Un artículo de ABC de España precisa que ambos combinan una buena dosis de ejercicio físico con una dieta saludable
El Nobel siempre ha creído, como dijo un escritor inglés, que «la gordura es una enfermedad mental». Y el ejercicio, la mitad de su remedio. «Siempre me gustaron los deportes, desde chico. Pero sobre todo comencé a hacerlo de forma sistemática cuando dejé de fumar a comienzos de 1970», reveló el propio literato a «El Comercio» de Perú en 2010. Hasta los 60 años corría a diario, pero un problema de rodillas le obligó a cambiar el running por la caminata. Ahora camina una hora diaria, «los siete días de la semana, esté donde esté», a lo que añade otra media hora de ejercicios y estiramientos. «En esa hora y media me vienen las ideas que voy a tratar de desarrollar durante el día», dice.
La otra mitad de su remedio es una dieta equilibrada. «Procuro no cometer excesos en la mesa. Tengo que cuidarme, porque soy de muy buen apetito». Desde hace más de veinte años se interna en la clínica Buchinger Wilhelmi de Marbella, en la que practica la «ayunoterapia»: tres semanas de ayuno, ejercicio, meditación y desintoxicación en las que llega a perder hasta diez kilos, que luego recupera a lo largo del año. «Ayuno, pero no llego al látigo y al cilicio», advierte.
La vida ordenada de un hombre corriente
Amancio Ortega practica las costumbres del hombre común. Sus 80 años son el resultado de una vida corriente, sin excesos y centrada en el trabajo. De igual modo su vida cotidiana está salpicada de costumbres establecidas por la rutina. El fundador de Zara ya no madruga, y acude a diario al Club Financiero de La Coruña.
Allí desayuna, lee la prensa y practica «un poco de natación». Sin detenerse mucho, sobre las 10:30 se traslada a la sede de Inditex (sede de su gran empresa) y participa en algunas reuniones donde hace observaciones calificadas de «agudas y ágiles por sus colaboradores». Una de las últimas, según ha podido saber ABC, fue sobre el tipo de suelos elegidos para las nuevas tiendas del grupo. Amancio Ortega, tras escuchar a los presentes, se preguntó en voz alta: ¿Son fáciles de limpiar?».
Sus ratos de ocio los comparte con su mujer Flora, su hija y su nieto. Camina con frecuencia por el paseo marítimo y se adentra en la zona histórica de la ciudad. Además, suele disfrutar de placeres gastronómicos muy socorridos como «comerse huevos fritos con patatas e incluso mollejas».
Otra de sus pasiones es el mar. Suele enrolarse en su barco, cuando el tiempo lo permite. Fundamentalmente es diurno, no le gusta trasnochar, es abstemio y no es proclive a participar en fiestas y eventos. El secreto de su forma física y su buena salud está en «su genética» y en «hacer cosas normales, como hacen todas las personas».