Un economista que piensa desde el corazón

9:00 p.m. | 21 nov 23 (VTN/RR).- Emprendimiento y fraternidad. Desde el primer medio de la Santa Sede destacan la iniciativa “Tucum”, un aplicativo de economía suspendida que ofrece servicios y bienes de diversa índole a las personas más pobres. Suspendida porque pagas por anticipado para alguien más, y la compra queda pendiente hasta que una persona necesitada llega al comercio. Giandonato Salvia es el creador de este proyecto -inspirado en múltiples viajes a regiones con mucha pobreza y en los llamados de Francisco a la cooperación global- que apoya a las familias más vulnerables y al mismo tiempo potencia las pequeñas actividades comerciales de un territorio.

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Giandonato Salvia es el protagonista de esta historia en la que contamos el origen y el uso de Tucum, una App de economía suspendida que ofrece servicios y bienes de diversa índole a las personas más pobres. “Mirando la locura catastrófica del mundo globalizado, pensé en una respuesta eficaz y específica para restaurar esa economía que no se centre sólo en el beneficio y encontré esta respuesta en el Evangelio”. Dos razones inspiradoras para este proyecto: Carlo Acutis y la Laudato si’ del Papa.

“Mi padre es un doctor. Cada año, cuando era más joven, lo veía partir hacia África para ofrecer tratamiento gratuito en lugares muy pobres con la organización sin fines de lucro Solidarietà missionaria que desde 1984 hasta hoy ha apoyado más de 800 proyectos en 39 países de todo el mundo. Mi madre, en cambio, se dedicó a la familia y siempre estuvo dispuesta a acoger en su casa a los misioneros que pasaban por Italia. Cuando tenía 17 años también decidí irme con mi padre a Guinea-Bissau. Allí conocí la primera pobreza, la más fácil de reconocer ligada a la desnutrición, al hambre, a la corrupción, vi los vientres hinchados sin nada de los niños, vi los ojos sufrientes de las mujeres que no saben cómo alimentar a sus hijos, y entendí que podía y que tenía que hacer algo. Y si mi padre curaba las heridas del cuerpo, yo podría comprometerme a curar otras heridas, las provocadas por las injusticias sociales”.

A este primer viaje le siguieron muchos otros en la República Democrática del Congo, Liberia, Mozambique, Tanzania y luego en Brasil, Ecuador y Bulgaria. Giandonato Salvia, 33 años, originario de Monopoli, Italia, licenciado en Economía de Intermediarios y Mercados Financieros es el creador, junto a su hermano ingeniero Pierluca, de Tucum, la App de economía suspendida que habla el lenguaje de la fraternidad y el amor evangélico.

“El nombre de la aplicación -explica Giandonato- proviene de este anillo de coco que llevo, que viene de Brasil y que tiene un significado muy profundo. De hecho, fue utilizado por cristianos, católicos y no católicos, como símbolo del vínculo entre la Iglesia y los pobres y también como símbolo de fraternidad. Cuando estuve en África sentí en carne propia lo que significa ser hermano de un hombre, de una mujer, de un niño que no tiene la misma sangre que tú, pero por quien estás dispuesto a quitarte la comida de la boca. Así que pensé en aplicar este concepto en el campo sistémico e informático”.

De hecho, el concepto detrás de la aplicación no es muy diferente del “café suspendido” que proviene de la tradición napolitana. Ofrecer un café y dejarlo pagado por los que vienen después es uno de los gestos que más se utiliza como muestra de bondad y compartir. Es una forma sencilla de cuidar de otra persona. Cuando el destinatario de tu oferta no se conoce, como ocurre con el “café suspendido”, este gesto adquiere un significado aún más profundo. Tucum amplía el horizonte, transfiriendo los principios de dar y compartir a todos los bienes y servicios presentes en el mercado (www.tucum.it), ya sea un medicamento, una visita médica, unos lentes nuevos, un corte de pelo de peluquería o una comida.

En los lugares donde funciona la aplicación se puede donar dinero a familias menos adineradas, podemos registrarnos en la sección “gratuita” como comerciante o encargado de servicios, o si eres emprendedor puedes incluso ofrecer empleo, un trabajo a quienes no lo tienen. “Todo esto -dice Giandonato- se basa en el concepto de ‘suspendido’, es decir, no te conozco, no sé quién eres, dónde vives, pero estoy pensando en ti y en tus necesidades. Como economista, al observar la locura catastrófica del mundo globalizado, pensé en una respuesta efectiva y específica para restaurar esa economía que no solo mira las ganancias, y aunque pueda parecer un poco en contraste con mis estudios, las cifras, los gráficos, las estadísticas, esta respuesta sólo la encontré en el Evangelio”.


Economía, Evangelio, Tecnología

La inspiración de Giandonato proviene de Carlo Acutis, tanto es así que en 2018 junto con su hermano Pierluca inició la empresa social A.P.P Acutis precisamente para rendir homenaje al joven Beato que del amor de Dios y del servicio a los más pobres, así como el formidable uso de las tecnologías de la información, ha marcado su plan de vida. Pero en este proyecto también hay mucho de la encíclica Fratelli tutti y Laudato si’.

Laudato si’ -continúa Giandonato- no sólo se dirige a los ecologistas o a quienes viven en primera línea con vocación medioambiental, se dirige a todos, incluso a nosotros, los economistas: la ecología integral, de hecho, tiene como idea básica reunir a toda la comunidad y animarla a cooperar. San Francisco tenía un corazón universal, abrazó al hombre y al lobo, a la Creación y a sus criaturas en íntima unión, y si hay esta íntima unión nuestros comportamientos se vuelven espontáneos hacia todos y hacia todo. Tucum es una respuesta espontánea que di a la vida y a Dios, con mis estudios, con la misión en África y Sudamérica. Con Tucum queremos hacer esto, llegar a los ‘agujeros negros’ como los definió la Madre Teresa de Calcuta, los pobres entre los pobres y dejarlos acompañar, defender y sostener por una comunidad”.

 

Cómo funciona Tucum

Tucum pone en relación a ciudadanos, actividades económicas, autónomos y entidades del tercer sector como asociaciones, parroquias y Cáritas. A través de la App es posible donar a las organizaciones asociadas al proyecto, apoyar a las familias más necesitadas que atienden y al mismo tiempo potenciar las pequeñas actividades comerciales de un territorio. De hecho, las organizaciones asignan a las familias beneficiarias tarjetas con tecnología NFC que contienen créditos que pueden ser utilizados en cualquier comercio registrado en la aplicación Tucum: farmacias, tiendas de ropa, mercados, profesionales autónomos, etc. De esta forma, el beneficiario puede acudir directamente a las actividades comerciales y elegir con mayor discreción y dignidad los productos y servicios que necesita.

Al mismo tiempo, los comercios que participan son apoyados en su trabajo y pueden participar más activamente en el proyecto aplicando descuentos y teniendo la posibilidad de seguir más de cerca a los beneficiarios durante sus compras. Gracias a la tecnología utilizada, para contrarrestar cualquier abuso, el comerciante puede verificar la identidad del beneficiario comparando la fotografía grabada en el chip de la tarjeta cada vez que se utiliza. Las familias beneficiarias están llamadas a su vez a convertirse en apoyo de otras familias, pagando una mínima aportación mensual como muestra de responsabilidad y participación en el proyecto.


Testimonio de la vida cotidiana

“La historia es de Enzo, que no tiene hogar, cuando lo conocí en Brindisi -cuenta Giandonato- tenía las manos en el cubo de la basura, hurgaba en busca de restos de comida o algo que pudiera serle útil. Empecé a hablar con él y descubrí que 2 días después cumpliría 85 años, le propuse celebrarlo juntos y se puso muy feliz. Trajimos algunas cosas para beber y comer a este cuartito de dos por tres metros que él llama hogar, apoyados a un lado había un par de vasos rotos, atados con cinta aislante. Le dijimos que en Tucum teníamos una óptica con la modalidad suspendida y le podríamos arreglar los lentes. Enzo estaba encantado, así que lo llevamos, también le hicieron un examen de la vista y le regalaron sus gafas nuevas. Este es verdaderamente el espíritu de Tucum. Servir a los demás dándoles dignidad, refrigerio. Por otro lado, Jesús dice: todo lo que hacen a uno solo de estos pequeños, a mí lo hacen y a través de estas personas tocamos verdaderamente la carne de Cristo, detrás de cada pobre está el rostro de Jesús”.

En noviembre de 2022, Giandonato recibió el honor de Caballero de la Orden al Mérito de la República Italiana de manos del Presidente de la República Italiana Sergio Mattarella “por contribuir al uso social de las nuevas tecnologías”. Este reconocimiento, así como el honor de recibir el prefacio del papa Francisco a su libro “Luz en abundancia”, fueron una caricia para Giandonato que, sin embargo, está convencido de que el verdadero bien se hace y debe hacerse no porque alguien te recompense: “El verdadero objetivo -dice- son los pobres y es por ellos que queremos convertirnos en defensores del cambio. El que da nunca se empobrece. Y ser canales de bienes materiales significa reconocernos como custodios, no propietarios, de lo que se nos dona”.

Participante en La Economía de Francisco

“No proponemos tradicionales modos de ayuda, como comedores sociales o bancos de alimentos. Son estupendos, pero tienen límites pedagógicos y a veces suponen una humillación. En su lugar, les damos esta tarjeta y así pueden comprar en tiendas donde la acepten. Es como una tarjeta de débito, aunque en realidad no tiene dinero”, explica Giandonato. No tiene dinero porque así se evita que compren productos no básicos. Giandonato se define un “emprendedor misionero” y ha participado en el encuentro de la Economía de Francisco promovida por el Papa en Asís. Esta aplicación es un ejemplo concreto de lo que propone: una economía basada en la fraternidad: Que la gente no dé limosna para tranquilizar su conciencia, sino que se comprometan a dar ayuda concreta a sus vecinos necesitados.

“Soy economista y me ocupo de pobreza extrema, de personas sin techo, de cómo acompañarles a través de vías de promoción social. Proponemos vivir la caridad de un modo diferente, más participativo. Cuando hago una obra de caridad no debo desinteresarme más, no debo dar el euro y olvidarme sin más”. Giandonato ha plasmado sus ideas y reflexiones en dos libros: Luce in abbondanza, Abundancia de Luz. La app Tucum forma parte de un proyecto más grande de Giandonato Salvia y su hermano. Es una start up de tecnología con vocación social. Se llama “Acutis”, en honor del joven beatificado, apasionado de la tecnología. Con esta iniciativa esperan crear otros proyectos como Tucum y promover una economía más fraterna.

“El nombre de la empresa es nuestro programa de vida: Acutis se refiere a Carlo, un niño de Milán que murió en 2006 debido a una leucemia fulminante, que amaba a Jesús y a los pobres, se ofrecía como voluntario para trabajar con ellos y era un experto en informática”. El 10 de octubre de 2020, en Asís, fue declarado Beato y “queríamos encomendar todo el Proyecto a su intercesión” dicen los dos hermanos. El acrónimo A.P.P. significa “Acuti Pro Pauperibus”, o “Ingenioso a favor de los pobres”.

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Fuentes

Vatican News / Rome Reports / Ecclesia – COPE / Videos: Vatican Media – Rome Reports / Foto: Vatican News

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