L’Osservatore Romano elogia el Nobel de Literatura a Bob Dylan

5:00 p m| 19 oct 16 (AGENCIAS/BV).- El periódico oficial del Vaticano ha elogiado en un artículo la concesión por parte de la Academia Sueca del Premio Nobel de Literatura al cantautor Bob Dylan, al señalar que sus textos están destinados a sacudir conciencias. “Algunas canciones líricas son bellísimas, de una intensidad que sólo los artistas son capaces. Otros textos llegan a golpear, destinados a sacudir las conciencias de los que estaban tan embobados y tan distraídos que no percibían los grandes cambios que se produjeron en los años setenta”, ha descrito el diario de la Santa Sede.

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L’Osservatore Romano destacó también que el premio Nobel para la estrella del rock americana es “una especie de premio a la carrera que ciertamente reconoce el grandísimo talento dylaniano en la escritura de textos”.

Según el Vaticano, el mayor logro de Dylan ha sido que ha vencido “su férrea voluntad de permanecer ajeno a la lógica del show del business, aunque sí es una estrella grandísima”.

“Dylan no se ha teñido el cabello, ha sustraído los párrafos más famosos compuestos con ritos corales de concierto, trastocando la métrica”, ha señalado. Finalmente ha recordado que Dylan tuvo un encuentro con San Juan Pablo II en Bolonia (Italia) en 1997 con motivo del Congreso Eucarístico Nacional.


¿Cuántos caminos? La búsqueda de Bob Dylan

¿Cuantos caminos? (How many roads?) se preguntaba Bob Dylan en la canción que se convirtió en himno de la emblemática y rebelde generación de los años 60. Había nacido en Duluth, un pequeño pueblo de Minnesota en 1941. De origen judío, Robert Zimmerman cambia en 1959 su nombre a Bob Dylan y, tras abandonar la universidad antes de terminar el primer año, se traslada a Nueva York para probar suerte en su pasión, la música.

En pubs del barrio bohemio de Greenwich Village inició una carrera artística que lo convertirá en uno de los más trascendentes cantautores de la historia. Robert Sheldon, un clarividente periodista del New York Times, captó el talento y carisma del aún desconocido Dylan, y escribe sobre él en 1961 “… su forma de componer lleva la marca de la originalidad y la inspiración… pero importa menos dónde ha estado que adónde se dirige”.

De creatividad incansable su música transita y fusiona géneros típicamente americanos, el folk, el country y el blues, creando su propio estilo inconfundible. Virtuoso de la armónica y con una voz muy particular y no particularmente melódica, Dylan incursiona también en el rock. Sus facetas son innumerables: músico, compositor, cantante, poeta, pintor… como ha señalado uno de sus biógrafos, “su historia no permite cerrarse hoy porque no sabemos que será capaz de generar mañana”.

En las letras de sus canciones están los afanes de búsqueda, como si fuera un permanente peregrino de infinitud, augurios de toda una época de insatisfacción, protesta, violencia, consumo y, cómo no, también amor. Dylan se convirtió en el profeta de una generación y ya en 1964 advertía que “¡los tiempos están cambiando! Venga gente, dondequiera que estén, reúnanse y admitan que las aguas han crecido a nuestro alrededor y acepten que pronto estaremos calados hasta los huesos, si creen que estamos a tiempo de salvarnos es mejor que comiencen a nadar o se hundirán como piedras, ¡porque los tiempos están cambiando!”.

Incómodo con las normas y convenciones, Dylan evita ser manipulado por las interminables campañas de protesta de los años 60. Líder voluntario e involuntario del tiempo de la contracultura y la lucha por los derechos civiles, supo interpretar a la juventud con letras sugerentes y provocativas, contestatarias, clarividentes y proféticas. Compositor de calidad excepcional, escritor imaginativo y prolífico, con más de 50 álbumes, que expresan los anhelos, amores y miedos del hombre contemporáneo. Sus constantes evoluciones estilísticas, filosóficas y espirituales nos muestran a una leyenda viviente de la música que con sus letras se convierte también en poeta.

En su fascinante trayectoria, durante 1979, tras su separación matrimonial se acercó al cristianismo. Su producción musical de aquellos años muestra ese guiño religioso. Entre 1979 y 1981 aparecieron los que hoy se conocen como sus “discos cristianos”, titulados Slow train coming (El tren que viene despacio), Saved (Salvado) y Shot of love (Impacto de amor). Hay incluso testimonios de conversiones fruto de las letras de Dylan, algunas de las cuales abren el corazón a lo trascendente. En una de las canciones de Saved se escucha “Sólo hay un camino… y conduce al Calvario”.

En 1963 Bob Dylan, junto a Joan Baez, cantaron en Washington en la marcha en la que Martin Luther King pronunciaba ante 200.000 personas el famoso I have a dream. Veinticinco años después, Bob Dylan cantaba Knocking’ on Heaven’s Door (Llamando a las puertas del Cielo), ante Juan Pablo II y 300.000 jóvenes católicos durante el Congreso Eucarístico de Bolonia. Allí afirmó sin complejos: “Soy alguien que cree. Lo vivo así y lo he manifestado en mis canciones… yo soy creyente”. Juan Pablo II, parafraseando a Bob Dylan en Blowin’ in the wind afirmaba: “¿Cuántos caminos debe recorrer un hombre antes de convertirse en hombre?… Hay uno sólo: ¡Cristo es el camino que el hombre tiene que recorrer antes de ser llamado hombre!”.


El día en que Bob Dylan y el papa Francisco compartieron la tapa de la Rolling Stone

The Times They Are A-Changin, el tema que escribió Bob Dylan en 1964, salió en la portada de la versión estadounidense de la Rolling Stone cuando la publicación contó con una entrevista exclusiva al Papa. Religión y rock en un mismo lugar.

La frase de Dylan fue la mejor forma que los editores de la prestigiosa revista encontraron para ilustrar la revolución que estaba, y está, llevando adelante Jorge Bergoglio desde que asumió como jefe máximo de la Iglesia Católica.

Son tantas y tan legendarias las canciones del nuevo Premio Nobel de Literatura que podría encontrarse una especial para cada situación. La gestión de Francisco es uno de los mejores ejemplos.

La nota publicada en ese momento, enero de 2014, por el reportero Mark Binelli hablaba de “la revolución moderada del Papa”. Binelli viajó al Vaticano para escribir el perfil sobre el Papa y descubrió que el pontífice “está haciendo un quiebre importante desde la tradición del Vaticano, encarando cuestiones políticas y presentando una actitud más inclusiva hacia los derechos humanos… y que los católicos aprecian”.

“A través de citas de expertos del Vaticano y una biografía atractiva que muestra cómo el Papa se luchó en tiempos oscuros para emerger como el principal candidato para el papado, Rolling Stone presenta al Papa como un hombre atado a la tradición religiosa, por un lado, y la lucha para llevar a la iglesia a una nueva era con la otra. Como la portada indica, ‘Los tiempos están cambiando'”, adelantaba hace dos años la revista.

Fuentes:

Europa Press / La Nación / Centro de Estudios Católicos

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