‘Erasmus Latino’: una apuesta por la educación
Subrayando la singularidad de cada uno de los espacios de concertación entre el Viejo y el Nuevo Continente, la SEGIB lleva objetivos concretos a la Cumbre de Veracruz. En Estrasburgo, DW habló con Rebeca Grynspan.
Un programa de intercambio estudiantil para el ámbito de Iberoamérica sería un primer objetivo concreto de Rebeca Grynspan, Secretaria General para Iberoamérica (SEGIB) desde abril. La Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), que tiene su sede en Madrid, es el órgano permanente de apoyo institucional y técnico a la Conferencia Iberoamericana y a la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, integrada por los 22 países iberoamericanos: diecinueve en América Latina y tres en la península Ibérica, España, Portugal y Andorra.
Después de algún tiempo de una cierta apatía de los miembros de este espacio común –América Latina, España, Portugal, Andorra, Cuba y República Dominicana- hacia un mecanismo que surgió en 1991 -“cuando estábamos solos” dijo Grynspan en la Asamblea Eurolat en Estrasburgo-, la SEGIB retoma algunos de los acariciados planes conjuntos. Y se propone materializarlos.
En tiempos de coexistencia de diversos mecanismos de integración en América Latina, la importancia y pertinencia de un espacio más se pone a discusión. “El uno no puede reemplazar al otro: CELAC y Unasur son más para el diálogo político, Mercosur y Alianza Pacífico para el comercio”, decía Grynspan a los eurodiputados de la Asamblea Eurolat.
Teniendo en su haber diversos altos cargos en el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (2006-2014), la que fuera vicepresidenta de Costa Rica resalta la importancia de la CELAC en su diálogo con la UE. De los éxitos de su programa de movilidad estudiantil, la SEGIB de Grynspan llevará a la XXIV Cumbre Iberoamericana un primer plan concreto: un “Erasmus Latino”. La cumbre tendrá lugar en Veracruz los días 8 y 9 de diciembre y estará dedicada a la educación, la innovación y la cultura.
DW: Usted ha dicho que quiere latinoamericanizar la SEGIB. ¿Cómo piensa hacerlo?
Rebeca Grynspan: En primer lugar, se ha logrado por consenso establecer tres oficinas de desconcentración de la SEGIB en América Latina. En este momento lo que tenemos son oficinas de representación, pero no son oficinas SEGIB en América Latina. Tendremos una para Centroamérica, México y República Dominicana. Otra para el área andina y otra para el Cono Sur. Esas oficinas van a estar capacitadas para hacer cosas que ahora hacemos desde Madrid.
Segundo, es un tema también de actitud: si no tengo presencia en América Latina pues me convierto en mucho más ibérica que iberoamericana. Me parece que tenemos que tener mucha más consulta y análisis sobre Iberoamérica, no sólo desde la Península Ibérica sino desde la mirada latinoamericana a la región. Tercero, ha habido un compromiso de Latinoamérica en términos de financiamiento.
¿Cómo debe entender el ciudadano de Iberoamérica el trabajo que realiza la SEGIB? ¿Como el de un gran think tank?
Fíjese que no. La SEGIB es un mecanismo de apoyo a la Conferencia Iberoamericana. Los presidentes se reúnen a partir de ahora cada dos años. De las decisiones que tomen, la SEGIB toma mandatos para convertirlos en realidad. Nosotros damos apoyo a esa plataforma –pues también están los ministros de educación, los de cultura, los responsables de ciencia y tecnología.
Varios de los temas de la Secretaria para Iberoamérica se repiten en la agenda UE-CELAC. ¿Cómo hacer para que no haya desperdicio de esfuerzos –o despilfarro de fondos- en temas similares?
Es cierto. Pero fíjese que plataformas de cooperación hay pocas. Hay muchos mecanismos de diálogo político y concertación, pero no hay tantos mecanismos de cooperación. Y una de las ventajas que tiene la Secretaría General Iberoamericana es que tiene una plataforma de cooperación muy sólida hecha por los países, dirigida por los países y liderada por ellos. Es una cooperación mucho más horizontal. Eso es lo que nosotros traemos de valor agregado.
Déjeme decirle que hay cierta especialización que yo quisiera ver, para que no se doblen esfuerzos. Nuestras áreas de participación serán el conocimiento, cultura y cohesión social. No tenemos que meternos en todas las áreas. Porque hay organizaciones que estarán más capacitadas para entrar por ejemplo en el tema de gobernabilidad democrática o a los temas políticos donde están mucho más CELAC y UNASUR. Efectivamente, me parece que en lugar de tratar de meternos en todo con esos tres temas yo me doy por satisfecha.
Usted ha hablado de un “Erasmus Latino”, un gran proyecto. ¿Hayya un objetivo concreto y un límite temporal?
Lo que yo quisiera es un programa que tenga de proyección de aquí al 2020.
En la Cumbre Iberoamericana están representados los países de América Latina, España, Portugal, Andorra, República Dominicana y Cuba. En cuanto a cultura, ¿cree usted que en algún momento van a estar representadas en ella nacionalidades como las indígenas?
El tema indígena ha sido muy importante desde el principio, tanto lo indígena como lo afrodescendiente. Hemos dicho que la cultura del espacio iberoamericano está fundamentalmente conformada por tres vertientes: la ibérica, la indígena y la afrodescendiente. A ese tronco se han sumado pues otras migraciones y otras contribuciones culturales producto de las migraciones a los dos lados del Atlántico.
Fue precisamente por un programa que surge de una cumbre Iberoamericana que se formó el Fondo Indígena. Y ahora es una organización internacional independiente que ha contado con todo nuestro apoyo. Hoy en día hay que apoyar ese mecanismo y ver como potenciarlo precisamente en la instrumentación de mecanismos internacionales como el convenio de la OIT y la Convención de Derechos Humanos sobre los Pueblos Indígenas.
Como medida de apoyo, poner alguna de las lenguas indígenas como otra lengua oficial de la SEGIB no sería imaginable….
Nuestros idiomas oficiales son el español y portugués. Así nace esta organización. Pero eso es independiente de que pensemos de que en muchos de los países la educación bilingüe, con lenguas indígenas, es fundamental. Muchos de los países lo están haciendo.
Una de las cosas que queremos introducir en el intercambio académico y la movilidad académica es las Universidades Indígenas. Tenemos varias en la región latinoamericana, una de ellas formada por el Fondo Indígena y explícitamente considerado incorporarlos a este esfuerzo de movilidad académica.
Usted viene de una carrera en Naciones Unidas. Y también de Costa Rica, un país que en un momento determinante de su historia decidió proteger 25% de su territorio ¿Qué dicen los presidentes latinoamericanos de esa idea: proteger parte del territorio?
No todos los países son iguales, ni tienen los mismos retos en el medioambiente. Pero yo estoy convencida de que no hay futuro distinto a un futuro de desarrollo sostenible. Creo además que ha habido contribuciones muy importantes de países latinoamericanos a este concepto: el concepto de buen vivir que han adoptado Bolivia y Ecuador es algo que hay que mirar con interés porque tiene mucho de lo cual debemos aprender.
Porque no podemos hablar de un mejoramiento constante infinito como si los recursos fueran infinitos. Queremos que todas las personas del planeta vivan bien y con dignidad. Efectivamente, eso significa que el mejoramiento va a tener que ser para aquellos que no han alcanzado ese umbral en el cual podamos vivir bien y con dignidad. Pero hay muchos que están sobrepasados.
Yo que vengo de Costa Rica, un país que invirtió primero en el medio ambiente y se convirtió luego en una forma de vida para una gran parte de nuestra población. En Costa Rica revertimos el proceso de deforestación, de tal forma que hoy tenemos más capa forestal de lo que teníamos cuando empezamos. Vengo de un país que ha hecho de eso también una forma de crecimiento económico. Creo profundamente en esa posibilidad.
En: DW