Cabrini, retrato inédito en el cine de la vida religiosa

2:00 p.m. | 26 mar 24 (CW/OSV).- Un reciente estreno aborda la vida de la santa Francisca Javiera Cabrini, quien a pesar de serios problemas de salud y un estatus que no le favorecía (mujer en el siglo XIX) sacó adelante una notable vida religiosa de servicio. El film se centra en los años que dedicó su labor a los inmigrantes italianos en Nueva York, que vivían discriminados y en la pobreza. Se destaca su tenacidad ante diversos obstáculos, tanto desde la Iglesia como el ámbito civil, que la llevó a fundar una congregación y decenas de hospitales, orfanatos y escuelas. Según críticos, la película destaca en todos los aspectos.

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Un símbolo en esta época de exacerbado sentimiento antimigrante

“Tenemos que enviarlos de vuelta”. “Una ola de mugre de piel morena”. “Mantengan su delincuencia y suciedad fuera del vecindario”. Esos son algunos de los insultos dirigidos a la Madre Francisca Javiera Cabrini tras su llegada a la caótica ciudad de Nueva York, como se describe en la recién estrenada película Cabrini, y no hay duda de que el tipo de abuso que se dirigió a esta futura santa y a sus compañeras inmigrantes italianos en 1889 también se aplica a los inmigrantes hoy en día. “Sucios vagos, no paran de llegar”, le dice un señor a la religiosa que acaba de desembarcar. Es una acertada representación histórica de la difícil llegada de la Madre Cabrini a Nueva York.

Así pues, el momento es propicio para un nuevo biopic de la Madre Cabrini, patrona de los inmigrantes, fundadora de la congregación de las Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón y la primera ciudadana estadounidense canonizada. Numerosos políticos, por ejemplo Donald Trump, fomentan la antipatía hacia los inmigrantes para impulsar sus campañas electorales. Las consecuencias nos resultan muy cercanas, cuando vemos esfuerzos por ayudar a los inmigrantes que son tratados en las redes sociales con expresiones de ira y sarcasmo.

Como ha dicho el papa Francisco, la vida de la Madre Cabrini es de “extraordinaria actualidad, porque los migrantes ciertamente necesitan buenas leyes, programas de desarrollo, de organización, pero siempre necesitan también, y sobre todo amor, amistad, cercanía humana; necesitan ser escuchados, mirados a los ojos, acompañados; necesitan a Dios”. La nueva película, producida por Angel Studios y dirigida por Alejandro Monteverde, se sitúa en ese ámbito y presenta un mensaje de compasión muy necesario con un notable despliegue visual y emocional. Es una tradicional historia de desfavorecidos, con una religiosa físicamente frágil y de metro y medio de estatura haciendo frente al sistema.

Y se tenían dudas sobre si la producción de este estudio haría justicia a la historia. Dado que Angel Studios dirige en gran medida sus películas y campañas de recaudación de fondos a un público cristiano conservador, la pregunta era si Cabrini presentaría realmente el fervor proinmigrante de la santa en un contexto en el que los políticos en EE.UU. están instrumentalizando el sentimiento antimigrante.

No se trata de estereotipar a los evangélicos; muchos grupos cristianos han ayudado a los migrantes, como exigen las Escrituras, y algunos piensan que está empezando a arraigar una respuesta más basada en la Biblia. Pero en general, por ejemplo, casi tres cuartas partes de los protestantes evangélicos blancos en EE.UU. -entrevistados en una encuesta del Public Religion Research Institute estarían “a favor de instalar medidas disuasorias para impedir que los inmigrantes entren ilegalmente en el país aunque ello ponga en peligro o mate a algunas personas“.

La anterior película del director Monteverde para Angel Studios, el filme taquillero del año pasado Sonido de libertad, fue alabada por sacar a la luz los males y la incidencia del tráfico sexual de menores, pero también fue criticada porque “la película podía ser vista como afín a la paranoia de la extrema derecha avivada originalmente por 4Chan y QAnon” sobre este tema, según Variety. Monteverde y el guionista de la película respondieron en Hollywood Reporter que el guión se escribió en 2015, mucho antes de que se difundieran estas teorías conspirativas, y que “no tenía nada de político”.

Pero la promoción de Sonido de libertad, apoyada por una proyección especial para Trump en su finca de Bedminster (Nueva Jersey), se politizó. Esto se puso de manifiesto cuando el actor principal Jim Caviezel, más conocido por interpretar a Jesús en La Pasión de Cristo, de Mel Gibson, anunció en Fox & Friends que votar por Trump era la forma de actuar contra el tráfico de niños con fines sexuales. “Es el nuevo Moisés“, dijo de Trump mientras era entrevistado junto con el productor de la película, el actor y activista político mexicano Eduardo Verástegui, que también ha comercializado sus películas con un sesgo político.

Pero no esperen que Trump apoye y promueva Cabrini como lo hizo con Sonido de libertad. Contradice su agenda antiinmigración. En la escena inicial, por ejemplo, los empleados de un hospital rechazan a un niño que intenta desesperadamente que atiendan a su madre enferma, comentando que los inmigrantes italianos eran “monos” e “inferiores”. Muestra de forma sucinta la influencia de la teoría eugenésica racista que era popular en la época, y que Trump intenta revivir afirmando que los inmigrantes están “envenenando la sangre de nuestro país“.

El director, el productor ejecutivo y el guionista -en entrevistas separadas- todos dijeron que Cabrini no era política: no trata sobre la política de inmigración, sino sobre los inmigrantes. Y eso es cierto. En la película, la Madre Cabrini basa su acogida a los inmigrantes en un mandato bíblico: “Porque a la hora de nuestra muerte, se nos hará una sola pregunta”, dice la futura santa. “¿Qué hicimos por los pobres, por los sin techo?”. ¿Es mucho esperar que esta película, con su bella fotografía y sus sólidas interpretaciones, genere la emoción necesaria para cambiar algunas mentes y corazones?

VIDEO. Cabrini | Tráiler Oficial

Sobre la historia y la producción de Cabrini

La actriz italiana Cristiana Dell’Anna -que protagonizó el drama policíaco Gomorra de HBO Max- retrata de forma convincente la determinación de la Madre Cabrini en su lucha por construir un orfanato y un hospital a pesar de la discriminación, la oposición de la jerarquía eclesiástica y los políticos, así como sus propios problemas de salud. Dell’Anna dijo a OSV News que el papel se convirtió en algo personal para ella y que podía identificarse con la perseverancia de la Madre Cabrini en medio de los obstáculos. “Todos tenemos algún tipo de miedo”, dijo. “Eso pudo conectarme con ella y con las dificultades que tuvo que superar”. Al prepararse para el papel, Dell’Anna leyó una colección de cartas de la religiosa, que le mostraron lo “poética” que era. “Me pareció una persona muy sensible y sensata”, que también era sorprendentemente “franca”, dijo Dell’Anna.

El origen de la película se remonta a la difunta Hna. Mary Louise Sullivan, exrectora del Cabrini College (ahora Universidad) y autora de la excelente historia Madre Cabrini, “La inmigrante italiana del siglo”. Había insistido a un productor que conocía para que hiciera una nueva película sobre la santa religiosa, recuerda la hermana Christine Marie Baltas, amiga de Sullivan. “Le dije: Hermana, ni siquiera quiero hacer otra película”, me contó el productor ejecutivo Eustace Wolfington. Pero Wolfington, un empresario católico que desde hace tiempo siente devoción por la Madre Cabrini y un gran aprecio por su sabiduría empresarial, cambió de opinión.

Monteverde contó que su primera reacción ante el planteamiento de Wolfington fue: “Bueno, ¿cómo se hace una película interesante sobre una religiosa?”. Pero cuando leyó el guión de Rod Barr (también guionista de Sonido de libertad), “Me dije, vaya, esta mujer es una fuerza de la naturaleza. Sentí que su vida era muy cinematográfica”. Se sintió atraído por la historia de esta santa, descrita por un orador en la inauguración de uno de sus hospitales como “una mujer pequeña”, que apenas medía metro y medio, pero que se defendía con elocuencia y firmeza. “Tenía tanto en contra y ver lo que fue capaz de construir para los demás fue lo que me llamó la atención”. Como católico, Monteverde se sintió “sorprendido” por no conocer su historia antes de que le propusieran hacer la película.

Cabrini es razonablemente histórica, aunque se toma varias licencias en favor del drama. Capta el espíritu de su extraordinaria heroína. La actuación de Dell’Anna transmite con intensidad lo enfermiza que era la religiosa; las afecciones respiratorias y la fiebre la atormentaron desde la infancia, al igual que (tal y como describe la película) el recuerdo de haber estado a punto de ahogarse a los siete años. “El mayor reto para ella no era sólo que fuera una mujer, sino una mujer moribunda”, afirma Monteverde.

La producción muestra con precisión cómo las autoridades eclesiásticas dieron inicialmente la espalda a Cabrini. Cuando el arzobispo de Nueva York, Michael Corrigan (David Morse), la conoce por primera vez tras su llegada de Italia, se refiere al “problema italiano”, una expresión que los obispos estadounidenses utilizaban para describir la afluencia de católicos procedentes de Italia. Corrigan intenta ordenarle que regrese a Italia; la Madre Cabrini se mantiene firme recordándole que el papa León XIII (Giancarlo Giannini) la había enviado a esta misión. Corrigan le ordena entonces que limite su recaudación de fondos -ella quiere abrir un orfanato- a la comunidad italiana, sabiendo muy bien que allí se podía conseguir poco dinero. Es históricamente exacto, y los prejuicios a los que Cabrini se enfrentó en la Iglesia fueron incluso más allá de lo que se muestra en la película.

Si la Madre Cabrini no hubiera sido tenaz ante los hombres poderosos que solían ponerle obstáculos en su camino, nunca habría abierto docenas de escuelas, hospitales, orfanatos, conventos y otras instituciones. Sin embargo, Corrigan puede parecer más pesado de lo que era. Con el tiempo trabajaron bien juntos; la correspondencia muestra que la religiosa trató de comunicar al arzobispo, asediado por la controversia, que era apreciado en Roma.

Cabrini habla con fuerza del papel de la mujer en la Iglesia y en la sociedad en general. De hecho, esta era una preocupación para la religiosa que fue invitada a hablar en la primera Conferencia Nacional de Mujeres, celebrada en Roma en 1908. La película muestra cómo la Madre Cabrini abordó hábilmente a los hombres que ponían negativas a sus planes para su orden, las Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón: Era sencillamente mucho más competente y decidida que los hombres que tomaban las decisiones.

Esto se pone de manifiesto en una escena clave en la que la religiosa interviene en el pleno del Senado italiano para pedir apoyo para los emigrantes italianos empobrecidos en América. No se tenía la certeza si eso ocurrió realmente, pero Barr respondió de dónde procedía. Dijo que se había enterado por una tradición oral entre las hermanas cuando fue a investigar al Museo Cabrini de Codogno (Italia). También encontró algunas pruebas documentales en un artículo de un periódico italiano de 1931 sobre las memorias de un legislador socialista que había escrito que Cabrini había entrado en la sede del gobierno italiano años antes “con facilidad, como si estuviera en su propia casa” para pedir que se siguiera financiando una comisión de migración que subvencionaba su trabajo.

Hay un importante conflicto en la película entre la Madre Cabrini y un ficticio “alcalde Gould” de Nueva York. No ocurrió realmente, pero sí permitió la brillante actuación de John Lithgow en el papel del alcalde, que se refiere a la menuda religiosa como “una sucia monja engreída”. Hay otros toques de drama ficticio, como cuando la policía neoyorquina detiene a Cabrini. Sin embargo, más adelante Gould se dirige a la religiosa y le dice que habría sido “un hombre excelente”. Ello sí se inspiró en comentarios reales que se hicieron sobre ella, entre ellos el del alcalde des Planches, embajador italiano en Estados Unidos en aquella época, que llamó a la religiosa “gran hombre”, y el del ministro italiano Francesco Saverio Nitti, que se refirió a ella como un “estadista”.

El film también enfatiza que ante los prejuicios y los obstáculos políticos, la religiosa encuentra medios creativos para ayudar a los numerosos huérfanos italianos, así como para conseguir financiación. Por ejemplo, utilizó los medios de comunicación para difundir el mensaje de su misión. “Utilizaba muchos medios periodísticos para comunicarse”, dijo Monteverde, añadiendo que el personaje del reportero Theodore Calloway, interpretado por Jeremy Bobb, “es una representación de todos los medios de comunicación que utilizó, de todos los periodistas a los que se dirigió”.

Un vistazo a un artículo real de 1889 en el New York Sun muestra tanto la valentía de las hermanas en medio de los peligros de la ciudad como la forma en que la Madre Cabrini difundió su mensaje a través de los medios de comunicación. “Durante las últimas semanas”, informaba el Sun, “mujeres de tez morena, vestidas de Hermanas de la Caridad, han recorrido los barrios italianos de Bend y Little Italy, subiendo por escaleras oscuras, empinadas y estrechas, sumergiéndose en sótanos inmundos y en antros en los que ni siquiera un policía de Nueva York se atreve a entrar sin ayuda.”

“Nuestro objetivo”, dijo la Madre Cabrini al periódico, “es rescatar a los huérfanos italianos en la ciudad de la miseria y los peligros que les amenazan y hacer de ellos hombres y mujeres de bien”. La entrevista revelaba su especial cuidado por las niñas italianas, de las que, según ella, las hermanas estaban “especialmente preocupadas” debido a las “terribles” tentaciones que les ofrecía la ciudad. Esto se muestra en la película a través de su amistad con Vittoria (Romana Maggiora Vergano), una chica que deja una vida de prostitución para quedarse con las hermanas.

Cabrini no profundiza en la fuente espiritual del amor de la religiosa por los inmigrantes: su fuerte devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Eso sí, de un modo que parece muy moderno, combinó la contemplación -sobre lo que el papa Benedicto XVI ha llamado “el misterio del corazón de un Dios que se conmueve y derrama todo su amor sobre la humanidad”- con una acción social innovadora. Su decisión de amar, constantemente renovada, la llevó a la gente de la periferia: no sólo a los inmigrantes marginados de Nueva York, Nueva Orleans, Chicago, Seattle y otras ciudades estadounidenses, sino también a las selvas centroamericanas, a las profundidades de las minas donde trabajaban obreros italianos, a las cárceles, los hospitales, las aulas y los sótanos de las iglesias. Es una santa que necesitamos, y Cabrini hace que su historia cobre vida.

VIDEO. Cabrini | Trailer Oficial 2

Como homenaje a la vida religiosa

Más allá de su retrato de una parte importante de la vida y el ministerio de la Madre Cabrini, Wolfington explicó que la película también pretende ser un homenaje a las hermanas católicas de todo el mundo, cuyo trabajo cree que a menudo se pasa por alto y no es suficientemente apreciado dentro de la Iglesia o por la sociedad en general. “La película les da voz”, dijo. También afirmó que la reacción de las hermanas que han visto la película ha sido entusiasta, sobre todo la de los miembros de la congregación que ella fundó: “Ha devuelto la dignidad a la vida de las religiosas”.

Dos de ellas son las Hnas. Diane Olmstead y Pietrina Raccuglia, ambas miembros de la Provincia de Guadalupe de la congregación. En una entrevista conjunta con Global Sister Report, dijeron que la película era inspiradora por muchas razones: por describir la espiritualidad de la Madre Cabrini; los muchos retos a los que se enfrentó en su ministerio, que comenzó en la zona de Five Points, en Nueva York, asolada por la delincuencia; y por ofrecer un retrato preciso de las religiosas que trabajan en el mundo.

“Es una pista de su relación con Jesús”, dijo Raccuglia, que preside el consejo de la Fundación Cabrini Mission, con sede en Nueva York. La película describe explícitamente “la misión de mostrar el amor de Cristo en el mundo, y que todo el mundo es amado por Dios”. La película muestra “que la Madre Cabrini tenía pasión por Cristo, tenía pasión por la humanidad”, dijo Olmstead, superiora provincial de la Provincia de Guadalupe de la congregación.

Raccuglia cree que la pasión de Cabrini por los derechos de los inmigrantes era tan fuerte que, si viviera hoy, estaría “en la frontera”, trabajando por los inmigrantes en la frontera sur de Estados Unidos con México. Lo que Cabrini hizo en su tiempo, agregó Wolfington, fue inculcarles “de nuevo el orgullo (a los inmigrantes)”. Aunque la película se centra sólo en sus primeros años en Nueva York, la religiosa llegó a servir en al menos otros seis estados, incluido Colorado, así como en Latinoamérica y Europa.

Olmstead y Raccuglia dijeron que, aunque esperan que la película inspire a algunas mujeres a considerar la posibilidad de unirse a su congregación, otra esperanza es que los espectadores de Cabrini “salgan de sí mismos y ayuden a alguien necesitado”, dijo Raccuglia. O como dijo Olmstead “que sean misioneros del amor en el mundo”. También esperan que la película ofrezca a nuevos públicos una idea de cómo es realmente la vida religiosa, ya que tantas películas, en su opinión, no describen con exactitud la vida o los ministerios de las hermanas.

VIDEO. Cabrini, los primeros 19 minutos de la película

Información adicional
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Fuentes

Commonweal Magazine / OSV News / Global Sister Report / Videos y foto: Angel Studios

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