Choros en 3, 2, 1….Carmen de la Legua sin serenazgo por huelga

Ruta del aeropuerto internacional Jorge Chávez hasta Miraflores, está sin seguridad desde hace casi una semana.

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Los trabajadores de serenazgo de la Municipalidad de Carmen de la Legua están en huelga porque el alcalde no les paga desde hace cuatro meses. Los 180 trabajadores paralizaron sus trabajadores desde hace casi una semana, pues le vienen dando largas durante mucho tiempo.

“Todos los días nos dicen mañana les pagamos”, comentó uno de los trabajadores a Canal N.

Ellos dejaron los ocho vehículos de serenazgo en los exteriores del local de seguridad ciudadana, donde está el área de monitoreo. Según indicaron, ellos ganan mil soles mensuales, no tienen beneficios sociales, por lo que no están en planilla.

“Han agarrado gente de parques y jardines para hacer labores de seguridad ciudadana”, manifestó una de las trabajadoras, que se dedica a monitorear cámaras.

Ellos resaltaron el grave problema de que no haya seguridad ciudadana en el distrito, pues el hecho de no monitorear las cámaras generará que nadie pueda hacer nada por los crímenes que se están cometiendo; sobre todo porque la ruta del aeropuerto internacional Jorge Chávez hasta Miraflores, está sin seguridad.

“Esto es un problema, porque esa zona esta desprotegida, justo ahora que hay tantos casos por la modalidad del bujíazo”, expresó la trabajadora. Otro serenazgo en huelga informó que se irán hasta la Contraloría de la República para exigir sus derechos y denunciar “al alcalde y a sus compinches”.

En: larepublica

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El cuerpo, la máquina de trabajo primaria

A FONDO: El cuerpo, la máquina de trabajo primaria

La separación cuerpo-mente de la tradición grecocristiana desarrollada por Descartes va a servir de coartada ideológica, según Federici, para fundar con violencia una nueva disciplina del trabajo con dos clases sociales emergentes: la capitalista y la trabajadora.

Desde Platón a Descartes, pasando por Agustín de Hipona (más conocido como San Agustín), el cuerpo y la mente han sido concebidos como entidades separadas; una dicotomía en la que la mente o el espíritu es jerárquicamente superior y somete al cuerpo, que es naturaleza, materia bruta, confinamiento, enemigo…

Este dualismo ha sido criticado desde el feminismo como base de un concepto patriarcal en el que las mujeres son identificadas con el cuerpo y la naturaleza, lo que supone la devaluación de la reproducción y la posición social de las mujeres. La autora de Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria va más allá en esta interpretación y relaciona la separación cartesiana del cuerpo y el alma con la aparición de un nuevo concepto de disciplina del trabajo y con la emergencia de dos clases sociales: la capitalista (que sería la mente del nuevo sistema burgués) y la trabajadora (el cuerpo, las manos de este régimen). “La figura del filósofo, especialmente en los siglos XVI y XVII, estaba muy cerca de la formulación de las políticas estatales”, señala Federici.

Según esta profesora y militante feminista, el nuevo concepto de disciplina del trabajo, disciplina sobre el cuerpo, está estrechamente relacionado con la introducción del salario que fija a los trabajadores al territorio. “El trabajador asalariado es propietario de su propio cuerpo. Ya no es más un siervo controlado por el señor. Es un hombre libre. Puede venderse a sí mismo porque se posee a sí mismo. Esto obliga a tener una relación dual y disociada con el propio cuerpo, te separas de él como algo que puedes vender. Hay una escisión psicológica entre el cuerpo y la mente del trabajador que ahora mira a sus energías y su realidad corporal como algo que puede gestionar, desarrollar, algo con lo que puede negociar. Es un modelo de disciplina que viene a decir que la mente tiene infinitas posibilidades y que tiene que romper con el cuerpo, que es animal y limitado. Con nuestra mente podemos superar las limitaciones del cuerpo, podemos disciplinar nuestros cuerpos, romperlos y hacerlos trabajar. En definitiva, transformar el cuerpo en medio de producción, máquina de trabajo primaria, en mano de obra”.

La alienación del cuerpo caracterizará en adelante la relación entre el capitalista y el obrero (lasmujeres son excluidas del trabajo asalariado y visible), aunque haría falta un largo proceso y la introducción de “leyes sangrientas” contra los vagabundos para fijar a las personas a los trabajos que se les habían impuesto, subraya la investigadora en su último libro. Parece que durante los siglos XVI y XVII el odio al trabajo asalariado era tan intenso que muchos preferían terminar en la horca que subordinarse a las nuevas condiciones laborales.

En: nodo50

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Docentes tendrán un incremento de 40% en sus sueldos por ascenso magisterial

Ministro de Educación aseguró que el proyecto de ley aprobado tendrá más beneficios para docentes.

Los 24 mil 727 maestros que aprobaron el concurso para ascender en la escala magisterial recibirán un incremento de un 40% en sus salarios, así lo informó el ministro de Educación, Jaime Saavedra; explicó que el proyecto de ley aprobado por el Consejo de Ministros, permitirá una serie de modificaciones para financiar incrementos salariales a favor de docentes.

Fue durante una jornada de trabajo que realiza en Madre de Dios, que el titular de Educación explicó que este proyecto de ley tiene más beneficios para docentes. Además, se comprometió a mejorar los salarios de los maestros por la vía de la meritocracia y por ello, era necesario implementar la Ley de Reforma Magisterial.

Por otro lado, comentó que todos los profesores tienen una segunda oportunidad para dar una segunda prueba de reubicación, la cual será realizada en enero del próximo año. Señaló que la expectativa es que otros 25 mil docentes puedan adquirir el incremento salarial.

En la jornada de trabajo, que se realizó en Madre de Dios como parte de los encuentros intergubernamentales que desarrolla el Minedu, asistieron también los directores de las Unidades de Gestión Educativa Local de Tambopata, Tahuamanu y Manu, así como de la Red Educativa Huepetuhe.

En: larepublica

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El feminismo (también) es una historia de brujas

Aquelarres, hechizos y maldiciones. Desde las W.I.T.C.H a las Moon Church, la brujería se transforma en un discurso empoderador de la mujer. Por: BEATRIZ SERRANO

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‘Dance of the Witches in Front of Chicago Federal Building, Oct. 31 1969’. Esta foto del grupo feminista W.I.T.C.H apareció publicada en la prensa estadounidense. Foto: Imagen vía http://occultchicago.blogspot.com.es

La Felguera, una pequeña editorial especialista en rescatar historias atípicas o que nunca antes fueron contadas, ha reeditado recientemente el libro W.I.T.C.H: La Conspiración Terrorista Internacional de las Mujeres del Infierno (Women’s International Terrorist Conspiracy from Hell). Tras este satánico nombre se escondía un colectivo de mujeres que desde 1968 hasta 1970 hicieron feminismo de guerrilla en diferentes puntos de Estados Unidos. No tuvieron una organización centralizada, ya que cada grupo se formó de manera independiente inspirándose en las ideas y las acciones del grupo anterior. Su estética no pasaba desapercibida: largas capas negras y caras desfiguradas por un maquillaje diabólico, las W.I.T.C.H eran a fin de cuentas, brujas del siglo XX. Sus armas eran la acción directa, el boicot, las manifestaciones y, por supuesto, los hechizos y aquelarres.

Las W.I.T.C.H nacieron durante la Segunda Ola de Feminismo por una división del colectivo New York Radical Women en dos grupos diferenciados. Las W.I.T.C.H estaban interesadas en un feminismo social y político, de acción directa, un feminismo de guerrilla: sus apariciones públicas estaban a medio camino entre la protesta y la performance artística. Fueron pioneras en la unión de texto e imagen con la intención de salir en la prensa y así viralizar su mensaje. ¿Cómo? Actuando como brujas, lanzando maldiciones delante de la bolsa de Wall Street o mediante aquelarres públicos. Creando una imagen potente y diferenciada, conseguían mayor atención de la prensa. Pero no debemos olvidar el contenido por potente y artístico que fuera el continente: “W.I.T.C.H. significa romper el concepto de mujer como criatura biológica y sexualmente definida. Implica la destrucción del fetichismo de la pasividad”, rezaba uno de sus manifiestos, presentados públicamente como ‘hechizos’.

“Pretendían erosionar el sistema desde la palabra” – comentan desde Sangre Fucsia, un magazine radiofónico feminista que puedes escuchar a través de Ágora Sol Radio o de su página web – “Además al hacerlo en forma de manifiestos y de terminar sus ‘hechizos’ con “¡Pasa la palabra, hermana!” nos recuerdan la necesidad de afiliación entre mujeres y de transmitir lo aprendido”.

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Las W.I.T.C.H, la facción feminista de los Yippies, es una de sus performance frente a los juzgados en 1969. Foto: Getty

Pese a la corta duración del grupo, las W.I.T.C.H han sido precursoras de movimientos feministas como las Guerrilla Girls, las Femen o las Pussy Riot. “Las rusas Pussy Riot, de forma intencionada o no, tienen muchos puntos en común con las W.I.T.C.H”, prosiguen desde Sangre Fucsia. “El uso del ‘disfraz’, la puesta en escena de la performance o la importancia ritual de la palabra son centrales en ambos colectivos. Lo que promulgan las Riot igual que las brujas, es que la feminidad puede y debe ser fuerte. Ese movimiento, al igual que las W.I.T.C.H., celebra de forma lúdica que una cosa es ser femenina y otra feminista, pero que ambas no se excluyen. Además, recuperando la conexión entre música y poesía, nos hace volver de nuevo al poder de la palabra, ese es el tipo de ‘magia’ que nos interesa”.

De la caza de brujas a la reivindicación feminista

Activistas, guerrilleras, feministas y ¿brujas? La elección de esta estética no es algo casual, a finales de los 60, grupos feministas como el Movimiento de Liberación de la Mujer comenzaban a identificarse con este arquetipo, antaño maldito, que podía llegar a explicar la posición de la mujer en la sociedad durante los siglos venideros.

Rescatar la figura de la bruja y el genocidio cometido durante más de dos siglos contra las mujeres por resistirse al poder de la Iglesia y el Estado (la famosa caza de brujas) pasó a ser reivindicación feminista: “Somos condenadas por asesinato si se planea un aborto. Por vergüenza si no tenemos un hombre. Por conspiración si luchamos por nuestros derechos y quemadas en la hoguera si nos levantamos para luchar” era otro de los famosos manifiestos de las W.I.T.C.H.

Silvia Federici, escritora, profesora y activista feminista, explica en su libro Calibán y la bruja: Mujeres, cuerpo y acumulación primitiva (Traficantes, 2010) la importancia que la caza de brujas tuvo para entender el papel de la mujer en la sociedad actual. Las brujas fueron, según Federici, sujetos femeninos que se alejaban del modelo establecido y desafiaban la estructura de poder, desde la hereje, la partera o la curandera hasta la esposa desobediente, la prostituta, la libertina, la adúltera o la promiscua, es decir, bruja era toda mujer que practicase la sexualidad fuera de los vínculos de matrimonio y procreación. “La caza de brujas fue una guerra contra las mujeres: un intento coordinado de degradarlas, demonizarlas y destruir su poder social”, afirma Federici.

“Fue en las hogueras y las salas de tortura donde se construyeron los principios burgueses de feminidad y domesticidad que tan útiles le son, hoy por hoy, a nuestra sociedad” – dicen las Sangre Fucsia. Las muertes en la hoguera fueron lecciones para las supervivientes, como apunta Federici en su libro, mujeres que por temor a ser consideradas brujas adoptaron un nuevo rol sumiso, obediente, pasivo y doméstico en el que el deseo sexual era sinónimo de vergüenza y culpa.

“La figura de la bruja funciona a la hora de construir el mundo como arquetipo de la mala mujer, ya sea bruja, puta, mala madre, rebelde o sabia”, continúan las Sangre Fucsia. “Pero esta mujer mala siempre será consciente de su sexualidad y consciente de la importancia y necesidad de la hermandad con las otras mujeres”, añaden.

A lo largo de la historia y a través de las narraciones que construyen nuestro imaginario, la bruja ha simbolizado una maldad primigenia, la de mujer pecadora, la que hace del mal camino una forma de vida y vive al margen de la ley patriarcal: “Es la outsider, por eso son tan admiradas en el feminismo” – apuntan las Sangre Fucsia – “Las brujas son conscientes de que para ser fuertes es necesario tejer redes con otras mujeres, en ese sentido desvelan el secreto para resistir a lo largo de la historia”.

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Imágenes de las activistas de W.I.T.C.H recopiladas en el libro editado por La Felguera. Foto: ?Roy Walford/ Nancy Krushan/ Imágenes vía http://www.lafelguera.net

Moon Church: ‘Brujas’ contemporáneas

Este concepto de unión entre mujeres para compartir experiencias y fortalecerse como grupo e individualmente es lo que inspiró a Moon Church, un colectivo fundado en Brooklyn en 2013 que bebe del legado de las W.I.T.C.H: “Antes de fundar Moon Church, muchas de nosotras participamos en una clase llamada Goddes Circle en un centro de Brooklyn, allí conocimos la importancia de la hermandad y del empoderamiento femenino, la vulnerabilidad y la sanación colectiva. En cada sesión, cada una de nosotras tenía un momento para hablar y compartir sus experiencias”, nos cuentan Moon Church vía email.

Moon Church se creó originariamente como un espacio físico en el que las mujeres pudieran reunirse, sentirse libres y a la vez protegidas. Un lugar donde encontrar la conexión con mujeres afines, compartir sabiduría y practicar rituales: “Buscamos crear una existencia más creativa, compasiva, consciente y considerada con el mundo que nos rodea”. El grupo creció con rapidez y hoy en día, además de en Brooklyn, se encuentra también en Los Ángeles: “Nos hemos inspirado en un largo número de voces feministas y de colectivos, W.I.T.C.H es claramente uno de ellos”, nos cuentan desde Moon Church. “Consideramos que somos parte de un largo linaje de activistas feministas y nos apasiona seguir este legado. Creemos en la importancia de la reunión de mujeres que se sienten identificadas entre sí y de esa magia que sucede cuando empiezan a compartirse experiencias dentro de ese contexto”.

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Reunión del colectivo ‘Moon Church’ en Nueva York. Foto: Vanessa Diaz

Las W.I.T.C.H creían en la importancia de la hermandad femenina, al igual que Moon Church, no eran excluyentes y cualquier mujer podía unirse al movimiento: “Si eres mujer y te atreves a mirar dentro de ti, eres bruja”, era otro de sus manifiestos. La filosofía de Moon Church es similar: “Consideramos que cuando un grupo de mujeres conecta entre sí de una manera tan íntima y libre, el mundo es un lugar mucho más amable. Siempre nos hemos sentido identificadas con la figura de la bruja, especialmente con el aquelarre como representación de una unión de mujeres. La bruja siempre ha sido sinónimo de poder y fuerza, mujeres que vivían fuera de la norma, buscando la sabiduría dentro de ellas y compartiéndola con sus hermanas en lugar de permitir que el patriarcado decidiese su estilo de vida y sus creencias”

Muchas de las reivindicaciones que hicieron en su día las W.I.T.C.H siguen vigentes hoy en día: “Una de las acciones de las W.I.T.C.H. fue rebelarse contra los concursos de belleza que objetualizan a las mujeres”, recuerdan las Sangre Fucsia. Mujeres Creando en Bolivia, por ejemplo, han hecho acciones similares denunciando el mensaje de estos certámenes”. Campañas como “I’m not bossy, I’m the boss” popularizada recientemente gracias a Beyoncé revelan que las mujeres que triunfan laboralmente siguen siendo miradas con recelo.

¿Hemos avanzado algo desde 1970? “En temas que tienen que ver el esfuerzo propio o las relaciones entre nosotras hemos avanzado”, opinan desde Sangre Fucsia. “Empoderamiento, hermandad, visibilidad, transmisión de conocimiento, libertad social, o incorporación al mundo laboral. En los que tienen que ver con la ideología o la voluntad del entramado social, mucho menos: el aborto, nuestro lugar en el ejercicio laboral, los derechos humanos o la igualdad en la práctica”.

Todavía queda largo recorrido, grupos como Moon Church recuerdan que el legado de las W.I.T.C.H no ha caído en el olvido y que esa figura durante años maltratada que fue la bruja, sigue inspirando a mujeres que luchan por un verdadero cambio social: “¿Cómo no reivindicar a la bruja como aquella mujer que puede ir a todas partes, que busca justicia histórica?, se preguntan las Sangre Fucsia. “La indomable, aquella que no se rinde. Una feminista”.

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“Consideramos que cuando un grupo de mujeres conecta entre sí de una manera tan íntima y libre, el mundo es un lugar mucho más amable”. Las Moon Church reunidas bajo la luna y en uno de sus encuentros . Foto: Vanessa Diaz/Instagram: @moonchurch

En: elpais.com

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