatican News
