El juicio a Bo Xilai ignorará los crímenes que involucran al régimen chino

Esa sería la razón por la que recibirá una condena leve y no habrá ninguna referencia a la persecución a Falun Gong

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El demorado juicio contra Bo Xilai, el ex miembro del Politburó chino cuya carrera política se desmoronó el año pasado, se realizará el 22 de agosto, de acuerdo con los últimos informes oficiales. Pero los crímenes que se le acusan a Bo –“sobornos, corrupción y abuso del poder”– son solo una porción de las cosas que cometió, según declaraciones oficiales y analistas políticos.

Sustracción de órganos, tráfico de cadáveres e intento de golpe de Estado son algunas de las presuntas actividades de Bo, pero no serán mencionados en este juicio, cuidadosamente montado por el régimen.

Las declaraciones oficiales del año pasado acusaban a Bo Xilai de seis crímenes, tres más que las acusaciones actuales. La investigación oficial aprobada por el Politburó del Comité Central del Partido Comunista Chino, parte de cuyos resultados fueron publicados en agosto de 2012, afirmaba que Bo “violó la disciplina organizativa y de personal”, mantuvo relaciones sexuales inapropiadas con mujeres y que habría estado involucrado en “otros crímenes”.

“Dentro de este tipo de juicios a veces se tocan secretos nacionales y del Partido, hay ciertas cosas que definitivamente no se hacen públicas”, afirmó Gao Yu, periodista y comentarista en China, en una entrevista con New Tang Dynasty TV. “Las partes que salen en el juicio abierto, las tres acusaciones, son las que él reconoció y confesó”.

Entre los crímenes que no se mencionarán en el tribunal está el intento de golpe de Estado del que La Gran Época se enteró por fuentes internas en China; medios de comunicación chinos en el extranjero también informaron sobre el tema. Bo Xilai habría complotado con el ex zar de la seguridad interna Zhou Yongkang y otros miembros del Partido de alto rango para realizar un golpe de Estado.

El Washington Free Beacon citó a un alto funcionario de EE. UU. diciendo que el ex mano derecha de Bo Xilai, Wang Lijun, “poseía información invaluable sobre la actual lucha de poder en China y los esfuerzos de los partidarios de la línea dura como Zhou Yongkang y Bo Xilai para interferir con la asunción de Xi Jinping”. En febrero de 2012, Wang intentó desertar en el Consulado estadounidense en Chengdu, donde fue interrogado durante las más de 24 horas que estuvo bajo custodia de EE. UU.

La declaración oficial en Xinhua decía que las actividades de Bo Xilai “causaron enorme daño a la reputación del Partido y del país, y tuvieron un impacto extremadamente vil dentro y fuera de China, causando grandes pérdidas a la causa del Partido y del pueblo”.

La mayor parte del lado “vil” de las actividades de Bo Xilai no ha sido reconocida ni apareció en ninguna de las declaraciones oficiales.

Por ejemplo, Bo Xilai fue secretario del Partido en la provincia de Liaoning, y antes de eso fue alcalde de Dalian, la segunda ciudad más importante de Liaoning, en una época en la que se considera que la sustracción de órganos de prisioneros de conciencia, específicamente de practicantes de Falun Gong, se produjo en una escala significativa en dicha región. También habría estado relacionado con la facilidad con la que varias fábricas de plastinación de cuerpos –que rellenan cadáveres con plástico y luego los ponen en exhibición– podían operar y obtener cuerpos del Buró de Seguridad Pública en Dalian.

Bo Xilai era un protegido de Jiang Zemin, el ex líder del PCCh que en 1999 inició la violenta persecución contra Falun Gong, un grupo de más de 70 millones de practicantes de qigong, una forma tradicional de ejercicios y disciplina moral.

Jiang Weiping, periodista chino que informó agresivamente sobre Bo cuando éste era alcalde de Dalian, por lo que fue encarcelado durante ocho años por revelar secretos de Estado e incitar a la subversión, afirmó en una entrevista que Jiang Zemin le había dicho a Bo que tenía que “mostrar dureza en el manejo de Falun Gong… ese será tu capital político”. Jiang Weiping se enteró de la anécdota a través de un intermediario.

Bo Xilai supervisó la expansión de los campos de trabajo forzado en Liaoning, y en 2004 encabezaba una de las tasas provinciales más altas de muertes de practicantes de Falun Gong. La provincia de Liaoning también fue pionera en algunos de los métodos de tortura más brutales, incluyendo torturas sexuales, que luego fueron transmitidos a otros campos de trabajo forzado.

De acuerdo con Ethan Gutmann, autor que está escribiendo un libro sobre la persecución a Falun Gong, Bo Xilai tuvo un rol importante en la persecución cuando estaba en Liaoning y Dalian.

Gutmann escribió: “Cuando Bo Xilai fue ascendido a gobernador de Liaoning, dio la orden de expandir los centros de detención de todo tipo, particularmente en lugares como Jinzhou, Dalian y el ahora infame campo de trabajo forzado de Masanjia, cerca de Shenyang”.

Uigures, ciertas sectas cristianas como el Relámpago de Oriente y los tibetanos pueden haber sido objeto de la sustracción de órganos, pero los testigos informan consistentemente que Liaoning se hizo tristemente célebre como un gran corral para practicantes jóvenes y anónimos de Falun Gong –aquellos que se rehusaron a dar sus nombres para evitar represalias contra sus familias”.

En 1999, Bo Xilai otorgó una medalla y un reconocimiento a Gunther von Hagens, cuyo negocio era plastinar cadáveres cuya fuente primordial –fueran personas que dieron su consentimiento o prisioneros ejecutados o prisioneros de conciencia que no dieron su consentimiento– ha sido tema de controversias.

Wang Lijun, que estaba relacionado con Bo Xilai en la provincia de Liaoning, había estado involucrado personalmente en la sustracción de órganos. En un discurso que fue borrado luego de que La Gran Época informara sobre éste, Wang alardeó sobre la realización de “miles” de trasplantes “in situ”, un proceso que según él era “emocionante”. Los expertos consultados dijeron que probablemente la mayoría de las víctimas eran prisioneros de conciencia, dadas las circunstancias que rodearon tales declaraciones.

Zhang Jian, comentarista independiente sobre temas de actualidad en China, dijo ante NTD TV que sería “imposible” que las acusaciones sobre la sustracción de órganos y tráfico de cadáveres se realizaran abiertamente contra Bo Xilai, ya que ello significaría una enorme condena para el régimen mismo.

Eso también explica el leve castigo que se espera que reciba Bo Xilai: solo 15 años, de acuerdo con la BBC en chino y otros medios de comunicación chinos en el extranjero. Hubo concesiones tanto del lado de Bo Xilai como de las autoridades, afirma Zhang. Si se lo condenara a muerte, los asociados a Bo Xilai podrían exponer en el extranjero los secretos del Partido.

“Bo Xilai tiene tantos, tantos secretos que la gente no sabe”, afirmó Zhang. “Y muchos de esos secretos son el talón de Aquiles del Partido Comunista Chino”.

Por: Por Matthew Robertson y Lu Chen – La Gran Época

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