Archivo por meses: junio 2016

30 de junio: El día que recuerda la amenaza de los Asteroides

 

1 diadelasteroide

El 30 de junio de 1908, el reloj acababa de dar las siete de la mañana en Vanavara, Siberia, cuando un hombre sentado en el pórtico de un comercio fue arrancado de su silla por una fuerza violentísima y sintió como si su ropa estuviera ardiendo en llamas.

La  descripción que varios años después hizo a los científicos fue:

«De pronto, el cielo se partió en dos y, sobre el bosque, toda la parte norte del firmamento parecía cubierta de fuego… En ese momento, hubo un estallido y un gran estrépito. Lo siguió un sonido como de piedras que caían del cielo o de pistolas que disparaban. La tierra tembló»

Los hechos han pasado a la historia como el «evento Tunguska», una gigantesca explosión en los cielos de Siberia que arrasó más de 2.000 km cuadrados de tundra. La onda expansiva fue tan fuerte que derribó a ciudadanos, carruajes y caballos a más de 500 km de distancia, y los sismógrafos de países tan lejanos como Gran Bretaña pudieron registrarla. Cientos de renos murieron en los alrededores, aunque no hay evidencia directa de que ninguna persona pereciera.

Durante varios días, en el norte de Europa, Asia y algunas zonas de EE.UU. un extraño resplandor permitía leer el periódico en plena calle a medianoche.

La primera expedición científica sobre terreno siberiano llegó bastante tarde, 19 años después, en 1921, y no fue muy exitosa. El equipo de Leonid Kulik, conservador del Museo de San Petersburgo, se enfrentó a condiciones tan duras que no pudo llegar al área de la explosión. Seis años más tarde, Kulik volvió a intentarlo. Curiosamente, los lugareños rechazaban hablar del asunto porque creían que la explosión había sido obra de un dios enfadado, pero los científicos encontraron numerosas evidencias a su alrededor. El bosque estaba partido en dos y 80 millones de árboles yacían a ambos lados. Cuando el grupo llegó al epicentro de la explosión se encontró con los árboles en pie, pero con sus ramas y cortezas completamente removidas. Como muy bien describió en su día Don Yeomans, director de la Oficina de Objetos Cercanos a la Tierra (NEOs), en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, «parecía un bosque de postes de teléfono». Algo parecido se encontró en Hiroshima tras la bomba atómica.

Hoy en día todavía se debaten las causas del suceso, incluida la hipótesis de un cometa, pero la mayor parte de la comunidad científica cree que lo más probable es que el «evento Tunguska» fuera provocado por un asteroide de unos 37 metros de longitud.

Hoy se celebra en todo el mundo el Día del Asteroide para recordar lo ocurrido y, al mismo tiempo concienciar a la población en general sobre los peligros reales de estas rocas espaciales y la necesidad de proteger al planeta de un impacto. La iniciativa surgió hace dos años de la mano del cineasta Grigorij Richters y del músico y astrofísico Brian May (guitarrista de «Queen»).

185 bombas de Hiroshima

El asteroide de Tunguska pudo entrar en la atmósfera terrestre a una velocidad de 53.900 km por hora, calentando el aire hasta los 24.700 ºC. A los 8.500 metros de altitud, la roca se fragmentó y se destruyó, produciendo una bola de fuego y liberando una energía equivalente a 185 bombas de Hiroshima. Que se sepa, no dejó cráter de impacto. Si se hubiera producido en una zona más densamente poblada, las víctimas se habrían contado por decenas de miles.

Un asteroide como el de Tunguska penetra en la atmósfera de la Tierra una vez cada 300 años, según los cálculos de los científicos. El meteorito que explotó sobre los cielos de Chelyabinsk, también en Siberia, en febrero de 2013, fue el de mayor intensidad desde el de Tunguska. En esta ocasión, la roca medía 20 metros de diámetro, más pequeña, pero envió a 1.500 personas a hospitales y centros médicos para ser tratadas de sus heridas. Iniciativas como el Día del Asteroide pretenden que la próxima vez una roca mayor y más peligrosa no nos pille desprevenidos.

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Debate mundial por la historia de la niña de 5 años que decidió irse al cielo

1 Cielo-niñaLa decisión de Julianna Snow

Con tan solo cinco años, Julianna Snow ha dicho adiós. La decisión de esta pequeña de no seguir recibiendo tratamiento en Oregón, EEUU, para la enfermedad neuromuscular incurable que sufría ha hecho que su historia haya dado la vuelta al mundo generando una gran polémica y abriendo de nuevo el debate de la eutanasia infantil. Su familia, que apoyó y respetó su decisión, se encuentra “aturdida y con el corazón roto” pero agradecida del tiempo vivido junto a la pequeña. Un tiempo que decidieron no alargar porque “ella lo quería así”.

La enternecedora historia narra como la doctora Michelle y su marido Steve consultaron con su hija Julianna de cinco años si ella quería ir al hospital en caso de que su enfermedad neuromuscular se complicara o por el contrario quería renunciar a la atención médica e ir al cielo. La niña eligió el cielo, y sus padres, tras consultar con los médicos de Julianna, decidieron acatar y respetar su decisión.

El fallecimiento de la pequeña, que ha reabierto el debate sobre la eutanasia infantil a nivel internacional, se produjo este mes. Su madre reconoce, en un blog dedicado a Julianna, que se siente algo “aturdida y con el corazón roto pero también agradecida”. Agradecida de los casi seis años que convivió con Julianna, una niña tan especial.

La dura decisión de Julianna no fue algo que ocurrió sin más. Se produjo tras largas conversaciones entre que atenciones necesita un niño con una enfermedad potencialmente mortal y de si se debe consultar o no al menor. Como recuerda Art Caplan, director de ética médica en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York,

“Julianna era una niña extraordinaria que me enseñó a mí y a otros que incluso un niño puede llegar a estar bien informado sobre una enfermedad difícil y puede transmitir sentimientos reflexivos y notables acerca de su enfermedad y sus ideas”.

Fue el año pasado cuando los padres de Julianna le expusieron a la niña la situación médica en el caso de que ella sufriera una nueva crisis. La madre hizo pública la conversación en su blog. En ella, la pequeña Julianna reconoce que no quiere volver al hospital, que sabe que esa decisión puede hacer que ella muera y que irá al cielo antes que sus padres pero que Dios cuidaría de ella.

El final de Julianna fue rápido, como cuenta su madre:

“Se enfermó de repente y esta vez no se recuperó, empeoró más y más y en menos de 24 horas se fue”. “Tuvo el apoyo de todo el personal de cuidado paliativos y todo lo que necesitó para estar cómoda. Murió en casa, en su cuarto de princesa y en mis brazos. Sé que ella lo quería así”.

La eutanasia infantil, en el mundo

Los menores que padezcan una enfermedad incurable pueden por ley, al igual que los adultos, optar por la eutanasia solo en dos países del mundo: Holanda y Bélgica.

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Hallan debajo de una casa a niña enterrada en el siglo XIX

1 Enterrada niña¿Cómo reaccionaría si se descubre  debajo de su casa  el féretro de una niña muerta hace 145 años?

Le sucedió a una una familia en San Francisco. Estos son los detalles:

A través de los vidrios de la superficie se podía ver el contenido del féretro: una niña rubia con un vestido blanco de algodón hecho a mano y adornado con delicados lazos.

La niña tenía lavanda en el cabello y en forma de cruz sobre el pecho, sujetaba una rosa y tenía hojas de eucalipto a los lados.

Miranda Eve es el nombre elegido para identificar a la pequeña desconocida, hasta que alguien averigüe quién era realmente.

Todo ello es señal de haber sido enterrada con mucho detalle y cariño.

Sin saber qué hacer, el equipo de constructores llamó a la dueña de la casa, Ericka Karner, que estaba fuera de California con su esposo e hijos.

“Por un lado quedé en shock, obviamente, por tener el féretro de una niñita debajo de la casa”, le dijo Karner al diario estadounidense Los Angeles Times.

“Pero tampoco es que estuviera muy sorprendida porque conocía la historia de la zona”.

Área de cementerios

La zona a la que se refiere Karner es el distrito Richmond de San Francisco, donde a finales del siglo XIX había varios cementerios.

Con la expansión de la ciudad, las autoridades aprobaron una serie de ordenanzas para dar prioridad a la construcción de viviendas y hubo que reubicar a los muertos.

Durante el funeral por la pequeña hubo música y poesía.

El cementerio Odd Fellow’s estaba debajo de lo que mucho tiempo después fue la casa de los Karner.

Lo clausuraron a finales del siglo XIX y todos los cuerpos allí enterrados fueron trasladados años después a fosas comunes en la cercana localidad de Colma.

Pero algunos, como el de la misteriosa niña de rizos rubios, quedaron atrás.

Quién se hace cargo

Cuando la dueña de la casa se dirigió a las autoridades para ver qué se podía hacer, se llevó la segunda sorpresa.

Al estar en su propiedad, los restos de la niña eran su responsabilidad.

Miembros de Los Caballeros de Colón vestidos con el uniforme de gala portaron el féretro en el cementerio Greenlawn, de Colma.

Podía comprar un terreno para enterrarla, a un costo de US$7.000, o pagar mucho más dinero por dejar que una empresa arqueológica se hiciera cargo.

“¿Cómo que es mi problema cuando ellos son los que trasladaron el cementerio y se olvidaron de alguien? Ellos deberían ocuparse de eso”, reaccionó indignada Ericka Karner.

Mientras esperaban a que alguien tomara una decisión, los restos de la niña estuvieron durante 10 días en la parte trasera de la casa de Karner, con el féretro sin sellar, protegidos por una caja exterior que colocaron los constructores.

La pequeña fue enterrada en un nuevo féretro, cuya construcción requirió más de 17 horas.

“Fue algo totalmente irrespetuoso”, le dice a BBC Mundo Elissa Davey, fundadora de la organización Garden of Innocence (Jardín de la inocencia) que se encarga de dar sepultura a niños abandonados o sin identificar.

Los servicios los organizan voluntarios y la asociación se financia con donaciones.

Un funcionario puso en contacto a Ericka Karner con Elissa Davey y gracias a ello, la pequeña pudo ser enterrada por segunda vez.

“Hicimos todo lo posible por darle un entierro respetuoso, con gente a su alrededor. La tratamos de la misma forma que a los otros niños de los que nos encargamos”,

Las autoridades todavía trabajan para saber quién era esa niña, a la que de momento han bautizado como Miranda Eve.

La investigación se está haciendo a tres bandas, explica Elissa Davey.

La parte trasera de la lápida está sin inscribir por si algún día se llega a conocer el nombre real de la niña.

Por un lado, se tomaron tres cabellos de la pequeña para hacerle pruebas de ADN de las que se encarga la Universidad de California en Davis.

Con estos tests comprobarán cómo vivió y lo que comió.

Por otro lado, un investigador privado está haciendo pruebas genealógicas para intentar encontrar algún pariente.

Y por su parte, Elissa Davey y sus colegas intentan encontrar mapas de San Francisco de finales del siglo XIX con los que puedan saber en qué zona del viejo cementerio estaba enterrada la niña y la conexión con la casa bajo la cual hallaron sus restos.

Mientras se resuelve el caso y se averigua la verdadera identidad de Miranda Eve, en la organización Garden of Innocence están satisfechos de haberle podido ofrecer una ceremonia con música y poesía.

Sin olvidar a los más de 100 testigos llegados de distintas partes del estado.

“Ni siquiera sabemos quiénes son”, señala Davey.

“Vinieron porque escucharon la historia y querían estar allí para representar a la familia y asegurarse de que era enterrada adecuadamente”.

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Con material extraterrestre hicieron la daga de Tutankamón

Otro espectacular hallazgo en la tumba del famoso faraón

Tutankamón fue enterrado con una daga hecha de una plancha que vino, literalmente, del espacio, según análisis de la composición de la pequeña espada de hierro hallada en el sarcófago del faraón.

Usando espectrometría de fluorescencia de rayos X portátil no invasiva, un equipo de investigadores italianos y egipcios confirmó que la de la daga de hierro colocada en el muslo derecho del cuerpo momificado de Tutankamón tiene origen meteórico.

El equipo, que incluye investigadores del Politécnico de Milán, Universidad de Pisa y el Museo Egipcio de El Cairo, detalla sus resultados en la revista ‘Meteoritics and Planetary Science’.

El arma, ahora en exhibición en el Museo Egipcio de El Cairo, fue descrita en 1925 por Howard Carter, quien descubrió tres años antes la tumba llena de tesoros, como “una daga de oro muy ornamentado con un pomo de cristal.”

CON MANGO DE ORO

Hecho de metal no oxidado, homogénea, la hoja está finamente decorada con un mango de oro. Se completa con una funda de oro adornada con un estampado de flores de lirio en un lado y plumas en el otro en el otro, rematada con la cabeza de un chacal.

Las últimas mejoras tecnológicas han permitido a los investigadores determinar la composición de la hoja. “El hierro meteórico está claramente indicado por la presencia de un alto porcentaje de níquel”, ha dicho a Discovery News Daniela Comelli, del Departamento de Física de la Universidad Politécnica de Milán, autora principal del estudio.

De hecho, los meteoritos de hierro están en su mayoría hechos de hierro y níquel, con cantidades menores de cobalto, fósforo, azufre y carbono.

PORCENTAJE DE NÍQUEL

Si bien los artefactos fabricados con mineral de hierro extraído en canteras tienen un 4% de níquel, como máximo, la hoja de hierro de la daga del faraón Tuntakamón registraba un 11% de níquel.

La confirmación adicional del origen meteórico de la hoja vino de las trazas de cobalto. “La proporción de níquel y cobalto en la hoja de la daga es consistente con la de los meteoritos de hierro que han conservado la relación condrítica primitiva durante la diferenciación planetaria en el sistema solar temprano”, dijo Comelli.

Comelli y sus colegas investigaron la posible fuente geográfica de la hoja de hierro. “Tomamos en consideración todos los meteoritos que se encuentran dentro de un área de 2.000 kilómetros de radio con centro en el Mar Rojo, y terminamos con 20 meteoritos de hierro”, dijo Comelli.

“Solo uno, llamado Kharga, presentó un contenido de níquel y cobalto posiblemente consistente con la composición de la hoja”, agregó.

El fragmento de meteorito fue encontrado en el año 2000 en una meseta de piedra caliza de Mersa Matruh, un puerto marítimo alrededor de 230 kilómetros al oeste de Alejandría.

El estudio muestra que los antiguos egipcios atribuían gran valor al hierro meteorítico para la fabricación de objetos preciosos, posiblemente percibiendo que esos trozos de hierro que caen del cielo eran un mensaje divino.

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Compradora “poseída” hizo temblar un supermercado

El vídeo, grabado el 14 de mayo de 2016, se ha hecho viral en la red Youku, el YouTube chino. Y no es para menos: una mujer parece ser poseída por un demonio en un supermercado, donde todos se afanan por ayudarla llevándose un susto de espanto.

Caminaba por un pasillo cuando notó que un paquete ubicado en uno de los escaparates se había caído. Se dio vuelta y lo puso en su lugar. En ese mismo momento perdió el control.

Primero dejó caer las bolsas que llevaba en el otro brazo. Luego levantó la cabeza y miró hacia el techo, y con un movimiento maquinal viró hacia el piso. Estuvo subiendo y bajando la testa algunos segundos, hasta que se desplomó.

Un joven se acercó a ayudarla. Se agachó y le preguntó qué le pasaba. El grito gutural que pegó en respuesta lo espantó. No podía hablar, sólo gemir y gritar. Gracias a los esfuerzos del mismo hombre y de otras dos personas que se le sumaron, se calmó por un momento.

Entones ocurrió lo más extraño de todo. Gritó una vez más, pero con el alarido salió también una onda expansiva de energía que hizo temblar el supermercado y provocó una interferencia en la cámara de seguridad. Sólo después de eso lograron levantarla y llevársela.

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