Japón suspende temporalmente caza de ballenas en la Antártida
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Las intensas presiones de los ecologistas rindieron sus frutos. Japón decidió suspender temporalmente su caza anual de ballenas en aguas de la Antártica, acusando de acoso a las asociaciones ecologistas, que, a su vez, confían en que esta polémica práctica esté ahora más cerca de su fin.
El portavoz de la Agencia de Pesca nipona, Tatsuya Nakaoku, anunció ayer que el ballenero Nisshin Maru paralizó sus capturas el 10 de febrero pasado por seguridad, ante las agresivas prácticas del grupo ambientalista estadounidense Sea Shepherd. “Es sumamente grave que nuestra actividad de investigación sea obstruida por actos de sabotaje que podrían conducir a graves daños o lesiones”, dijo Nakaoku. “Esperamos volver a las operaciones normales tan pronto como sea posible”, agregó.
La campaña ballenera japonesa, que iba a prolongarse hasta marzo, fue suspendida cuando el Nisshin Maru se encontraba en un área cercana a las aguas territoriales chilenas, según la agencia local Kyodo. La caza de ballenas le ha significado a Tokio constantes críticas en todo el mundo y hasta una denuncia de Australia ante la Corte Penal Internacional de La Haya, por esconder, bajo supuestos fines científicos, motivaciones meramente comerciales. En los últimos años, las capturas del Nisshin Maru se han complicado por el sabotaje de Sea Shepherd en las aguas antárticas, con prácticas como abordajes, lanzamiento de ácidos corrosivos o encadenamientos de sus activistas al ballenero, lo cual ha provocado irritación en Japón.
Japón, Islandia y Noruega son los únicos países que siguen pescando ballenas, una práctica que en Tokio se defiende como una tradición cultural milenaria, nacida en la costa de Taiji en Wakayama, que también lleva a cabo una polémica caza de delfines. Noruega también señala que es una tradición local.
Japón abandonó la caza de ballenas en 1986, por la moratoria internacional, pero la retomó un año después, bajo un programa autorizado por la Comisión Ballenera Internacional, entre el escepticismo de muchas asociaciones y países.
Los japoneses dicen que la caza tiene una finalidad científica, para investigar el modo de vida y contenido de los estómagos de los mamíferos. Así, sus expediciones a la Antártica están a cargo del Instituto de Investigación de Cetáceos. Sin embargo, en los restaurantes japoneses se vende carne de ballena, aunque su consumo ha caído con fuerza. Así, en 2009 llegó a poco más de 4.200 toneladas, mientras que en 1962 alcanzó las 230.000.
“Como no hay demanda de carne de ballena en Japón, se está perdiendo el sentido de seguir cazando ballenas”, aseguró a la agencia EFE un responsable de Greenpeace. Las capturas anuales de la flota japonesa, que generalmente tenía una cuota de alrededor de mil cetáceos anuales, se han reducido paulatinamente y desde 2008 son poco más de 500 ballenas minke o rorcuales aliblanco. De hecho, el año pasado, los balleneros capturaron sólo 507 cetáceos, el 60% de su objetivo.
En: http://diario.latercera.com/2011/02/17/01/contenido/mundo/8-59568-9-japon-suspende-temporalmente-caza-de-ballenas-en-la-antartica.shtml Leer más