Francisco reformula Doctrina de la Fe: una curia más eficaz

6:00 p.m. | 16 feb 22 (LN/AM).- En un cambio considerado de alta trascendencia, ya que implica reconocer la gravedad de la crisis de los abusos sexuales de menores por parte del clero en la Iglesia, Francisco decidió cambiar la estructura de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), uno de los dicasterios más importantes de la curia romana. Con el decreto asigna un secretario y personal diferente para cada sección de la CDF (Doctrinal y Disciplinaria) que antes era compartido, y además afinó algunas de sus funciones. Con recursos diferenciados se busca que ambas secciones cumplan sus labores de forma más eficaz. En el caso de la disciplinaria, entre otros, la investigación de casos de abusos.

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En una carta apostólica con forma de Motu Proprio (documento por iniciativa del pontífice) Francisco decidió que la CDF, organismo creado en 1517, gestione de manera independiente dos secciones: una doctrinal y otra disciplinaria, cada una manejada por un secretario. Antes había sólo un secretario para dos diversas oficinas. Con el cambio se subraya la importante pero distinta labor de cada una de las dos secciones.

“Es un reconocimiento explícito de que en la Iglesia tenemos una crisis, que es la crisis de abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes”, dijo al diario La Nación una fuente vaticana experta del tema, que explicó que el Papa consideró conveniente dotar a la CDF de una estructura especializada, con un tribunal canónico con juristas, ya que en los últimos veinte años el 90% del trabajo de la CDF, lejos de estar en temas teológicos referentes a la doctrina, fue de tipo canónico, justamente para tratar los delitos gravísimos como son los de abusos de menores por parte del clero (otra fuente agregó que ahora mismo se tiene un atraso de unos 4.500 casos de abuso).

Este escándalo, que ha manchado como nunca la credibilidad de la Iglesia, dentro de la CDF “ha supuesto una distorsión muy grave en el trabajo interno, porque en vez de tratarse delitos contra la doctrina, que fue el motivo principal de su existencia, hace 500 años, se tratan delitos de costumbre que ponen en peligro la fe”, precisó la fuente. En el Motu Propio del papa Francisco, que en los últimos años cambió y endureció la legislación para luchar contra este flagelo y convocó a una cumbre sin precedente en Roma a todos los presidentes de las conferencias episcopales del mundo, no hay ninguna referencia al escándalo de abusos. Sino tan sólo al hecho de que era necesario un cambio.

Francisco, en efecto, recordó que “custodiar la fe es la tarea principal” de la CDF, que siempre tuvo competencias tanto doctrinarias como disciplinarias. “Pero ahora, considerada la experiencia que ha madurado en este tiempo en diversos ámbitos de trabajo y la exigencia de darle una impostación más apta a las funciones que le son propias”, consideró oportuno establecer un cambio de la estructura interna, con “dos secciones, Doctrinal y Disciplinaria, cada una coordinada por una secretaria que asiste al Prefecto en el ámbito específico de propia competencia, con la colaboración del subsecretario y de los respectivos jefes de oficina”.

El Papa es consciente de los grandes problemas que enfrenta no sólo la sección de disciplina sino también la sección doctrinal de la CDF y deseaba que los cambios entraran en vigor inmediatamente sin esperar a la publicación de la constitución para la reforma de la Curia Romana. Según America Magazine, la constitución se está traduciendo actualmente y se espera que se publique poco después de Semana Santa, probablemente a principios de mayo.

Origen de la Congregación para la Doctrina de la Fe

La congregación se originó en 1542 y era conocida como “La Suprema” en la Curia Romana porque el Papa era su jefe, aunque normalmente ejercía su liderazgo a través del cardenal secretario, hasta 1965. Originalmente llamada Sagrada Congregación de la Romana y Universal Inquisición, ha ejercido una enorme influencia y control en la iglesia durante siglos, no sólo sobre la fe y la moral, sino también sobre los teólogos y sus escritos, así como sobre el nombramiento de obispos, rectores y profesores de las universidades católicas, y altos funcionarios del Vaticano. Un dictamen negativo de la CDF podría acabar con la posibilidad de que un clérigo sea nombrado obispo o de que un hombre o mujer sean nombrados rectores, profesores o funcionarios de distintos niveles en la Iglesia. También podría llevar a su destitución de dichos cargos.

Pablo VI decretó la estructura actual de la congregación y cambió su nombre por el de Congregación para la Doctrina de la Fe con el decreto “Integrae Servandae” en 1965. Pablo VI también decretó que la dirección de la congregación ya no se reservara al Papa, sino que se confiara a un cardenal, como todas las demás congregaciones romanas. Francisco ratifica eso, y habiendo revisado la experiencia que “maduró” en las diferentes áreas de trabajo de la CDF, y observando la necesidad de darle un enfoque más adecuado para cumplir sus funciones propias en el mundo de hoy, decidió hacer los cambios.

Doctrinal y disciplinaria: secciones y funciones

El decreto establece: “La sección doctrinal se ocupa de los asuntos relativos a la promoción y protección de la doctrina de la fe y la moral. También promueve los estudios encaminados a incrementar la comprensión y la transmisión de la fe al servicio de la evangelización, para que su luz sea un criterio de comprensión del sentido de la existencia, especialmente ante los interrogantes que plantean el progreso de las ciencias y el desarrollo de la sociedad”. Esta segunda frase es especialmente significativa, según la primera fuente vaticana mencionada. Dice que Francisco deja claro que quiere que la sección doctrinal reflexione sobre las cuestiones particulares relativas al “sentido de la existencia” y de la fe que “plantean el progreso de las ciencias y el desarrollo de la sociedad.” Algunas fuentes en Roma piensan que los temas de la LGBT podrían estar entre estas cuestiones.

El decreto también establece que “en lo que respecta a la fe y las costumbres”, la sección doctrinal debe examinar los documentos que serán publicados por otros dicasterios, así como los escritos y opiniones “que parezcan problemáticos para la correcta fe, fomentando el diálogo con sus autores y proponiendo remedios adecuados” según las normas establecidas en “el reglamento para el examen doctrinal” emitido por la CDF bajo el cardenal Joseph Ratzinger en julio de 1997. El decreto dice que a la sección doctrinal se le confía también la tarea de estudiar las cuestiones relativas a los ordinariatos personales de los antiguos clérigos anglicanos que buscan entrar en plena comunión con la Iglesia católica a través de la constitución apostólica “Anglicanorum Coetibus” emitida por el Papa Benedicto XVI en 2009.

La sección de disciplina se ocupa de los delitos “reservados a la jurisdicción de la Congregación”, incluidos los casos de abusos sexuales por parte del clero, y “que son juzgados por el Supremo Tribunal Apostólico allí establecido”. La sección tiene el deber de “preparar y aplicar los procedimientos previstos por las normas canónicas para que la Congregación, a través de sus diversas oficinas… pueda promover una correcta administración de justicia”. Luego, en una nueva e importante adición a la tarea de la sección de disciplina, le da la tarea de formar a los obispos y a los abogados canónicos en este campo. El decreto establece que para garantizar una correcta administración de justicia, “la sección disciplinar promueve iniciativas de formación adecuadas”, que se ofrecen a los obispos y a los juristas, “con el fin de favorecer una correcta comprensión y aplicación de las normas canónicas relacionadas con su ámbito de competencia”.

“El mensaje de este cambio de estructura es muy claro: tenemos un problema muy gordo y la CDF no puede esperar”, explicó a La Nación un monseñor, que recordó que el llamado Santo Oficio nació para ayudar al Papa en la tutela de la fe y la doctrina, contra las herejías y demás, pero que en los últimos 20 años la crisis de abusos distorsionó todo eso. Se estima que la CDF cada año recibe entre 1000 y 1200 casos de abusos cometidos por sacerdotes. Más allá de la mole de trabajo de la sección disciplinaria, tampoco se quiso minimizar la parte doctrinal, sino todo lo contrario.

Se cree que pasará a ser secretario de la sección doctrinal el joven teólogo siciliano Armando Matteo, que actualmente es subsecretario adjunto de la CDF, autor, entre otros, de un libro titulado “Convertir a Peter Pan, el destino de la fe en la sociedad de la eterna juventud”. Aunque la gran pregunta es quien reemplazará en los próximos meses al actual prefecto de la CDF, el jesuita español Luis Ladaria, que en abril cumplirá 78 años y en junio su mandato de cinco años.

ENLACE. Carta apostólica en forma de Motu Proprio, Fidem servare

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Fuentes

La Nación / America Magazine / Oficina de Prensa Vaticana / Foto: Vatican News

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